Leonel Marchesi pone en escena el pop con ironía y sarcasmo

Los superhéroes más populares de historietas argentinas como Isidoro Cañones o Patoruzú, pero también Carlos Gardel; personajes de Hollywood como Batman, Superman y el Guasón; creaciones populares y costumbristas que pertenecen al inconsciente colectivo, el cual intenta quebrantar y unir en una nueva realidad. Con mucho sarcasmo e ironía, eso sí. Y guiños a autores como Florencio Molina Campos.

Es pop en cuanto establece una relación directa con los cómics e imágenes de esa cultura, pero también linkea con el neokitsch. “Sí me interesa provocar ese ‘no sé que’ o ‘tiene ese qué se yo’, tal vez esas cosas que no tienen explicación pero entran en nuestros sentidos incluyendo el intelecto. Esas cosas como el amor, la fe y el arte, aunque suene un tanto banal o cursi como mi obra”, asevera Leonel Marchesi.

El artista inaugurará el jueves a las 20.30, en el Centro Cultural Virla (25 de Mayo 265) la exposición “MiX Dos”, su muestra individual número 15, con más de 30 de sus trabajos de los últimos tres años. Pinturas en tela, objetos, esculturas y retablos de maderas podrán observarse de un creador más reconocido en otras provincias que en su Tucumán de origen. “Con estos retablos intento componer y descomponer el paradigma de la obra en sí. Si es pintura o escultura o una instalación”, plantea.

¿Y cómo es su proceso creativo? “Random (N de la R: es aquello que depende del azar, que no obedece a ningún método o criterio, y cuyo resultado resulta siempre inesperado)... Me dejo influenciar por las situaciones o materiales sin bocetos, ir haciendo al ritmo; también con los materiales que uso, que reciclo o reinterpreto mis propias obras”, explica.

Marchesi se queja de la falta de reconocimiento en su provincia y de algunas actitudes de censura que sufrió. Hizo clínicas con Luis Noé, Ana Eckell, Juan Doffo, Guillermo Roux y Pablo Suárez. “Me interesa inquietar”, responde; un ejemplo fue el gallo vivo en el Virla que molestaba a las autoridades y, por tanto, hubo que retirarlo. En el salón del MUNT no le permitieron que el gallo se quedara; y en el Museo Timoteo Navarro lo echaron al segundo día. “Te cuento que mis animales fueron comprados y criados especialmente para que sean parte de mis obras. La jaula está equipada para que esté confortable y tiene sus recipientes con comida y agua. Cuando algo te inquieta es por algún motivo, tal vez uno muestra lo que no se quiere ver; de alguna manera nos adelantamos, o ayudamos a verlo”, precisa.

Críticas

Seguramente por sus opiniones, el artista no cae simpático en la comunidad artística: “de Tucumán me interesan algunos pocos artistas, hay mucho cartón pintado y pocos profesionales en el área o estilo que quieras, hasta en el poco criticable arte conceptual. Hay personas que se dedican o están en el ambiente del arte que se apropian o citan de una forma por demás alevosa. Yo he tomado imágenes de otros autores directamente, pero sin dejar lugar a ninguna duda. Me refiero a quienes se aprovechan de la ignorancia del ámbito tucumano por su desconocimiento, y crean sus obras y lo único que sobresale en ellas es lo apropiado”. “Desde sus propuestas expositivas se quieren parecer a Buenos Aires en las obras y hasta en la manera de vestir; eso me choca un poco”, puntualiza.

Pero no solo los artistas caen en sus críticas, sino también los jurados. “Creo que habría que pensar en la preparación y capacidad de los jurados de los salones. Muchas veces llegan a un cargo no por su capacidad sino por acomodo y son tomados en cuenta, o ellos eligen a los mismos siempre; esto retrasa”, manifiesta.