Para A.N.I.M.A.L., el metal siempre fue un grito de libertad

Para A.N.I.M.A.L., el metal siempre fue un grito de libertad

La banda regresa al escenario con su disco “Una razón para seguir”. El sonido logrado.

POWER TRÍO. La banda de metal no perdió el espíritu combativo, de lucha y sigue fiel al sonido y a sus letras. PRENSA ENTE CULTURAL.- POWER TRÍO. La banda de metal no perdió el espíritu combativo, de lucha y sigue fiel al sonido y a sus letras. PRENSA ENTE CULTURAL.-

ACTÚA HOY

• A las 23, en Robert Nesta Club, en San Martín 1.129.

Andrés Giménez sabe que las primeras preguntas que se le hacen se refieren a la larga ausencia en los escenarios. Recuerda que la banda estuvo paralizada durante nueve años, pero dice que ya regresó y está aquí. “Hace un siglo que no estamos pero bueno, ahora vamos”, responde casi con cansancio.

A.N.I.M.A.L., cuya sigla significa Acosados Nuestros Indios Murieron Al Luchar, fue fundada en 1992 por Giménez y ahora está integrada además por Cristian Lapolla (bajo) y Marcelo Castro (batería).

La vuelta fue con premio: el disco “Una razón para seguir” (2018) ganó el Gardel al mejor álbum de rock pesado. “Para mí lo mejor es el formato de power trío, me siento muy bien tocando así”, dice la voz líder en una entrevista con LA GACETA. Y admite que no sabe nada de música, ni siquiera estudió canto para alcanzar los altos registros de voz que despliega.

Con el disco “Poder latino”, que cumplió 20 años, la poderosa banda mostó el camino con su mezcla de thrash-hardcore-metal, y hasta ahora siguen presentes los reclamos contra la matanza y el robo de las tierras a los pueblos aborígenes (presentes en “Criminales de la libertad”). Escuchar en vivo a A.N.I.M.A.L. es una experiencia extrema: en esta ciudad sonó demoledor en el teatro San Martín cuando se presentó a comienzos de milenio, en un momento en el que las giras internacionales se intensificaban. Giménez también tocó en un recital en la Plaza Independencia y con su grupo D-Mente. Y en 2015 estuvo en el Robert Nesta (donde regresa esta noche) con su nueva formación. “Somos los que quisimos ser, felices por ser desigual”, como dice una letra de uno de los últimos temas.

- En la actualidad, ¿la situación les pega igual en las letras?

- Con A.N.I.M.A.L. siempre hablamos de lo que criticamos y rechazamos. Porque caminamos la calle y vivimos como cualquier persona; conocemos otras culturas. Siempre tuvimos letras con gran contenido social, para tratar que las cosas cambien o al menos se tome conciencia. Pero lo que escribimos hace 20 años parece que lo hicimos hoy. El mundo no progresó; por el contrario, fue para atrás. Desde el primer disco fuimos así y mantenemos ese espíritu de lucha. No había que perder ese espíritu combativo, de nobleza y lealtad a lo que nosotros creamos. Encontramos nuestro sonido y no podemos ir en busca de nuevos horizontes con los que no tenemos nada que ver. El tiempo pasó pero la gente se sigue muriendo de lo mismo que se moría hace dos décadas, así que las banderas que se levantaban en aquellos años de juventud en los que tomaban por asalto el metal continental siguen flameando; ni hablar de la pobreza. La sociedad involuciona, no tengo dudas. Somos una banda que defendió mucho la raíz latina y todo lo que conlleva eso: la igualdad de derechos, la dignidad, el respeto, el buen trato...

- Las letras, el sonido, el metal ¿deben corresponderse?

- El metal siempre fue un grito de libertad, también el hardcore; todo lo que tiene distorsión. El metal estará siempre vigente, más allá de los espacios que se les dé. Creo que el rock sigue siendo revolucionario, pero lo que buscamos es una revolución del alma, no armada, muy de hermandad, de familia, igualdad y respeto. El alma es lo que perdura. Es un mundo para poquitos... No sirve maltratarnos entre nosotros.

- ¿Estudiaste canto?

- No, para nada, es natural, así me sale, es de oído. Por supuesto me cuido en la vida, soy respetuoso para subir al escenario, pero nunca tomé clases de canto o algo así. He cantado con grandes artistas de folclore y tango.

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