El flagelo de la hipertensión se combate con educación

El flagelo de la hipertensión se combate con educación

No solo es invisible, sino también temible porque en muchos casos, es mortal. Afecta a más de 250 millones de personas en el continente americano y se lleva la vida de alrededor de nueve millones de personas por año. La hipertensión arterial (HTA) es uno de los males que aún parece lejos de estar en retirada porque a menudo sus víctimas desconocen que lo padecen. Dolor de cabeza, dificultad respiratoria, vértigos, dolor torácico, palpitaciones del corazón y a veces hemorragias nasales, son algunos de sus síntomas. Si no se controla, puede ocasionar un infarto de miocardio, un ensanchamiento del corazón y, a la larga, una insuficiencia cardíaca, también accidentes cerebrovasculares (ACV).

A nivel mundial, uno de cada cinco adultos tiene la tensión arterial elevada, mientras que en la Argentina, el mal acecha: uno de cada tres mayores de 16 años sufre de HTA. Un relevamiento realizado en conjunto por la Sociedad Argentina de Cardiología y la Federación Argentina de Cardiología, mostró el avance de la enfermedad hipertensiva en el país en los últimos años, así como los escasos logros que se han concretado en el último decenio. En la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo se indicó que más del 60% de la población adulta presenta sobrepeso y más del 40% tiene presión elevada y las principales causas se hallan en la mala alimentación, el consumo excesivo de alcohol, el sedentarismo, el sobrepeso y el estrés.

Según el referente del distrito NOA de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA), entidad que a través de una campaña midió la tensión de 10.000 personas, la situación es muy preocupante si se considera que la mitad de quienes padecen el mal no lo saben y que solo una de cuatro personas está bien diagnosticada y medicada.

También alarma el hecho de que la epidemia de hipertensión se incrementará en los próximos años en los adolescentes y jóvenes porque ya a esa edad presentan muchos factores de riesgo. “Hoy, los menores de 34 años ni siquiera se toman la presión. Pero cuando lo hacen y se detecta la enfermedad, nos encontramos con que el 87% de los hipertensos no sabía que tenían el mal”, manifestó.

La Organización Mundial de la Salud recomienda un modo de vida saludable, haciendo hincapié en una nutrición adecuada en los niños y jóvenes; reducir la ingesta de sal a menos de 5 gramos al día, así como las grasas, en especial las saturadas; ingerir diariamente fruta y verdura; evitar el uso nocivo del alcohol, el tabaco y realizar actividad física.

Si bien en 2017, se instalaron en Tucumán puestos con tensiómetros en las ferias y centros comerciales, con el objetivo de detectar hipertensos que no se acercan a los centros de salud, se debería tal vez profundizar más en la educación y ya desde la escuela primaria crear conciencia entre los niños, enseñándoles hábitos saludables de alimentación, así como aumentar las horas de actividad física. Se podrían organizar talleres para padres, promover charlas informativas en la administración pública y en la actividad privada, en los centros vecinales. Por ejemplo, mientras la gente espera ser atendida en los bancos o en los centros médicos, podría recibir información sobre este flagelo.

La prevención es fundamental para combatir cualquier enfermedad. Nos parece que serían necesarias políticas públicas que se desarrollaran en forma coordinada en todos los frentes. La educación es el punto de partida para tener una mejor calidad de vida.

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