Por Gustavo Rodríguez
13 Septiembre 2019
PESCA DE TRUCHAS. Un deportista busca estos peces en un río.
Por primera vez en más de 15 años, las estaciones de piscicultura de la Provincia no iniciaron los procesos de reproducción de truchas y de pejerreyes, lo que generó alarma entre los pescadores tucumanos, deportistas que vienen de capa caída luego de que se confirmó la veda de todas las especies en la provincia.
El director de Flora y Fauna, Eduardo Dietrich, trató de enfriar los ánimos al aclarar que los trabajos se iniciarán en breve. Sin embargo, en esta época, pero en años anteriores, los salmónidos ya se encontraban nadando en los piletones de El Mollar. Y, en El Cadillal, la gran mayoría de los alevines de “flechas de plata” ya habían nacido.
Como lo hace anualmente, Flora y Fauna había iniciado a principio de año las gestiones para la compra de 100.000 ovas de truchas arco iris a una estación de piscicultura de San Carlos de Bariloche. Con una inversión menor a los $ 100.000, el nacimiento de los ejemplares se produciría en la estación de piscicultura de El Mollar. En junio, el envío fue suspendido porque la rotura de una bomba impidió que se desarrolle el proceso.
“El problema ya se solucionó y se está evaluando la posibilidad de concretar extracciones de los ejemplares que hay en los ríos para llevar adelante el proceso”, explicó Dietrich.
Los pescadores estimaron que será muy difícil cumplir con esta tarea por dos razones: no hay ejemplares reproductores suficientes que garanticen la extracción de ovas y ya culminó el ciclo reproductivo natural de la especie, por lo que se debería esperar hasta fines del verano.
Un misterio
En El Cadillal se encuentra otra estación de piscicultura. Una casa de estilo colonial ubicada en el corazón de la villa turística funcionó durante décadas como una fábrica de vida. Allí se reproducían los pejerreyes que luego eran liberados en el lago de esa localidad, La Angostura y Escaba, pero también sirvieron para recuperar los espejos de Jujuy, Salta, Catamarca y Santiago del Estero.
“En los próximos días comenzaremos con las extracciones para hacer la reproducción. Estamos a tiempo todavía”, indicó el funcionario de Flora y Fauna. Sin embargo, los deportistas consultados por LA GACETA coincidieron en que los pejerreyes están culminando con el ciclo de desove.
Los vecinos de El Cadillal no sólo se mostraron preocupados por la inacción de la estación, sino que quedaron sorprendidos al descubrir que la vivienda en la que se desarrollaba este trabajo se transformó en vivienda de una persona que dice pertenecer a la repartición y que todos los días viaja a la capital para hacer tareas en una oficina. “No hay nada malo en eso. Es una técnica que se instaló allí para realizar su trabajo”, aclaró Dietrich.
Las truchas
La pesca de truchas es una de las más buscadas a nivel mundial. La Patagonia está llena de emprendimientos que giran en torno de esa actividad. Tucumán cuenta con las posibilidades naturales de explotarla, pero nunca lo hizo.
El año pasado y para preservar algunas especies autóctonas, Flora y Fauna prohibió la siembra de salmónidos en el dique La Angostura y en sus ríos afluentes (Los Sosa, Azucena, Calavera y Blanquito, entre otros), los sitios pesqueros de más fácil acceso en la provincia.
“No soy un especialista, pero puedo decir que después de más de 100 años de presencia en los ríos tucumanos, las truchas no pueden generar ningún desastre natural. Creo que el ecosistema se verá dañado si es que dejan de existir”, señaló Miguel “Efemérides” Quesada, un referente de la pesca deportiva en Tucumán.
El pescador afirmó que, a su criterio, se tomó esta decisión sin contar con informes técnicos necesarios y dejando de lado cuestiones que tienen que ver con la explotación turística.
“Me parece que hay que ser un poco más equilibrado ¿Se imagina si un funcionario de la Patagonia dicta una medida en contra de las truchas? Le puedo asegurar que en pocas horas deba renunciar a su cargo”, argumentó.
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