Rugby: El mundo a partir de 2022

Rugby: El mundo a partir de 2022

Las últimas semanas han sido intensas en el diseño de los grandes cambios que se avecinan.

FUTURO. El Nations aseguraría a Los Pumas a enfrentarse a las potencias de ambos Hemisferios al menos una vez al año. Prensa UAR.- FUTURO. El Nations aseguraría a Los Pumas a enfrentarse a las potencias de ambos Hemisferios al menos una vez al año. Prensa UAR.-

Las placas tectónicas del planeta rugby vienen de sacudida en sacudida en los últimos tiempos. En el plano nacional, hace bastante ya que los calendarios experimentan constantes reacomodamientos en busca de una fórmula que satisfaga los intereses de los múltiples actores del rugby y garantice competencias de mayor nivel y menos desgastantes para los jugadores. Sin embargo, donde más agitado estuvo el avispero en estos primeros meses de 2019 fue en el plano internacional.

La exclusión por motivos deportivos y económicos de Sunwolves, la franquicia japonesa que ingresó junto con Jaguares al Súper Rugby en 2016, y el nuevo formato que tendrá el torneo a partir de 2021 (ya con 14 equipos y sin división en conferencias) mantuvieron la chispa que ya había dejado encendida el debate en torno a la polémica Liga de las Naciones (Nations Championship”) y la posterior cumbre en Dublín, de la que participaron representantes de los países que estarán involucrados.

A modo de repaso: con el propósito de generar mayores ingresos para paliar la crisis del rugby internacional, al que considera inmerso en un modelo económico y deportivamente insostenible a largo plazo, Agustín Pichot -actual vicepresidente de World Rugby- elaboró un proyecto que apunta a incrementar el interés en los partidos entre seleccionados nacionales. ¿Cómo? Articulando los partidos de las ventanas internacionales (que dejarían de ser amistosos), los del Seis Naciones y los el Rugby Championship dentro de un torneo global anual: la Liga de las Naciones, o Nations Championship. Sin embargo, la filtración de un supuesto formato que tendría el torneo, pernicioso con los países de segundo orden y desgastante para los jugadores, reveló un panorama fracturado: hay intereses que se verían seriamente afectados con un torneo que enfrentará todos los años a las principales potencias del mundo. Por caso, las poderosas ligas de clubes europeos como el Top 14 (Francia) y la Premiership (Inglaterra), cuya actividad es independiente de la World Rugby y podría verse impactada por tales cambios en el calendario mundial, ya que sus equipos se nutren principalmente de figuras internacionales.

La idea tampoco le cuadra a algunos países del Seis Naciones, que consideran a su torneo ya lo suficientemente redituable en términos deportivos y económicos. De acuerdo a la prensa británica, los más reticentes son Irlanda, Escocia e Italia, en especial estos últimos dos, ya que son los principales candidatos a disputar la promoción por el descenso que contempla la Nations Championship.

Volviendo a la reunión que tuvo lugar en Dublín a mediados de mes, de allí salió un nuevo (sí, otro más) formato para el Nations Championship (ver nota aparte). En realidad, se trata de una revisión del anterior. En base a lo debatido junto a las partes interesadas, World Rugby afinó el lápiz y retocó algunos detalles del formato que había presentado algunas semanas antes (más cercano a la idea original de Pichot) para desmentir el irrazonable que se había filtrado en el “New Zealand Herald”.

El principal obstáculo era encontrarle la vuelta al proyecto para seducir a las naciones europeas reticentes. Y pocas cosas son más convincentes que el dinero: World Rugby anunció que el Nations será soportado económicamente gracias a un acuerdo de muchos ceros con Infront Sports & Media, una compañía suiza de marketing deportivo que desde hace tres años forma parte del conglomerado empresarial chino Wanda Group, también dueño de una parte de Atlético Madrid y de la cadena de cines Hoyts. Infront desembolsará 5.000 millones de libras esterlinas durante un período de 12 años para hacerse con el marketing y otros derechos. Lógicamente, buena parte de ese dinero se repartirá entre las Uniones participantes, entre ellas la UAR.

Además, según reveló un informe del diario “La Nación”, también jugó su papel en la negociación el ex mandamás de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, cuya empresa CVC se asociará con la marca Seis Naciones y aportará 500 millones de libras esterlinas. Con las ganancias aseguradas, la plata ya no será una excusa para rechazar el Nations Championship.

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