Las piezas volvieron a unirse y renació la magia

Las piezas volvieron a unirse y renació la magia

 Sonrisas... para la foto. La relación de George y Paul no era la mejor, aunque durante la grabación entregaron todo su talento.

Fue el último encuentro de la banda en el estudio. Decididos a grabar un disco “como los de antes” dieron a luz “Abbey Road”, una colección de temas a la altura de lo mejor de su leyenda. Medio siglo después sigue emocionando.

Fernando García Soto
Por Fernando García Soto 14 Septiembre 2019

“Abbey Road” es un disco especial y esencial en la carrera de The Beatles, no sólo a nivel musical, sino por múltiples detalles que envolvieron su producción y posterior lanzamiento. Considerado como uno de los mejores trabajos de “los cuatro de Liverpool”, fue registrado en -tal vez- el momento de menor unidad de la emblemática banda. Sin embargo, lanzado al mercado el 26 de septiembre de 1969, el álbum logró que los músicos dejaran de lado sus ya irreconciliables diferencias y recuperó la magia de etapas anteriores.

Sobre si fue o no el último trabajo discográfico del grupo integrado por John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr sobrevuela alguna controversia, aunque sólo es cuestión de fechas. En realidad, el último álbum lanzado por The Beatles oficialmente es “Let it be”, aunque fue “Abbey Road” el último en grabarse, durante los primeros meses de 1969. Sucede que las sesiones de “Let it be” se habían registrado antes, pero las cintas quedaron guardadas y esos temas recién vieron la luz en mayo de 1970, poco después de que la banda anunciara su disolución definitiva. Por eso, fue para “Abbey Road” que la banda se unió por última vez para crear música. Y fue de la mejor.

Lo cierto es que las sesiones de “Let it be” (originalmente titulado “Get back”) habían resultado agotadoras y frustrantes. Entonces McCartney le pidió a George Martin (el famoso “quinto Beatle) que les produjera un álbum grabado “al estilo de antes”, cuando el grupo estaba en su apogeo. Martin accedió, pero puso sus términos: él tendría el control en el estudio, como en los primeros discos de la banda. Además, exigió que el trabajo tenía ser consensuado y por eso Paul debía comprometerse a consultar a John si estaba de acuerdo con cada decisión. Martin también puso como condición que el ingeniero de sonido Geoff Emerick, que había dejado el trabajo con el grupo un año antes, fuera parte del nuevo proyecto. Y que Alan Parsons, el líder de The Alan Parsons Project, que entonces sólo tenía 21 años, se sumara como asistente de Emerick.

El consenso finalmente llegó y los “Fab Four” compusieron y grabaron una apreciable cantidad de temas, entre ellos “Come Together”, escrito originalmente para la campaña de Timothy Leary, quien se postulaba como gobernador de California; y “I want you (She’s so heavy)”, que es el resultado de combinar varios fragmentos de canciones inconclusas. Ambos son de Lennon. De McCartney se destaca, por ejemplo, “Oh, Darling!”, que fue cantada por él mismo. Esa determinación ofendió a John, porque quería para él la voz principal.

Harrison contribuyó con una joya de la discografía de The Beatles: “Something”, originalmente pensada para el Álbum Blanco. De su arte también surgió “Here comes the sun”. La escribió durante el breve período en el que había dejado la banda, inspirada en el riff del puente de “Badge” (tema que Harrison coescribió con Eric Clapton). La letra esconde una especie de denuncia del guitarrista acerca de la opresión creativa que ejercía McCartney sobre el grupo en los últimos años.

Precisamente, en “Here comes the sun” Lennon por primera vez no toca ningún instrumento, ya que la canción fue grabada en su ausencia. Durante parte de la grabación del álbum John se ausentó debido a un accidente. Ringo, por su parte, escribió y cantó “Octopus’s garden”, su segunda composición para los Beatles.

Pero tal vez el corazón del disco sea el medley -mezcla- del lado B: una larga pieza de 16 minutos integrada por canciones cortas, terminadas o no, que fueron unidas por McCartney con los arreglos que escribió Martin.

“Queríamos terminar el trabajo de una forma honorable. El truco para las sesiones del ‘Abbey Road’ fue que de alguna manera tratamos de reunirnos para hacer un álbum muy especial. Sabíamos que ese podría ser nuestro último trabajo, así que teníamos que demostrarnos a nosotros mismos lo que éramos capaces de hacer, y tratar de divertirnos mientras lo hacíamos”, explicó McCartney. Desde su lugar, Harrison resaltó: “no sabíamos cómo íbamos a grabar el último disco de The Beatles, pero tenía la sensación de que estábamos en el camino correcto”.

Algo más...

- El título original del álbum iba a ser “Everest”, pues esa era la marca de cigarrillos que fumaba Emerick. De hecho, la foto para la portada iba a ser tomada en el mismísimo Monte Everest, pero ningún beatle quiso viajar a Nepal, tras lo cual se decidió realizar la producción que derivó en la emblemática foto de los cuatro surcando el paso de peatones.

- La canción “Maxwell’s Silver Hammer” fue escrita y cantada por Paul y narra la historia de un estudiante que está enfermo del cerebro y mata a cualquiera que se le atraviese con un martillo de plata. A John nunca le gustó la canción, ni por la temática ni por la tonada infantil, al punto de que su participación fue aplicarle golpes a un metal con un martillo para asemejar los golpes de la grabación. Paul siempre tuvo fe en el tema, pero aún así no fue exitoso.

- En 1973, John Lennon fue demandado porque la línea inicial de “Come together” era muy similar a una línea de “You can not catch me”, del padre del rock Chuck Berry. El acuerdo extrajudicial obligó a Lennon a grabar tres canciones, cuya propiedad fuera para la editorial de Morris Levy, el demandante. Esas canciones fueron a parar, como covers, en el disco “Rock’n ‘Roll” (1975) de Lennon como solista.

- A Frank Sinatra le gustaba tanto “Something” que realizó dos grabaciones del tema, al que llamó “la mejor canción de amor de los últimos 50 años”. Sinatra pensaba que el tema había sido compuesto por la dupla Lennon-McCartney. Harrison siempre tomó esta anécdota con una sonrisa.

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