Para Lidia Segni no sólo de cisnes en el lago va la danza clásica

Para Lidia Segni no sólo de cisnes en el lago va la danza clásica

La gran maestra argentina dictó talleres en Bajo Jardín. Aboga por la renovación total del arte que tan bien conoce.

EJE Y POSTURA. La prestigiosa Lidia Segni vino a Tucumán a impartir seminarios a alumnos de todos los niveles. la gaceta / foto de DIEGO ARAOZ EJE Y POSTURA. La prestigiosa Lidia Segni vino a Tucumán a impartir seminarios a alumnos de todos los niveles. la gaceta / foto de DIEGO ARAOZ

Unos veinte bailarines se estiran, cuan largos son, en las barras del Estudio Bajo Jardín. La clase empezará en unos minutos, y Lidia Segni se los concede gentilmente a LA GACETA.

“En Tucumán siempre hubo un movimiento de danza muy importante. Era un lugar de visita de todas las compañías de ballet al Septiembre Musical, que era maravilloso. Vine como integrante del Ballet del Colón, con mi grupo privado y también dirigiendo el Ballet Argentino, la compañía de Julio Bocca”.

Segni guarda buenos recuerdos de la provincia, a la que hace tiempo no venía. Recientemente dictó seminarios para todos los niveles en el Estudio Bajo Jardín. Desde los más pequeños bailarines hasta los profesionales acudieron tratando de que no les temblaran las piernas. No era para menos: estarían ante la gran maestra de la danza argentina.

- Tal vez los Septiembres se volvieron más musicales que dancísticos.

- Me parece muy bien, la cultura tiene que ser general y hay que darles a los tucumanos las posibilidades de que aprecien distintas expresiones del arte y que puedan tanto escuchar un buen concierto como ver un buen ballet. Hay que fomentar el arte porque, como buena provinciana que soy y gracias a todo lo que se presentaba en Córdoba, un día tuve la aspiración de crecer en la danza; en ese momento mi mayor meta era llegar al Colón, y llegué. Pero fue porque veía lo que pasaba. Si no ves nada, no sabés que existe. Era otra época, me costó muchísimo porque en el Colón no había retiro, con lo cual las bailarinas no se iban nunca y fue duro entrar; pero trabajando entré sin conocer a nadie del teatro, ni políticamente ni nada. Todo se puede.

- ¿Cuál es su actividad en la danza en estos días?

- Vine invitada por Alejandra Deza para volcar en clases mi experiencia. Es lo que hago en todo el país. Vivo viajando por el interior. Hay lugares adonde voy desde hace más de 20 años, dos veces al año, como Resistencia. Ahora vine a Salta y a Tucumán, y estoy muy contenta.

- Tiene alumnos de todas las edades y niveles.

- Para los más chiquitos doy un solo seminario; más que nada se trata de interiorizarlos y de hacerlos jugar con la música. Es decir, dar los primeros pasos: los hago entrar en la música con el movimiento, porque no se puede trabajar como en los niveles intermedio o avanzado, donde ya vienen con una base.

- En este momento de tantas interacciones entre artes, ¿cómo se hace para que la danza clásica perviva, y de qué manera?

- Hay que renovarse en todo aspecto. Por ejemplo, cuando dirigí el Ballet del Colón aporté lo tradicional y también un repertorio que no se conocía, que después tampoco se repuso. Llevé a Boris Eifman (San Petersburgo), el gran coreógrafo del siglo XX, a poner “Rodin”; a Mauricio Wainrot (Buenos Aires), que puso una “Carmen” neoclásica; a Yanis Pikieris (venezolano), que presentó los valses de Vicente Nebrada... No podemos seguir pensando nada más que en “El Lago de los Cisnes”. La Ópera de París es el ejemplo más grande, por las figuras que tiene y el repertorio con que cuenta, pero está estrenando lo supercontemporáneo desde hace muchos años. En danza hay que dar de todo; hay que renovarse, no podemos quedarnos todo el tiempo con los mismos ballets.

- ¿Qué se está haciendo en danza clásica en el mundo?

- De todo. En el Bolshoi y en el Kirov estuve en 2018 dos veces. En el Bolshoi vi una obra de tango con música de Ástor Piazzolla. El que se ha quedado más en el repertorio tradicional, con una afluencia de público de turismo incesante, es el American Ballet Theatre, de Nueva York, que mantiene sus tradiciones con El Corsario, Lago, Quijote, etcétera. Nació así y así seguirá. En Europa lo bueno es que cada ciudad tiene una compañía importante y el Gobierno de cada ciudad apoya el arte. En cambio, en la Argentina ¿cuántos lugares del interior tienen un cuerpo de baile y cómo lo tienen? De los existentes, entiendo que están funcionando Bahía Blanca, La Plata, Salta y Tucumán, pero no están funcionando como verdaderas compañías. El período de un bailarín es muy corto; no puede estar esperando 20 años para levantar el telón una vez.

- ¿Habría que hacer más presentaciones por año?

- Sí, si les das el presupuesto y lo que necesitan para poder hacerlo. Ahora, si le decís al director: “hacé lo que puedas, pero no te doy recursos”, no va a poder hacer nada.

- En el Colón el ballet se queja de tener pocas funciones.

- Ellos tienen bastantes presentaciones. En lo que sí estoy en desacuerdo es que se les dé espacio a espectáculos de muy diversa índole. El Covent Garden, el NYCBallet o el ABT están dedicados específicamente al trabajo de las compañías. En cambio, en este momento, en el Colón se puede ver a la Mona Jiménez. Aclaro que no lo juzgo, pero cada espectáculo tiene su espacio: el Gran Rex, el Ópera, el Luna Park... Ocurre que de golpe ves que hicieron un concierto de rock con la gente parada y bailando en la platea del Colón; a mí realmente me duele, pero no porque sea para una élite. A todo el mundo hay que darle la cultura que puede albergar el Colón: conciertos, ópera y ballet, y punto.

- En 2018 hubo un ballet especial en el Colón para los invitados del G20 que fue muy criticado.

- Me pareció bueno. Lo apoyé porque no lo vi como un espectáculo del Colón sino que pretendía mostrar las distintas danzas del país y las bellezas naturales de las distintas regiones. El problema es que fue una función corta porque los invitados del G20 contaron que en la reunión de Japón habían asistido a un espectáculo de teatro japonés que duró dos horas, lo mismo que un concierto en Berlín. Venían cansados y vieron una exposición de paisajes con danzas tradicionales que terminaba en un hip hop. Era una manera de mostrar lo que es el país.

La maestra Segni señala el reloj: marca las 17 en punto. Señal de que se termina la entrevista y empieza la clase de danza.

> PERFIL

› Con los grandes
Como primera bailarina del Teatro Colón bailó junto a Rudolf Nureyev y a Alexander Godunov. Con el Ballet Argentino recorrió los cinco continentes. Maestra de Julio Bocca, Eleonora Cassano y Hernán Cornejo. Enseña en el Ballet contemporáneo del Teatro General San Martín. Dirige el Ballet del Teatro Argentino de La Plata e integró jurados en certámenes internacionales.

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