Los cambios que buscaban llevar paz generaron más confusión

Los cambios que buscaban llevar paz generaron más confusión

Ni la renuncia de José Díaz como jefe de Policía llevó tranquilidad a la fuerza. Los nombramientos de Manuel Bernachi y de José Rolando Gómez tendrían consecuencias insospechadas en las filas azules. Al menos 10 comisarios generales deberían renunciar a sus cargos o los tendrían que retirar de manera forzosa e inmediata porque tienen más antigüedad.

Díaz se fue de su cargo porque se lo llevó puesto el caso Lebbos, pero no fue el único. El lunes, antes de que se conociera el fallo, había renunciado a su cargo el subjefe Francisco Picón. En el área de Seguridad se informó que su dimisión había sido por cuestiones personales, pero en los pasillos se decía que el Gobierno no quería quedar pegado a la causa y no podía soportar que el segundo de la fuerza sea investigado (aunque el fallo no esté firme) por este hecho. Pero jamás se imaginaron que el número Uno de la Policía también quedaría implicado con la sentencia.

Ese fue el golpe de gracia para el comisario Díaz. Venía golpeado. A los números en rojo de la inseguridad se agregan los hechos de corrupción policial que se registraron en este mes. Sus mismos subalternos reconocían que esta situación se generaba porque no había un liderazgo claro y muy pocos le respondían.

Lo aguantaron hasta que pudieron y buscaron el cambio, pero al parecer no tuvieron en cuenta lo que podrían generar. Si no es común el reemplazo de un subjefe de la fuerza, mucho menos lo es que el segundo jefe se transforme en titular en poco más de 36 horas y eso es lo que sucedió con Bernachi.

El nombramiento de Gómez puso en alerta a todos en la fuerza. Su nombramiento pone en jaque la continuidad de jefes de las unidades regionales y de reparticiones clave como la ex Brigada, la de formación de la fuerza, la de Inteligencia y Judiciales, entre otros.

Al parecer, desde el Ministerio de Seguridad no se percataron de esta situación. Por ejemplo, a los comisarios que deberían dar un paso al costado les asignaron nuevas funciones en un enroque. Félix Concha, que estaba en la Unidad Regional Sur, pasará a la Oeste, y César Marcelo Ibáñez, que estaba en esa última, pasará a la Sur.

Es cierto que esta no será la primera vez que se genere este tipo de problemas con el nombramiento de la Jefatura. Siempre trataron de acomodarlo para que no se agitaran las aguas. Pero en esta ocasión, con los nuevos nombramientos se pretende cambiar la imagen y recuperar la confianza de la sociedad hacia la Policía. Y violando las normas que regulan el normal funcionamiento y la verticalidad de la fuerza no es una buena manera de hacerlo.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios