Apareció muerto, con golpes en la cabeza, un ex empresario panadero en Concepción

Un ex empresario panadero de Concepción fue asesinado durante la tarde de ayer cuando ingresaba con su auto al garaje de la vivienda que poseía en el barrio Haimes de esa ciudad.

Carlos Oscar Chequer tenía 62 años y vivía solo en el inmueble ubicado en San Juan y Miguel Lillo. En principio todo indicaría que el hombre fue atacado con un garrote u otro objeto contundente en el momento en que descendía de su auto marca Jeep.

El deceso se habría producido casi en el acto al recibir uno o más golpes en la cabeza. No se encontraron indicios que vinculen al hecho con un robo. Es que las puertas y ventanas de la casa no fueron violentadas. Sin embargo no se descarta que haya tratado de una entradera.

Peritos de la Policía y de la Justicia practicaban anoche una autopsia al cuerpo de la víctima para confirmar las causas de la muerte.

Fueron dos albañiles los que encontraron al cuerpo de Chequer tirado al lado de su rodado. Sucedió alrededor de las 14.05 cuando llegaron a ese domicilio con el fin de realizar tareas para las que habían sido contratados hace unos días.

En el lugar del asesinato, el fiscal de instrucción Edgardo Sánchez, de los tribunales de Concepción, manifestó que Chequer presentaba heridas muy graves en la cabeza, pero insistió en que no podía confirmar con que fueron causadas. También se mostró prudente cuando se le consultó si se se encontraba ante un homicidio.

“No puedo hablar sobre la base de suposiciones y por eso vamos a esperar los informes periciales que van a dar precisiones sobre lo sucedido”, advirtió.

Adelantó, eso sí, que por el momento avanzaba en la investigación de la muerte sobre la base de una hipótesis concreta surgida de datos brindados por vecinos. Y esta línea activa los procedimientos propios de un caso de homicidio. La versión habla de un hombre que habría sido visto alejarse de la casa de la víctima con un palo en las manos.

El ex empresario, según sus allegados, hace poco tiempo concretó la venta de un inmueble de su propiedad por un importante monto. Y, junto con ello, formalizó otros negocios inmobiliarios. Por eso comenzó a cobrar fuerza la posibilidad de que se haya tratado de una entradera.

Se estima que la víctima arribó a su casa minutos antes de las 14. Ingresó a su garaje por calle Matienzo y fue sorprendido por el atacante cuando descendía del vehículo. El portón de acceso aún permanecía abierto, por lo que se desconoce si el desconocido lo espero dentro del inmueble o apareció por detrás del auto. Lo concreto es que ningún vecino escuchó ruidos que los alertasen.

“Esta es una zona insegura. Hace dos meses desconocidos robaron en mi casa. También lo hicieron tiempo atrás. De ahí que tuve que instalar todo tipo de seguridad”, describió Raúl López, vecino de la zona. “Sobre lo que sucedió ahora no puedo decir nada porque no escuchamos nada”, afirmó.