Todas las mañanas, desde hace 20 años, se reúnen para celebrar la amistad

Ya son jubilados y "para escapar del encierro" comparten sus mañanas entre risas y cafés en un bar.

Todas las mañanas, desde hace 20 años, se reúnen para celebrar la amistad LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO

Todos los días se levantan temprano, se visten y salen -algunos caminando, algunos en taxi- al punto de reunión de “los amigos del bar”en la galería Mendoza. Ya es una costumbre instalada hace más de 20 años donde comparten todas las mañanas de su vida de jubilados.

Miguel Ángel Licciardi y José Presti son amigos de toda la vida, fueron compañeros en la primaria y en la secundaria. Además ya se “adoptaron” en la familia de cada uno porque descubrieron que sus DNI son idénticos, sólo varia en un número, como si fueran gemelos.

Al recordar cómo llegaron Pelusa Solar, Alberto Riera, Sergio Cásares, Jorge Kempa y muchos más amigos al grupo, es difícil encontrar palabras que expliquen cómo nació esta amistad que traspasó los años. Simplemente son “los amigos del bar” se conocieron ahí y después de más de 20 años, continua siendo su punto de encuentro al que no le fallan por nada en el mundo.

“Esta mesa es prácticamente nuestra, nos sentamos acá siempre, nuestro amigo no se puede alejar del negocio. Si nos cambiamos de mesa lo perdemos a él en el grupo, somos la vigilancia privada del local”, justificó entre risas Presti. Sucede que los amigos también tienen una mesa “reservada” en el bar ubicado en la Galería Mendoza que los espera todas las mañanas.

En las reuniones que comienzan entre las 9 y 10 de la mañana no queda tema sin ser debatido, hablan sobre futbol, política, cómo les fue en el día o incluso qué van a comer en el almuerzo. Hasta que pasado el mediodía toca volver a sus casas esperando a la próxima mañana. “Antes era obligación leer el diario antes del desayuno para tener tema de conversación, ahora con la tecnología hablamos sobre las cosas que nos llegan por WhatsApp o nos informamos por ahí”, comentaron.

Además remarcaron que antes no necesitaban de la tecnología para acordar el lugar o la hora de encuentro porque era algo automático que forma parte de su rutina diaria.

“Si bien la tecnología nos ayuda a comunicarnos para saber si es que pasó algo, es feo porque a veces interrumpimos la charla porque nos llaman o tenemos que llamar a alguien, eso no pasaba antes”, admitió Presti. Sin contar que este grupo sigue en contacto por WhatsApp el resto del día.

Fueron muy pocas las oportunidades que surgieron en la vida que justificaban la ausencia en la cita de todas las mañanas. “Pasó que tenemos que hacer un trámite, alguna cosa importante, o una vez me operaron y no pude venir por obvias razones”, recordó Riera.

“Yo me junto todos los días cómo sea es como mi oficina este bar, me conecto al wi-fi de la galería y todo”, alardeó Presti. Que a pesar de la lluvia, el intenso frio o calor, él siempre dijo “presente” en la cita de las mañanas.

Todas las mañanas, desde hace 20 años, se reúnen para celebrar la amistad LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO

Quien los espera con entusiasmo todos los días es el mozo Cristian Ibáñez que acompaña al grupo hace siete años. “Apenas los veo ingresar a la galería, preparo el café como les gusta a ellos y los espero”, contó. Además Ibáñez se encarga que la mesa “reservada” para el grupo de amigos todas las mañana esté libre para ellos. “Es un excelente grupo de amigos y personas”, agregó el mozo que ya es parte del grupo.

Momentos felices y algunos no tanto

Como en la vida, a este grupo también le toca vivir algunas situaciones que no son buenas, pero se tienen el uno al otro para superarlas. “Tres amigos que nos acompañaban por las mañanas no están más con nosotros y uno está internado grave en el hospital”, contaron.

“Somos conscientes que todos pasamos los 70 años y podemos irnos en cualquier momento, tenemos que disfrutar el tiempo que nos quede, sea mucho o poco”, afirmó Presti.

Este grupo de amigos compartió cientos de asados, cumpleaños, reuniones, aunque el centro de reunión que nunca falla es su mesa en el bar, donde también utilizan sus teléfonos para presumir a sus nietos, incluso mostrando videos, algo bastante práctico porque antes tenían que revelar el rollo para hacerlo.

 “Festejé mi último cumpleaños acá, vinieron mis hijos y nietos aparte de mis amigos”, contó Licciardi. “Vengo reírme mucho, conozco la galería hace 48 años, por eso conocí a los chicos”, agregó Solar. Además sus amigos contaron que es el encargado de hacer reír a todos con sus chistes y cuentos.

Todas las mañanas, desde hace 20 años, se reúnen para celebrar la amistad LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO

“Nos pasó cada cosa en esta galería, pasaron murgas, gente disfrazada, o personas que nos hacían reír. En esta galería pasó de todo, cosas que nos entretienen de otra manera a estar sentado en un bar normal”, recordó Riera.

Escapar del encierro

“Yo sin las reuniones en el bar tendría que buscar otra cosa para hacer, porque no puedo no hacer nada, me volvería loco, no me quiero quedar solo en mi casa, esta es mi manera de salir del encierro”, confesó Presti. Sus amigos estuvieron de acuerdo con él, ninguno quiere quedarse en su casa “a hacer nada”.

A veces toca preocuparse cuando algún integrante del grupo se demora. “Tratamos de comunicarnos con alguien de su familia, o por el grupo que tenemos, capaz se demoró por algún trámite o está cobrando la jubilación en el banco y no puede sacar el celular”, comentaron.

El último evento que les tocó compartir juntos fue los 50 años de casado de Licciardi con su esposa María Esther Vece donde, igual que en el bar, tuvieron su mesa asignada aunque esta vez acompañado de sus esposas. “La esposa de ‘Lito’ –como lo conocen sus amigos- siempre viene a buscarlo en el bar, ella aprovecha para salir con sus amigas o ver vidrieras cuando nosotros estamos charlando”, delató Presti.

A este grupo de amigos incondicionales nunca les tocó enfrentar peleas fuertes. “Quizá tenemos discusiones por pensar distinto en algún tema o lo cargamos alguno si es de un equipo de futbol distinto, pero al otro día nos olvidamos y seguimos siendo amigos”, recordaron.

“Vamos a seguir viniendo hasta que podamos” concordaron todos. Aunque remarcaron que este último año los precios subieron mucho “a pesar de los años no nos hacen descuento en el bar y nunca nos regalaron nada, de todas formas vamos a seguir con nuestra costumbre pase lo que pase”, finalizaron.  

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