Una historia de dos mujeres, con el Holocausto, Tafí y la dictadura

Una historia de dos mujeres, con el Holocausto, Tafí y la dictadura

Afirmar las identidades, entre la violencia del dolor y de las pérdidas.

EL HORROR. La protagonista logra escapar, tras incontables abusos, del campo de concentración de Ravensbrück. Luego se embarcará a la Argentina. youtube EL HORROR. La protagonista logra escapar, tras incontables abusos, del campo de concentración de Ravensbrück. Luego se embarcará a la Argentina. youtube
10 Marzo 2019

NOVELA

VIAJE AL INVIERNO

CLAUDIA SOLANS 

(Adriana Hidalgo - Buenos Aires)

La Kristallnacht, tristemente recordada como “Noche de los cristales rotos”, marca el comienzo de las persecuciones judías durante el Tercer Reich. Fue especialmente brutal en Viena, donde el comienzo del holocausto atrapó a Halina, bella joven alemana, arrastrada luego al horror de Ravensbrück, un feroz campo de concentración donde se experimentaba con niñas y mujeres. Logra salir, tras ser sometida a innumerables abusos, para embarcarse hacia la Argentina, procurando, como tantos, un lugar donde vivir lejos del infierno europeo. Viaje al invierno, la nueva novela de Claudia Solans, comienza con este viaje, cargado de dolor y de pesadillas que rondarán en la existencia de la protagonista.

Adecuado título para una narración que abarcará también la trayectoria de otra joven, una suerte de sobrina que Helena (Halina, ya argentinizada) acogerá en sus últimos años en Tucumán. Así, esta provincia vuelve a convertirse en el marco en que transcurrirán las historias y cobrarán vida los protagonistas. Lo mismo ocurrió en la primera novela de Solans, La visitante, publicada en 2017 por la misma editora, Adriana Hidalgo.

Desde luego que hay un gran paralelismo en las penurias de ambas mujeres, narradas con excelente agilidad y estilo. Los vínculos con Tucumán de la escritora resultan notorios, y su aguda mirada de la realidad provincial de la segunda parte del siglo pasado lo demuestra acabadamente. Hace poco, en una entrevista, Claudia reconocía haber atravesado su adolescencia durante la dictadura, lo que la marcó fuertemente.

Viaje al invierno contiene una trama por momentos desgarrante; pero sus personajes centrales, Helena y Clara, transitan la urdimbre de sus destinos bajo un impulso vital que las trasciende. La violencia del dolor, de las pérdidas, las convierte en víctimas casi necesarias en el entorno de tiempo y espacio. Pero nunca cesan en la afirmación de sus identidades: son interlocutoras legítimas que deberán escarbar en la profundidad de sus introspecciones para avizorar una salida.

Es una novela esencialmente femenina. Los hombres son referencias, alusiones, sombras o amenazas, cuando no dolorosos recuerdos. La multitud de detalles cotidianos contiene un torrente de realidad, desde esa mirada de mujeres animadas siempre por un espíritu libertario.

Claudia Solans ha profundizado en los intersticios de dos generaciones, la que padeció la guerra y la que afrontó la dictadura, y lo hace sin necesidad de encarar una narración de protesta o de panfleto. La realidad emerge naturalmente, y no nos sorprende que la novela contenga personajes reales como Eichmann, Galtieri o Bussi. O que vaya la historia desde los campos de concentración hasta la guerra de Malvinas. Y hasta que relate el drama de desaparecidos, o de los náufragos del “Belgrano”. Hay amores, algunos fugaces, otros tiernos, y hasta un matrimonio poco convencional. Y hay muchos sueños, pesadillas o alegres evocaciones, aunque el tinte es casi siempre dramático, sin relámpagos algunos de felicidad.

Tucumán, algún ingenio azucarero, Tafí del Valle y Buenos Aires, no son meros trasfondos de la atrapante novela. La autora nos mueve por esos lugares con solvencia, con adecuado conocimiento de sus particularidades. Las vivencias de Tafí son un ingrediente muy valioso para la conformación de la trama.

Pero no todo es violencia y dolor. Hay espacios y momentos de fino lirismo, como en el antológico capítulo 31, donde se adentra en el final de la ardua vida de Helena. O el momento de infinita tristeza de Clara, al encontrar el nombre de su amado amigo tucumano entre la nómina de los caídos en Malvinas.

En su primera novela, La visitante, Claudia Solans apeló al recurso literario de narración en primera persona. Un verdadero desafío que cumplimentó con éxito. Pero su escritura se afianza más en esta nueva entrega. La técnica empleada resulta impecable: los personajes y los tiempos se tratan en tercera persona y se separan en distintos capítulos, lo que hace más atractiva y ágil la lectura.

Helena y Clara, dos mujeres que nos dicen mucho del mundo, de la vida, del dolor y de la esperanza. Viaje al invierno conmueve e ilustra sin artificios. Una novela que demuestra una firme personalidad literaria, que se proyecta al escenario nacional con una trascendencia que, complacidos, le auguramos.

© LA GACETA

PEDRO LEÓN CORNET

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios