A Nadal le costó ganar pero una nueva generación pide pista

A Nadal le costó ganar pero una nueva generación pide pista

El final de una era está cerca.

JUNTOS. Nadal pudo derrotar a Medvedev, aunque debió trabajar bastante. reuters JUNTOS. Nadal pudo derrotar a Medvedev, aunque debió trabajar bastante. reuters
12 Septiembre 2019

Sería un error grave dejar que los ecos del Abierto de tenis de los Estados Unidos se apaguen sin más, tal como si fuera una edición cualquiera de un torneo que se juega todos los años. La versión 2019 del último de los cuatro grandes de cada temporada ha dejado ciertos saldos que pueden impactar en el orden establecido. Y vale dedicarles unas líneas.

El triunfo de Rafael Nadal es inobjetable y exhibe lo que tantas veces en los últimos 15 años: siempre hay uno del Big3 dando pelea. Y ganando. Al mismo tiempo, la forma de su victoria nos enfrenta a una realidad indiscutible: “Rafa” fue llevado de la comodidad a un límite mental y físico como nunca, por alguien que no se llame Novak Djokovic o Roger Federer. El concepto, separado de la vara victoria-derrota, refuerza lo que el calendario, desde su obviedad y aunque sea desmentido por el ranking mundial, nos recuerda semana a semana: el final de esta maravillosa era del tenis está más cerca.

La aparición de Daniil Medvedev en la final es la muestra que en distintos momentos personificaron el menor de los hermanos Zverev, Alexander, Stefanos Tsitsipas o Karen Khachanov. La “siguiente de la siguiente” generación tiene tenis suficiente para desafiar a los mitos y la ventaja de haberlos padecido poco. La diferencia de edad ha sido cómplice con ellos para que les tocara ser más testigos televisivos que víctimas de los tres jugadores más exitosos de la historia. Y esa misma diferencia de edad es la que les permitirá, dentro de poco, definir títulos grandes entre ellos, sin que venga un extraterrestre a arruinarles la fiesta.

En paralelo a la consagración de Nadal se empezaron a escuchar algunas voces que, en susurros, indicaban que el problema de Djokovic en su hombro izquierdo necesitará algo más que un largo descanso. Esa situación y el panorama numérico favorable al español en la lucha por el tope del ranking mundial (“Rafa” defiende 2.600 puntos menos que el serbio hasta fin de año) aventuran otro final de temporada, tal como en 2008, 2010, 2013 y 2017, con Nadal en lo más alto. ¿Y Federer? También tocado en lo físico, Roger nos ha enseñado que con él nada es definitivo, aunque de a poco algunos de sus récords “indiscutidos” están al borde del colapso.

En el pago chico, la actividad en Nueva York también ha dejado huella. Diego Schwartzman, alguna vez 11 del ranking y por vez primera N°1 del tenis argentino, parece proyectarse nuevamente a la dimensión Top10 y, ahora, luce mejor plantado. Personalidad, experiencia, capacidad competitiva y mucha velocidad son las credenciales con las que enfrentará los que, se intuye, serán los mejores años de su carrera. Por último, Horacio Zeballos ha recibido su merecido diploma de estrella del circuito de dobles. Finalista debutante en torneos de Grand Slam, su inolvidable 2019 que incluye dos títulos Master 1.000 con diferentes compañeros, lo muestra como el N°3 del ranking y firme candidato a jugar el Masters de fin de temporada.

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