Que esta conquista llegue al interior

Escasena volvió a darle al fútbol una oportunidad

Desde que tenía seis años, repitió este ritual por mucho tiempo: salía de la escuela a las 18 y lo primero que hacía al llegar a su casa, era agarrar la pelota e irse a la canchita a jugar. A los 11, jugó un torneo de fútbol 9 en esa misma cancha e hizo goles en todos los partidos. Luego del torneo, le dijeron que no podría seguir jugando al fútbol. ¿Cuán ilógico suena esto? Prohibirle jugar a alguien que no solo disfruta de practicar un deporte, sino que además lo hace muy bien.

El párrafo anterior no tiene sujeto ni tampoco género porque quizás así, le sea más fácil responder genuinamente la pregunta que se hace. Lo cierto es que la dueña de esta historia que jamás hubiese afectado a un niño, obviamente es alguien, tiene nombre, apellido y género: Daniela Escasena, la actual goleadora del equipo de Atlético, con 27 años.

No solo es ilógico lo que vivió, sino también discriminatorio. “Ahí sentí el prejuicio porque no me dejaron seguir jugando. Me dijeron que no podía jugar con varones”, recordó Daniela que allí en la canchita de barrio CGT, era la única mujer. La goleadora entre jugadores.

Y si todavía se sigue festejando la decisión que tomó esta semana, la AFA de oficializar y profesionalizar el fútbol femenino es por momentos como el que vivió Daniela y tantas otras chicas. “Me frustré tanto que dejé de jugar. Mi familia me insistía porque siempre me apoyaron en todo pero yo ya no quería”, confesó.

Una vez rechazada del deporte que amaba, probó con otro. “Comencé taekowndo a los 12. Por suerte había muchas otras chicas y no sentí ningún tipo de prejuicios”, contó. Los deportes de combate defintivamente le gustaban porque del taekwondo, pasó al kick boxing. De hecho, este fin de semana peleó por un título semiprofesional y lo hace regularmente. Tampoco es que se haya olvidado del taekwondo porque lo enseña en un gimnasio y significa gran parte de su ingreso.

A los 19, una amiga volvió a tentarla con el fútbol. Un torneo de fútbol 5 era la excusa, de esos tantos que las mujeres ya vienen copando en “La Perón”. “Le dije que no sabía. Tenía miedo de no acordarme como era la pelota”, bromeó en ese momento. Pero sí que se acordaba. Tanto que la observaron dirigentas del Futsal y fue hacia allí. Llegó hasta la Selección tucumana y ahí fue cuando Daiana Valle, la delegada de Atlético en fútbol 11, le hizo el ofrecimiento que tanto esperaba.

Es curioso como el fútbol le dijo que no a Daniela en un momento crucial de su vida y ella no tuvo reparos en decirle “sí” cuando este fue a buscarla. La oferta no incluía varones. Se trataba del equipo femenino de Atlético de fútbol 11 el cual integra y del cual jamás le dirían que no puede hacerlo. “Es impresionante la cantidad de niñas jugando que hay en Atlético. Me hacen acordar mucho a mi pero por suerte con esta noticia, ellas pueden soñar con un futuro profesional”, dijo Daniela. El futuro con el que soñó ella y todas las mujeres a las que el fútbol les dijo no en su momento.

Salvatierra toma el fútbol femenino con seriedad

“Es importante tomar al fútbol femenino con la mayor seriedad posible”, pidió Enrique Salvatierra, presidente en ejercicio de Atlético, luego de la decisión tomada en AFA.

“La profesionalización significa mayores egresos y para eso vamos a ver cuales son los ingresos. Imagino que AFA tendrá un esquema, una vez que nos toque aplicarlo”, explicó Salvatierra. “Siempre estamos en contacto con las chicas y las hemos ayudado siempre”, agrega. Una aseveración que encuentra apoyo en sus jugadoras. Tanto Daniela Escasena como Adriana Larrahona, la arquera del equipo.

“(La profesionalización) es un paso muy importante para el fútbol femenino”, dice .  

Con 39 años, Larrahona vivió casi todo el proceso del fútbol femenino en Atlético. “La desigualdad está marcada en casi todos los aspectos. En lo económico, en la vestimenta, los días de entrenamiento”, explica la jugadora.

