La economía pudo más que el miedo, según analistas

La economía pudo más que el miedo, según analistas

Tres miradas sobre los resultados de las PASO coinciden en que el domingo se enfrentaron el temor a la vuelta de Cristina y al ajuste de Macri.

La economía pudo más que el miedo, según analistas
13 Agosto 2019

La Argentina crujió

Por Carlos Fara. Consultor político. Presidente de Consultora Carlos Fara y Asociados.-

La discusión en esta elección siempre fue entre dos miedos: el miedo a que vuelva Cristina o el miedo al ajuste de Macri. La respuesta fue contundente: la angustia económica pudo más. La mayoría creyó que el rumbo no era el correcto.

El Gobierno basaba su optimismo en tres factores:

1) Que haya una mayor participación electoral para así poder captar ese segmento que le dio ventaja en 2015 y 2017: la asistencia fue igual a la de las PASO de hace 4 años atrás.

2) Que le responda el voto de la zona centro del país: el desempeño electoral fue mucho menos auspicioso de lo esperado.

3) El miedo al regreso de Cristina: los resultados están a la vista.

Ninguno de los tres factores se comportaron dentro de lo esperado. El proceso político iniciado con la campaña de 2015 tiene varios rasgos atípicos, y por lo tanto era factible que sucedieran sucesos extraños, para un lado o para el otro. El tamaño de la paliza electoral es un dato en sí mismo. El mensaje de la ciudadanía fue: “así no, a otra cosa”.

Entre las cosas que fueron extrañas está el desempeño electoral de Vidal: pasó de cuasi salvadora de la Patria a protagonizar una derrota casi tan fuerte como la de Macri. Otro mensaje potente: “vos sos socia, también te vas”. Y como si esto fuera poco Rodríguez Larreta salvó la ropa, pero estuvo por debajo de las expectativas pese a que siguió haciendo veredas hasta el mismo día de la elección.

Otra señal de atención está referida a la efectividad de las campañas. Sin duda que lo realizado por el oficialismo fue mucho más profesional y organizado que lo de Alberto. Pero está claro que cuando existe una ola masiva decidida a manifestarse en una dirección, no hay big data ni redes sociales que la frene.

La pregunta del millón es si este resultado se puede revertir. En política todo es posible. El oficialismo puede imaginar tres fuentes de votos: el voto en blanco, los votos del 20% que no optaron por los dos grandes polos y los que no fueron a sufragar. Sobre todo la tercera fuente era la que más entusiasmaba.

Sin embargo, si los actores que cuentan no creen que Macri puede ser reelecto, eso es definitorio. Difícilmente los mercados, los empresarios, los gobernadores peronistas y los sindicalistas estén pensando en qué pasará en octubre, sino cómo influyen sobre Alberto a partir del 10 de diciembre.

El debate dejó de ser electoral para pasar a ser eminentemente político. La principal tarea de Macri es cómo evita que la economía entre en una zona de fuerte turbulencia, para no ser solo recordado como el primer presidente no peronista que terminó su mandato después de 91 años. Está claro que no logró evitar la lógica del bombero: un peronista viene a apagar el incendio que provocó un no peronista.

Con varios resultados sorprendentes -entre ellos, la derrota de Macri en Mendoza- queda mucha tela para cortar. La sociedad decidió que no se la puede someter a una exigencia económica tan grande sin que crujan sus cimientos básicos.

La heladera le ganó al televisor

Por Carlos Germano. Consultor y analista político, director de Germano y Asociados.-

Lo primero que habría que decir es que la heladera le ganó al televisor. La situación económica, la falta de trabajo, el temor a perder el trabajo, una inflación que no supieron dominar en estos casi cuatro años, un aumento de la pobreza y en general una perspectiva de futuro muy difícil, de alguna manera le ganó a la publicidad y al marketing y a un discurso que afectó a millones de argentinos y desmejoró fuertemente su calidad de vida.

Fue una contundencia absoluta del peronismo que no lo pudo registrar ninguna encuesta de opinión. En líneas generales se presumía un triunfo de la fórmula Fernández-Fernández, pero no con la contundencia que tuvo a nivel nacional y mucho menos con una diferencia de casi 17 puntos en la provincia de Buenos Aires.

Indudablemente, la sociedad castigó fuertemente una política económica que oradó la vida cotidiana de todos los argentinos. Fue un peronazo, muy similar a aquel de 1985, donde el presidente Ricardo Alfonsín también había logrado un triunfo contundente y se hablaba de alfonsinazo. Hoy el peronazo se produjo en todo el país.

Esta situación abre una serie de interrogantes y faltan todavía dos meses largos para las elecciones del último domingo de octubre. Ahora entra a jugar la madurez de la dirigencia política argentina, fundamentalmente porque el gobierno quedó muy debilitado, un gobierno que indudablemente va a tener que abrir fuertemente sus políticas, va atener que empezar a dialogar de otra manera para poder llegar de la mejor forma a octubre.

Fue una elección de internas abiertas y simultáneas contundente y casi imposible de poder revertir. En estas cifras hay una voluntad manifiesta de la sociedad argentina de generar un cambio y eso se manifestó fuertemente. En este escenario encontramos un gobierno que va a tener que ser protagonista central para generar gobernabilidad y esperemos que la oposición este a la altura de las circunstancias, que no surja la soberbia por el triunfo electoral.

El pueblo argentino se manifestó, cuando se elige las elecciones tienen sus costos. Se le dio una carta blanca muy fuerte a la oposición y fundamentalmente al peronismo. Esperemos que hoy el peronismo esté a la altura de las circunstancias y pueda generar la institucionalidad necesaria para poder llegar al acto electoral de octubre de la mejor manera posible, que Mauricio Macri termine su mandato y que pueda entregar el bastón de mando a un nuevo presidente de la República.

Cuatro incógnitas para octubre

Por Fernando Domínguez Sardou. Politólogo. Profesor en las carreras de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador.-

Las PASO del 11 de agosto, con su sorpresivo resultado, nos dejan tres incógnitas sobre elementos tradicionales de las campañas y del comportamiento electoral, pero también, un cuarto efecto inesperado de la misma lógica de nuestro particular sistema electoral.

El primer elemento a analizar es cómo respondió el electorado a las campañas. La campaña para las PASO fue, para los dos grandes bloques, una “campaña de fidelización” de votantes propios, quedando a la espera de que la performance del otro sea la que empeore, y sus votos migren a terceras fuerzas. Esto, que parecía potenciar la polarización, fue una realidad solamente para uno de los dos grandes bloques. El Frente de Todos supo capitalizar adecuadamente esto, aprovechando las críticas a la gestión económica, mientras que Juntos por el Cambio no pudo reforzar este esquema, viendo como algunas de las terceras fuerzas obtenían votos que en elecciones anteriores fueron al macrismo. ¿Este esquema se sostendrá en la campaña de aquí a octubre o habrá cambios?

El segundo elemento es la diferencia entre lo observado en las encuestas y el resultado. Si bien ya la opinión pública pareciera estar acostumbrada a que las encuestas “no acierten” en predecir el resultado -lo que no es su función-, es evidente que hay un problema de penetración de las mismas.

Las PASO cumplieron, como se anticipaba, en brindar información sobre las preferencias políticas que no estaba disponible, y que permite a los actores políticos y a la ciudadanía reaccionar a ello. Sin embargo, las encuestas fiables son necesarias para analizar escenarios y modificar la gestión cotidiana, tanto del Gobierno, como en la oposición. ¿Podremos contar con modelos que den fe de los cambios en la opinión pública de aquí a octubre?

El tercer elemento a considerar es la participación. Si bien la asistencia a los comicios por parte de los votantes no fue particularmente baja, la misma siempre aumenta en las elecciones generales. Aún queda un importante número de votantes por persuadir, además de los aproximadamente tres millones de votos que obtuvieron las terceras fuerzas más cercanas a Macri. ¿Podrá el oficialismo revertir el resultado a partir de votos provenientes del ausentismo? ¿O será Alberto Fernández el que irá a la caza de estos votos?

Hacia adelante, la incógnita principal es cómo la dirigencia política administrará la información que las PASO dio sobre la opinión pública. Ni el Gobierno ni la oposición esperaban una diferencia suficiente como para especular con el casi seguro triunfo de una de las opciones en octubre. No obstante, no podemos saber cómo va a funcionar esto en la práctica. En la misma “noche electoral”, múltiples analistas señalaban que el Presidente debía comenzar un proceso de transición pautado.

