La energía del ska y del reggae es federal y explota esta noche

La energía del ska y del reggae es federal y explota esta noche

Dos bandas tucumanas, una cordobesa y una bonaerense animarán el I Ska Reggae Funky Party. A Julián Wagner lo entusiasma la cita.

KINGSTON JAM. Profesionales en el ska rock que siguen valorando por encima de todo la amistad. KINGSTON JAM. Profesionales en el ska rock que siguen valorando por encima de todo la amistad.
18 Agosto 2019

Un encuentro federal de cuatro bandas de ska y de reggae llenará de sonidos caribeños esta noche el Teatro de la Paz (9 de Julio 162), para aprovechar hasta la madrugada porque mañana es día no laborable.

El I Festival Ska Reggae Punky Party reunirá a los tucumanos de Skaraway y de Sucia Paranoia; de Munro, Buenos Aires, llega Espías (con 30 años transitando los escenarios del país y de América Latina); y de Córdoba, Kingston Jam, para encontrar las cercanías y las diferencias en los distintos estilos.

Kingston Jam es una banda que surgió en 2004 en Río Cuarto, integrada por Nahuel Muñoz (guitarra), Matías Serra (batería), Jorge Esmael (bajo), Juan Cruz Cánepa (trombón) y Juan Pablo Cesano (saxo) y en voz, Julián Wagner. El vocalista resalta los puntos de contacto con otras formaciones del interior del país.

- ¿Cómo era el ska hace 15 años, cuando comenzaron, y cómo es ahora?

- En 2004, el ska en serio estaba en ascenso, ya había varias bandas que lo hacían y de hecho algunos de nosotros ya veníamos desde hacía años en este género de la vieja escuela, pero para la mayoría del público era algo nuevo y distinto. Era una nueva ola, una renovación, más tirado a lo tradicional, pero con un nuevo sonido y sobre todo influenciado por el rock y por el punk.

- Trabajan desde una línea de fusión con otros ritmos. ¿Por qué?

- La Kingston se identifica como una banda de ska rock, ya que no nos limitamos ni nos encasillamos en un solo estilo a la hora de componer. El ska fusión es algo que se ve en muchas bandas en la Argentina; es un estilo que cobró fuerza y generó un público que mezcló a los amantes del ska y a los rockeros en general. Tiene su tribu. Esta banda es un grupo de músicos que venimos de distintos palos, tanto lo que tocamos como lo que escuchamos.

- ¿Cómo surge el vínculo con las bandas locales?

- El primero fue con Skaraway, por medio de Juan Salvatierra, un productor amigo que hace unos años vino a Río Cuarto a escucharnos con la idea de hacer una gira por el norte, y nos habló de un ida y vuelta. Es algo muy común entre bandas en ascenso para generar un lazo y abrir caminos… Con Vampiro Indio en este viaje fue la primera vez que hicimos algo, y se generó por medio de Micca Producciones (Micaela Cabrera) que es nuestra mánager. Con ambas tenemos formaciones similares en cuanto a lo musical y estético. Y también en las letras políticas de nuestras canciones, porque somos trabajadores de la música y por lo tanto estamos directamente afectados por la política. Los artistas tienen el compromiso de expresar las realidades, de transmitir una posición, de repudiar el saqueo al medio ambiente, de denunciar las injusticias, de luchar por la igualdad de derechos… La música es nuestra forma de expresión y de unirnos en la lucha por un mundo con posibilidades para “todes”.

- ¿Hay una línea musical del género en el interior del país?

- Si, hay muchas bandas que hacen ska fusión y realmente cada vez mejor y más colorido. El interior cobra fuerza no sólo porque hay riqueza de conceptos y musicalidad, sino porque salir desde adentro es difícil y eso hace que nos hagamos más fuertes.

- ¿Qué implica ser una banda del interior, aunque sea una provincia con la potencia de Córdoba?

- Es algo muy lindo, si bien tiene sus contras por el hecho de estar lejos de la Capital Federal y que muchas cosas sigan pasando sólo por allá… Lo que tiene a favor es mucho mejor, el interior es enorme y está unido y ligado por esa energía que se alimenta desde abajo, con esas ganas de salir y de dar todo, esa forma de ser reales. Somos profesionales en lo que hacemos pero seguimos valorando más la amistad que otra cosa. Son virtudes que encontré en casi todas las bandas del interior y en pocas de la Capital. Nos identifican la lucha, la búsqueda de la igualdad, los sentimientos reales, en que cantamos lo que sentimos, en lo que hacemos, en lo que nos va pasando día a día. Somos verdaderos y eso es hermoso.

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