Patrimonio cultural de dos mangas

Patrimonio cultural de dos mangas

Gallucci y Rojkés, los mayores coleccionistas de camisetas “santas” y “decanas”, continúan buscando más pieles de sus equipos.

ORGULLOSO. Gallucci posa ante la cámara de LG Deportiva, con sus camisetas repartidas en la mesa y una de las más especiales en sus manos: la Topper firmada por los jugadores. la gaceta / fotos de diego aráoz ORGULLOSO. Gallucci posa ante la cámara de LG Deportiva, con sus camisetas repartidas en la mesa y una de las más especiales en sus manos: la Topper firmada por los jugadores. la gaceta / fotos de diego aráoz
18 Agosto 2019

En muchos museos vinculados a guerras e historia encontraremos armaduras, uniformes y elementos representativos que una nación, un ejército o un grupo de luchadores usó para defender su soberanía. Las camisetas de fútbol tienen el mismo significado y valoración para los hinchas: son armaduras o pieles que usan los jugadores para defender a su club en cada enfrentamiento.

Cada partido es un pedazo de historia, por ganar un título, un clásico o por la gente y una camiseta es el objeto que concentra de mejor forma cada recuerdo o instante de gloria. Augusto Gallucci y Sebastián Rojkés dedican parte de sus vidas a coleccionar las distintas camisetas que han vestido a “Santos” y “Decanos” por décadas.

Para que una colección pueda gestarse es necesaria una pasión que la impulse y en este caso, para Rojkés y Gallucci es el amor por sus clubes. La historia de Gallucci empezó casi como una transmisión de hábitos: “Conocí a un coleccionista de River, él sabía que yo era hincha de San Martín, me preguntó si tenía camisetas, me motivó a coleccionarlas y me contó cómo era este camino”. Con Rojkés, el sentimiento se despertó casi sin que se diera cuenta de lo que ya estaba armando: “En mis cumpleaños siempre pedía camisetas de todos los equipos y la última de Atlético, en un momento me di cuenta que tenía muchas del club y me enfoqué solo en coleccionar las de mi equipo”.

Ambos coleccionistas coinciden en que el momento en el que empezaron esta actividad era el ideal y los ha beneficiado. Sebastián, de 30 años y Augusto, de 47, fueron pioneros en esta rama del coleccionismo y esto les facilitó acceder a algunas camisetas únicas. El coleccionismo se ha convertido en una actividad popular, ha dejado muchos prejuicios de lado y se ha convertido en una actividad que forma comunidades. Este detalle incluso puede ser un elemento que juegue en contra, ya que la cantidad de productos a coleccionar es la misma pero la cantidad de buscadores o cazadores aumenta.

Las estrategias de búsqueda de camisetas de estos hinchas son similares. Rojkés no sólo recibía camisetas de Atlético en su cumpleaños, sino también de otros clubes. Al priorizar su colección en el “Decano”, las demás camisetas representan un importante capital para intercambiar por camisetas de su club. Gallucci, en su colección, tiene modelos repetidos de algunas camisetas. El hincha “santo” confesó que sirven para canjearlas por aquellas que aún no tiene. “Iba a la cancha con algo de plata y con camisetas, llegaba temprano y antes de entrar daba una vuelta y si algún hincha tenía una camiseta que yo necesitaba, intentaba comprársela o cambiarla. Algunos, como me conocen, han llegado a regalarme sus remeras, y en otros casos he dado tres remeras por una” contó el hincha de San Martín.

La cantidad de camisetas tanto de Gallucci como Rojkés superan el centenar, y cuando uno de ellos toma una de sus camisetas, siempre tendrán una historia para contar. Los jugadores han sido donantes importantes para estos coleccionistas y, dentro de sus colecciones, tienen camisetas que no tienen un vínculo con su club pero son importantes. Rojkés posee las camisetas de Jorge Apud de Santos Laguna, una de Mauro Camoranesi de Cruz Azul y otra de Jorge Jeréz de Celaya de México. A la colección de Gallucci la acompañan elementos de la Selección, y claro, las camisetas que usó uno de los más grandes de todos, Diego Maradona.

CELESTE, BLANCO Y NARANJA. La polémica camiseta que usó Atlético sólo por unos minutos en los 90’ rompe con la monotonía de colores en la colección de Rojkés, en su departamento. CELESTE, BLANCO Y NARANJA. La polémica camiseta que usó Atlético sólo por unos minutos en los 90’ rompe con la monotonía de colores en la colección de Rojkés, en su departamento.