“Por suerte en Atlético no es así desde hace un tiempo. Hay apoyo y esta decisión de AFA, me motiva a seguir más años”, cuenta.

"Hay que luchar para que se federalice"

En una respuesta rápida, la historia suele entenderse como algo abstracto, que sucedió en el pasado, protagonizado por otros. Pero esa concepción no resiste una reflexión. La historia es algo muy concreto, que las personas construyen día a día. El creciente movimiento de mujeres que luchan por sus reivindicaciones, por ejemplo, está haciendo historia. Y aunque quedan sinnúmero de derechos por conquistar, ya se vislumbran algunos logros. La profesionalización del fútbol femenino, entre estos.

Soledad Miranda Villagra fue parte del puñado de mujeres que allá por mediados de los 90 empezó a organizarse para poner en pie en Tucumán la versión femenina del más popular de los deportes. La arquera y capitana del primer equipo de San Martín es consciente de que, en paralelo, estaban iniciando también la lucha por la igualdad en ese ambiente, tan asociado al hombre. “Me siento orgullosa por haber sido de las pioneras, por haber sido parte de esa generación. Debimos transitar caminos de rocas: en los regionales dormimos a la intemperie, en carpas, en autos... ¡hasta en gallineros! Y aun así, somos una generación que ganó todo: ‘nuestro’ San Martín es el equipo más ganador de la historia del fútbol femenino”, dijo, en referencia a los 42 títulos que ganaron las “Santas”.

Pese a esta gruesa cosecha, ellas, sus compañeras, y todas las mujeres que juegan en los clubes tucumanos quedaron fuera de la profesionalización del fútbol femenino, que había anunciado la AFA poco más de una semana atrás (Ver aparte). “Este anuncio es muy alentador; pero nosotras deberemos seguir luchando para que se federalice, porque empezará centralizado en Buenos Aires. El mismo presidente de la AFA (Claudio Tapia) dijo que la tucumana es una de las ligas más fuertes del país. San Martín está en lo más alto a nivel nacional: hemos ganado tres Nacionales consecutivos del Consejo Federal de la AFA. Chicas que surgieron aquí hoy juegan en UAI Urquiza, en San Lorenzo, en los mejores equipos de allá. A la corta o a la larga nos deberán tener en cuenta”, avisó la capitana. Y no sólo aludía a los títulos conquistados, sino también a la forma de trabajar. “San Martín entrena de la misma manera, y hasta me atrevería a decir que mejor, que equipos que serán profesionales. Quizá Boca, River -que tienen más presupuesto- o UAI Urquiza o San Lorenzo -que son los mejores- estén un poco mejor. Pero nosotras estamos en mejor nivel y con entrenamiento serio y profesional”, afirmó.

Desde su lugar de referente del fútbol femenino de Tucumán hizo un llamado para un futuro que no la tendrá en las canchas. “La profesionalización debe llegar al interior, porque el esfuerzo y la seriedad que le ponemos es la misma que las que tendrán esa posibilidad. Lamentablemente a mí me quedarán uno o dos años, y quizá no llegue a disfrutarlo; pero me quedará la tranquilidad de que marcamos el camino para llegar a esto”, señaló.

Sin el sponsor, prácticamente no podrían jugar

En busca de un escape a la miseria, muchos chicos pobres se acercan al fútbol. Este fenómeno no distingue de géneros: el plantel de fútbol femenino de San Martín también cuenta con chicas de escasos recursos. Debido a esto, las jugadoras se organizaron y buscaron sponsor. Con lo que aportan Lebron Suplementos y Alcoholes San Iginio se cubren pasajes de ómnibus o cuota social, entre otros. “Del sueldo de (policía) destino parte para el fútbol. Incluso, con Soledad Miranda Villagra (arquera y capitana) apadrinamos a algunas chicas. Muchas no tienen para el colectivo, y les decimos que vayan como sea, que les daremos para volver”, dijo María del Pilar González, histórica goleadora de las “Santas” y del fútbol femenino tucumano -hizo 15 goles en un partido oficial-. Aunque admitió que algunas cosas mejoraron indicó que la situación en el fútbol femenino dista de ser buena: “casi todo el gasto lo hacemos las jugadoras. Una compañera (Sabina Coronel) vive en Garmendia. Sin ayuda no podría jugar, porque no podría viajar. Por eso necesitamos sponsors”.