La informalidad es el estigma del mercado laboral tucumano

La informalidad es el estigma del mercado laboral tucumano

Los fríos porcentajes del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) ubican al Gran Tucumán-Tafí Viejo como el segundo aglomerado urbano de la Argentina con el nivel más alto de informalidad laboral. Al cierre de 2018, el empleo en negro alcanzó al 45,9% de los asalariados del distrito. En otros términos, se trata de 128.000 personas que no pueden gozar de beneficios previsionales ni de una obra social porque no se les efectúan los aportes de ley. El dato no es nuevo. En cada medición, Tucumán aparece en el Top Five, en un país en el que el trabajo en negro sigue en ascenso y llega al 35,3%. Ese dato vino acompañado con el incremento interanual del desempleo que, en el caso nacional, ha sido del 9,1%, mientras que en Tucumán ha trepado al 7,6% en la misma comparación interanual. En el área urbana provincial -además- se consolida la tendencia de que las mujeres de hasta 29 de años son las que tienen más problemas para conseguir trabajo: la desocupación en esa franja etaria llega al 18,7%, mientras que en los jóvenes asciende al 13,2%.

La informalidad laboral es un efecto de varias causas, dice a LA GACETA Máximo Iriondo, socio-responsable de Desarrollo Organizacional de Innova Estudio de RRHH. Desde su punto de vista, existen variables claves para trabajar en disminuir la informalidad laboral. Entre ellas menciona:

• Nivel de actividad: podría pensarse una correlación negativa entre crecimiento económico e informalidad laboral. A medida que hay mayor crecimiento económico hay más posibilidad de que la informalidad laboral disminuya.

• Legislación tributaria en materia de empleo: debería contemplar lo costoso que le resulta contratar a los distintos actores económicos. No tiene la misma incidencia registrar a un empleado para todas las empresas. No es lo mismo, en términos de sus posibilidades económicas, registrar un empleado en una pequeña empresa que en una mediana o en una grande. Si la legislación laboral tuviera en cuenta en mayor medida las características del empleador podría ayudar a que aumente el trabajo formal.

• Corrupción: a mayor corrupción entre los organismos de control y las empresas, mayor informalidad laboral.

• Evasión fiscal y cultura del consumidor: podríamos decir que a menor cultura por parte del consumidor en relación a sus derechos, mayor posibilidad de evasión fiscal y trabajo informal.

• La cuestión cultural: si la informalidad laboral ha llegado a naturalizarse, es muy probable que no sea vivida como un problema, sino como lo habitual.

• Para que pueda abordarse la informalidad laboral debería causar un nivel de molestia en la sociedad de tal manera que los actores responsables atiendan sus causas. “Atendiendo esas causas, el síntoma cederá”, finaliza Iriondo.

Las causas

De su experiencia como jefe de Recursos Humanos en una empresa industrial, Fernando Sosa, las probables causas del empleo no registrado:

• La existencia en la provincia de una economía paralela, ilegal y en negro que no paga impuestos, servicios ni alquileres.

• Desmedido cuentapropismo (acorde a lo que ocurre en todo el país); cada uno de ellos trabajando totalmente en negro y sin pagar absolutamente ningún impuesto.

• La competencia desleal que debe soportar el empresario que tiene sus trabajadores registrados, por parte de toda esta economía ilegal y de otros “empresarios” que lucran con la necesidad de sus empleados.

• El derrame que hace el Estado nacional y provincial mediante la multiplicidad de planes sociales que llega a muchísimos habitantes en la provincia, lo que provoca el desinterés de la gente en tener trabajos registrados ya que si su CUIL figura activo en la Anses, pierden los planes sociales.

• La falta de un sistema de simplificación registral para que un emprendedor pueda blanquear a sus empleados en forma simple y sin mayores costos iniciales, que se suman a los que deben afrontar mensualmente sobre los sueldos pagados al personal.

• La falta de financiamiento a tasas razonables para afrontar nuevos emprendimientos que puedan generar empleos genuinos.

En la Provincia, el secretario de Trabajo, Roberto Palina, coincide con Sosa respeto del incremento del cuentapropismo y del uso de la necesidad de las personas de conservar el trabajo, aún cobrando en negro. “Cuando uno va a inspeccionar nos encontramos con casos en el que el trabajador se retira y no denuncia para no perder su trabajo”, relata. Ese, según Palina, también es el caso de las empleadas domésticas. No obstante, el funcionario remarca que la registración ha mejorado en zonas donde no llegan las estadísticas. “Por caso, se inscribieron 33.000 obreros en tareas rurales vinculadas al limón y al azúcar”, finaliza.

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