Los ingenios se adhieren a la reconversión industrial

Los ingenios se adhieren a la reconversión industrial

Acuerdan, con la autoridad de aplicación, metas y acciones a desarrollar.

CUIDADOS. Buscan producir azúcar con el menor impacto ambiental sobre la base de realizar inversiones en fabrica. GENTILEZA PORTAL CAÑA CUIDADOS. Buscan producir azúcar con el menor impacto ambiental sobre la base de realizar inversiones en fabrica. GENTILEZA PORTAL CAÑA
24 Agosto 2019

El Programa de Reconversión Industrial (PRI), de adhesión voluntaria para las empresas, incluye el establecimiento de un nivel de base, a partir del cual éstas acuerdan con la autoridad de aplicación una serie de metas y acciones a desarrollar, con un cronograma trienal de cumplimiento informado con frecuencia bimestral, que luego es supervisado por la SEMA (Secretaría de Medio Ambiente de Tucumán), bajo el monitoreo de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, comentó Juan Carlos Mirande.

La Etapa I del PRI puso énfasis en la colocación de filtros de cenizas en las chimeneas de las calderas alimentadas con bagazo, y en la eliminación de vuelcos de barros de decantación de jugos (“torta de filtro”, “filter cake” en inglés, o “cachaza” en Argentina) a los canales de efluentes industriales de los ingenios.

La industria respondió rápida y positivamente, logrando instalar dichos filtros en la mayoría de sus calderas “bagaceras” antes de la finalización de esa etapa, en el año 2010. Paralelamente, y en relación a la cachaza, desarrolló un sistema muy efectivo de disposición de estos barros en campos cañeros, como una forma de devolverle a sus suelos parte de los nutrientes extraídos con la cosecha.

La captura de las cenizas contenida en los gases de chimeneas mediante el uso de agua a presión generó, sin embargo, una nueva corriente líquida, con material fibroso en suspensión, que rápidamente demostró ser perjudicial para la población ictícola.

A este aspecto se lo tuvo en cuenta en el desarrollo de los objetivos de la Etapa II del PRI, que se comenzó a implementar a partir del año 2010 e incluyó -entre otros- compromisos de separación y disposición responsable de las cenizas, y la recirculación total del agua remanente.

Nuevamente la actividad respondió en forma positiva, de manera que en la actualidad prácticamente toda la ceniza generada se captura y se dispone en campos agrícolas o se utiliza para relleno de terrenos, recirculándose el agua a los filtros húmedos o “scrubbers”.

En la actualidad se encuentra en plena vigencia la Etapa IV, que cuenta con una generalizada adhesión por parte de las empresas.

Paralelamente, se intensificaron los trabajos de investigación destinados a evaluar los potenciales impactos del pasaje de la cosecha con quema previa a la cosecha sin quema, también llamada “cosecha en verde”, cuya implementación era prácticamente nula a esa fecha.

Si bien al comienzo este cambio fue resistido por la industria, debido a sus efectos negativos sobre la capacidad de molienda y la recuperación de azúcares, el mismo fue prevaleciendo sobre la práctica anterior, siendo actualmente la industria cañera argentina una de las que ostenta el mayor porcentaje de cosecha “en verde” en todo el mundo.

A los fines de promover la práctica de la “no quema de caña en pie” y de “los residuos agrícolas de cosecha a campo”, y por iniciativa de la Estación Experimental Famaillá del INTA, se creó asimismo la denominada “Mesa de Gestión Ambiental de Cruz Alta”, que es un espacio de trabajo donde convergen instituciones del Estado provincial, del sector privado y de la sociedad civil. Actualmente trabaja para la implementación de un Sistema de Certificación de Cosecha de Caña de Azúcar sin Utilización del Fuego, bajo un protocolo original denominado “Local Gap”, aprobado y supervisado por la organización no gubernamental internacional Global Gap (ex-EurepGAP).

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