Lo que hay que saber antes de contratar un transporte escolar

Lo que hay que saber antes de contratar un transporte escolar

07 Marzo 2019

Elegir un transporte escolar no es poca cosa: se le delega a un desconocido la vida de nuestros hijos. Por ello es necesario asegurarse de que tanto el vehículo como su conductor cumplan las normas básicas de seguridad vial. Guillermo Totongi, presidente de la Asociación de Propietarios de Transportes Escolares de Tucumán, compartió consejos para contratar el servicio: “Asegurarse de que las combis estén pintadas de naranja (la mitad inferior) y blanco, con la inscripción “Transporte escolar” y con las obleas entregadas por la Municipalidad y por la Verificación Técnica Vehicular. Deben poseer pisos antideslizantes, matafuegos, puertas y carrocería en buen estado y un celador con carnet de sanidad (ayuda a cruzar a los niños). Además, no deben trasladar a más de 20 escolares sentados”.

La Asociación Civil Luchemos por la Vida resaltó la importancia de hablar con el chofer o encargado del transporte y de denunciar alguna situación de riesgo a las autoridades correspondientes (en la capital sería la Subdirección de Tránsito).

En emergencia

Sobre la nueva prohibición de estacionar frente a los establecimientos, Totongi confesó que los afecta directamente: “la nueva norma no contempla nuestro servicio, que es puerta a puerta. Por ello hemos solicitado una reunión con la Comisión de Transporte del Concejo Deliberante, para que hagan una excepción”. Por otra parte, contó que pidieron audiencia con el intendente, Germán Alfaro, para solicitarle que decrete la emergencia de la actividad de transportistas escolares. Eso implicaría -ejemplificó- pedirle una extensión para la renovación de unidades hasta fines de 2020, el control más exhaustivo de transportes truchos y de las unidades de traslado programado, que “hacen de transporte escolar y no les corresponde”, puntualizó.

> Las mamás los cuidan así
“El descenso, siempre del lado de la vereda”
“Cuando voy en auto trato en lo posible de no parar en doble fila y siempre con balizas. Al descenso siempre lo hago por el lado de la vereda. Si llevo también a mi hija más chiquita, no la dejo en el auto sola: la bajo conmigo. Tengo pánico de que me roben el auto con la niña (algo que ya pasó en Tucumán). Nunca paro en esquinas, siempre intento frente al cole. Si no hay lugar, doy una vuelta. Prefiero llegar tarde a dejar el auto en la otra cuadra. Además, trato de cruzar rápido, aunque igualmente es caótico: cientos de taxis y autos que no frenan, a pesar de ver que estamos cruzando con niños”. Alejandra Juárez.

> “Me senté a charlar con el transportista”
“Creo que me fijé más en el transportista que en el vehículo. Lo contraté por referencia de otros papás. La primera vez lo senté en mi casa a charlar, porque quería saber qué tipo de persona los llevaría al colegio. Me dijo que tenía los papeles en regla, no me los mostró y tampoco se los pedí. Sé que es un error, pero me importaba otra cosa en ese momento: cómo era él, que sea responsable en el horario y en el trato con los chicos. Ya llevo seis años con el mismo transporte”. Aurora Ahumada.

> “Que alguien los espere en el destino”
“Siempre los acompañé a la parada del colectivo. Me daba miedo que vayan solos. Cuando eran más chicos los acompañaba durante todo el viaje. Les advertía que no se durmieran porque se les podía pasar la parada. También les aconsejaba que cedieran el asiento a los mayores y embarazadas y que cuidaran las mochilas: llevándolas abrazadas o al costado. Cuando eran más chicos trataba de que alguien los esperara en el destino”. Natalia Trouvé.

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