Algo que tenga la categoría de coleccionable requiere de una atención especial. Al ser consultados sobre si estas camisetas son “intocables” respondieron de distinta manera. “Yo no las uso. Sí las saco para mostrar y cuento su historia” afirmó Gallucci. “Puedo usar algunas, hay otras como las de piqué que son frágiles y no puedo usarlas, aunque me encantaría” relató Rojkés.

Como la figurita difícil para los niños, para estos hombres hay una camiseta difícil. La camiseta naranja de Atlético apenas estuvo un minuto en el campo de juego y fue rechazada por los hinchas. Los jugadores se fueron al vestuario y volvieron con la celeste y blanca. “En cada nota que me hacían mencionaba esa camiseta. Muchos me decían tenerla, pero era mentira, hasta que un día mi papá recibió un llamado de Famaillá. Nos fuimos y este señor había jugador en Atlético y recibió la camiseta por parte de Francisco Pacheco” recordó Rojkés.

La difícil de Gallucci fue la camiseta que usó San Martín en un clásico en 1988. Para él es importante, porque marcó el inicio de años gloriosos para el club. La camiseta era marca Topper con los números de Adidas. Un pequeño defecto en la tela, contó Gallucci, hizo que se decolorara y San Martín jugara con una camiseta manchada. “No se la vi a ningún hincha. Un día, un conocido vino y me trajo dos camisetas de los ‘80 en una bolsa de súper. Al sacarlas no podía creer. Era como si estuviese soñando. ¡Era la camiseta que yo buscaba! Para mí es la más difícil y la de más valor”.

Aman todas sus casacas, tienen sus favoritas: “Para mí la más linda es la del centenario, yo tuve el privilegio de trabajar en su diseño. Tiene elementos de toda nuestra historia, a la gente le gustó mucho. A pesar de que hubo muchas a la venta, rápidamente se agotaron” dijo Gallucci. “A mí me gusta la Uhlsport que tiene celeste arriba y abajo los bastones celestes y blancos. O la del primer ascenso a Primera, aquella albiceleste sin sponsors” contó Rojkés.

Coleccionar significa construir historias. Es una actividad que empieza con una finalidad personal pero, en un momento u otro, las colecciones se vuelven colectivas. La presente, es una historia que así lo muestra.

Gallucci

EN DETALLE

Tiene 47 años. Es DJ. Tiene una empresa de sonido e iluminación. Está casado con Gabriela Pollano y tiene un hijo, Maximiliano. Está a pocos años de ser socio vitalicio.

- ¿Cómo cuida las camisetas?

-Las tengo en un lugar lejos de cualquier cosa que pueda dañarlas. Solamente salen de casa para muestras.

- ¿Hay contacto con otros coleccionistas?

-Sí, en Tucumán hay un grupo muy bueno de coleccionistas de San Martín. Con ellos hablamos y discutimos mucho de fútbol.

- ¿La primera?

- No recuerdo.

- ¿La última?

- La de Eduardo Francisco Guillén.

TEXTUALES

“Mi familia me apoya, sabe el significado que tienen las camisetas y también saben que quiero que algún día estén al menos algunas en el museo del club, algo que todos los coleccionistas soñamos”.

“Quiero agradecer a todos los que me dieron una mano, y también a los jugadores que me ayudaron. En especial, a Roberto Albornoz (historiador “santo”), que me consiguió camisetas que jamás imaginé tener”.

Rojkés

EN DETALLE

Tiene 30 años. Es empresario. Está casado con Pía López Domínguez y tiene una hija, Lola (un año y medio).

- ¿Cómo cuida las camisetas?

- Las pongo en bolsas o en cajas. Todas con antipolillas. Las que están hechas de piqué tienen un cuidado más intensivo porque son más viejas y pueden romperse. Si se cuelgan, es probable que se estiren.

- ¿Hay contactos con otros coleccionistas?

-  Conozco coleccionistas de River y de Racing de Buenos Aires, que tienen camisetas increíbles y consiguen otras de sus clubes o de la Selección, de utilería.

- ¿La primera?

- No recuerdo.

TEXTUALES

“La familia siempre me apoya en todo, sobre todo mi esposa Pía. Además, muchos ex jugadores de Atlético me aportan sus camisetas porque saben lo que me sirven y que las cuido. Mantengo vivos sus recuerdos en cada muestra que puedo llegar a hacer”.

“Muchos hinchas no vieron la colección completa, pero me gustaría que lo hagan y aporten lo que puedan para que crezca más y así incorpore datos que no sabemos”.

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