Con críticas al fiscal Bonari, un juez libera al escribano Benedicto

Con críticas al fiscal Bonari, un juez libera al escribano Benedicto

CLAUDIO BONARI. LA GACETA/ARCHIVO CLAUDIO BONARI. LA GACETA/ARCHIVO
18 Septiembre 2019

El escribano Juan Carlos Benedicto recuperó la libertad ayer por disposición de Enrique Pedicone, camarista de Apelaciones en lo Penal de Instrucción. El magistrado acogió un hábeas corpus articulado por los defensores Alejandro Biagosch y Julieta Jorrat con reproches intensos a la actividad del fiscal Claudio Bonari, quien fue separado del expediente por “falta de objetividad”. La decisión implica que el notario podrá, previa caución, abandonar el establecimiento carcelario al que ingresó la semana pasada cuando se proponía volar hacia España desde el Aeropuerto de Ezeiza. Benedicto había sido arrestado en un control de la aerostación como consecuencia de la orden de captura extendida en la investigación de una supuesta usurpación del Colegio de Escribanos abierta en 2015.

En la decisión de levantar la medida coactiva pesó el hecho de que el llamado a prestar declaración como imputado no estaba firme. El fallo indica que Bonari sabía de la existencia de la impugnación y, aún así, avanzó en transgresión del principio de buena fe. El Juzgado de Instrucción en lo Penal N°5 de esta ciudad a cargo de Carolina Ballesteros había emitido la orden de captura en agosto y por pedido de Bonari con el argumento de que habían fracasado las notificaciones de la citación a los domicilios informados en el expediente, según pudo averiguar este diario.

El origen del proceso se remonta a la decisión de Benedicto de atrincherarse en el Colegio de Escribanos para exigir su rehabilitación como titular del Registro N°4 que había perdido como consecuencia de su juzgamiento en una causa por delitos de lesa humanidad donde, a la postre, resultó absuelto. “Parece un exceso que, con motivo de una posible usurpación que implica una pena en expectativa de 6 meses a 3 años, el fiscal no haya ejercido con eficiencia las atribuciones que la ley le confiere para que el profesional denunciado sea encontrado y conducido a su Ministerio Público”, cuestionó Pedicone. El camarista añadió que el escribano poseía arraigo, trabajo estable y familiares en la provincia. “Esto último es público puesto que pertenece a una familia tradicional”, precisó. Y afirmó que Bonari pudo haber requerido otras medidas menos gravosas que la privación de la libertad cuando Benedicto iba a “concretar un viaje de turismo al exterior”: “esto denota la falta de diligencia del fiscal, quien pudo optar por prohibir el abandono de la jurisdicción o exigir una autorización para salir del país. Esta negligencia explica sus propias carencias”.

Dos años después de que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán lo absolviese en el proceso “Arsenales II-Jefatura II”, Benedicto pernoctó en su Colegio con el argumento de que las autoridades le denegaban arbitrariamente la restitución de la matrícula. La “toma” se prolongó durante dos días. En esas circunstancias, el presidente Marco Aurelio Padilla rechazó el atrincheramiento. El 9 de octubre de 2015 un oficial de Justicia y un guardia de Infantería comunicaron a Benedicto que, si no se marchaba del Colegio, iban a tener que arrestarlo. El escribano terminó por ceder. Al salir a la calle, anticipó que denunciaría a Padilla, pero que, en lo inmediato, se iría a pescar.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios