El creciente robo de ruedas de automóviles

El creciente robo de ruedas de automóviles

Las modas delictivas varían de acuerdo con la demanda. Hace ya unos lustros, el objeto más preciado de los ladrones era el estéreo de los automóviles. El abanico fue ampliándose e incluía el latrocinio de cables de baja y mediana tensión, así como los telefónicos; tapas de registro de las cloacas, motocicletas, celulares, que se comercializan en el llamado mercado negro, donde se efectúa la compra, venta o intercambio clandestinos de productos, que violan las leyes fiscales. En los últimos tiempos, las ruedas de automóviles y camionetas se han convertido en ese oscuro objeto del deseo para los amigos de lo ajeno.

Este delito se ha hecho cada vez más frecuente. Se sustraen alrededor de 20 por semana. Se estima que una rueda completa cuesta un promedio de entre $16.000 y $18.000, sin tener en cuenta la marca. Pero si se trata de un vehículo de alta gama, el precio trepa a los $45.000 aproximadamente. Según el propietario de un taller mecánico, una gomería chica no podría comprar este tipo de cubiertas robadas por el costo. “Pero... que hay lugares que compran, sí los hay. Ellos comercializan las ruedas. Es un mercado negro, es realmente increíble, pero creo que ahora hay gente que busca a quienes roban auxilios”, expresó refiriéndose a que esas personas venden las ruedas a menor precio respecto del valor que ofrece una agencia oficial.

Un comisario sostuvo que a través de las denuncias ubican los puntos estratégicos y dan intervención al servicio 911 junto a los agentes de la Guardia Urbana para poder combatir y evitar que se produzca la mayor cantidad de este tipo de robos. “En cuestión de segundos se roban las ruedas y pasa en cualquier momento del día”, dijo.

Un fiscal comentó que este tipo de latrocinio aumentó en los últimos tiempos. Señaló que este es un tipo de robo muy difícil de probar, salvo que se sorprenda in fraganti a los malhechores o que los haya filmado una cámara; son investigaciones que generalmente terminan archivándose. El magistrado dijo que por ser considerado un delito menor, los jueces no ordenan detenciones. En su opinión, existe un gran mercado negro que se mueve alrededor y se nutre de la misma gente que se queja, pero que se alimenta de ese mercado. Manifestó que es necesario que haya una ley que reúna todos estos delitos que actualmente no son punibles y que establezca reglas claras para que este tipo de robos se termine.

La existencia de un mercado negro presupone una cadena. Por ejemplo, si una persona es víctima el robo de una rueda, el ladrón trata de venderla en lugares específicos. El comprador la adquiere por mucho menos precio de lo que cuesta para poder revenderla a algún damnificado, a quien no le importa la procedencia de lo que compra. No es improbable que este mercado subsista porque algún sector del poder lo protege.

Un legislador podría recoger el guante del fiscal y proponer que estos delitos no continúen sin sanción. Si las gomerías o los desarmaderos son el destino de la venta ilegal de ruedas, no debería ser difícil para la autoridad solicitarle informes a la Dirección de Comercio de la provincia para conocer la cantidad de estos negocios en San Miguel de Tucumán y en el interior, y realizar un operativo de control. Difícilmente, un delincuente intentará reducir un teléfono móvil, una motocicleta o la rueda de un vehículo en una panadería, una carnicería o una farmacia. Si la autoridad pusiera mayor énfasis en investigar, seguramente llegaría al nudo de este entuerto.

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