Sin embargo, aunque suene difícil, Macri aún podría revertir el resultado. Esto deja tanto al Gobierno como al Frente de Todos en una difícil posición desde el punto de vista del votante: ¿quién será el responsable de lo que ocurra entre hoy y las elecciones de octubre? Este efecto no esperado de las PASO debiera llevar a una reflexión a todos los actores políticos: las campañas electorales deben ser llevadas con una responsabilidad aún mayor que la vista hasta ahora.

El desafío de la clase política en estos días no solamente será poder administrar la incertidumbre ante, por ejemplo, los mercados, sino también administrar sus reacciones ante un electorado que todavía tiene que volver a votar por ellos en menos de tres meses.

Esta última incógnita no solo es coyuntural, sino que también nos deja una nueva enseñanza sobre el funcionamiento de un sistema peculiar, que gira en torno al aprendizaje de votantes y dirigentes desde la experiencia.

“Nuestra fuerza no tiene techo”

Juan Manuel Urtubey, gobernador de Salta.-

“Vamos a trabajar para ser la segunda fuerza en la Argentina, porque creemos que nuestro espacio político no tiene techo. Acabamos de nacer y ya tenemos más de dos millones de votos, así que somos conscientes que si trabajamos fuerte podemos llegar a generar un espacio muy grande en el país”, dijo el gobernador de Salta y candidato vicepresidente de Consenso Federal, Juan Manuel Urtubey, y aseguró que es “muy optimista”, porque la performance lograda ayer, en las PASO, fue “un punto de partida”.

“Más de dos millones de argentinos confiaron en nuestra fuerza política, que tiene tres meses de vida, así que para nosotros es un compromiso muy grande, en una situación delicada del país”, expresó. Indicó que “advertimos que esta especie de debacle del Gobierno nacional plantea la necesidad que seamos prudentes, para que la gente no sufra todo este tiempo esta crisis que estamos viviendo”. “Nuestra fuerza política no termina acá. Está empezando. Una vez que logremos un mejor resultado en octubre nos vamos a afianzar mucho más”, resaltó Urtubey, quien recordó que en Salta “obtuvimos más del doble que el porcentaje que logramos en toda la Argentina”. (Télam)

“Se escuchó el mensaje”

María Eugenia Vidal, gobernadora de Buenos Aires.-

La gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, aseguró que “escuchó” el mensaje de los bonaerenses en las elecciones de este domingo, y se comprometió a “mejorar y llevar una propuesta mejor para los próximos cuatro años”, a la vez que afirmó que “la gobernabilidad es responsabilidad de quienes gobernamos y de todas las fuerzas políticas”. En esa línea, remarcó que “reconocer errores no es una debilidad sino una fortaleza”, y que “hubo bonaerenses que dijeron que no están conformes y que esto no ha sido suficiente”, a los que se dirigió para decirles: “No me voy a cansar de recorrer la provincia”.

Por otra parte, hizo referencia a la coyuntura económica, y admitió que “la devaluación va a tener impacto” y aseguró que en la reunión de gabinete se analizaron medidas “para acompañar a los bonaerenses que más lo necesitan”, luego de que la cotización del dólar pasara de cerca de los $ 46 a $ 56 en sólo una jornada. “Lo que más me preocupa no es cómo sigue la campaña sino de dar respuesta a los bonaerenses en un día que ha sido difícil y que seguramente tendrá impacto en los días y semanas que vienen”, dijo la gobernadora. (Télam)

“Lo primero es dialogar”

Sergio Uñac, gobernador de San Juan.-

“De aquí a octubre debemos ser muy responsables, frente a la situación que se está dando con los mercados, lo primero que debería hacer la dirigencia argentina es dialogar”, manifestó el gobernador de San Juan, Sergio Uñac. “El diálogo debería empezar a ser un denominador común, es importante que en éste momento tan difícil convoquen y que dialoguen, lo que sería una señal muy fuerte que podemos dar desde la dirigencia argentina, sin que nadie piense que alguien ganó y otro perdió”, acotó.

Para Uñac, “no hay que hablar de transición todavía, sino que hay que ser respetuosos de que este ha sido un primer paso muy bien dado por el Frente de Todos, pero queda la elección general”. “No hay que dar por terminado este capítulo porque en definitiva no es así”, indicó para agregar : “pensar que esto terminó acá sería faltar a los deberes y a las normas constitucionales, electorales”.

En cuanto al resultado de las elecciones PASO de ayer, Uñac consideró que se discutían dos modelos de país, “el modelo de la especulación y el modelo de la producción y creo que la sociedad ha votado respecto de eso”. (Télam)

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