Cómo prevenir lesiones en los más chiquitos

Cómo prevenir lesiones en los más chiquitos

Los accidentes por causas externas en los niños constituyen la primera causa de muerte en niños de 1 a 15 años. Recomendaciones.

Cómo prevenir lesiones en los más chiquitos

Ellos corretean detrás de su mamá o su papá. Imitan sus acciones. Quieren abrazos o jugar mientras los adultos revuelven la salsa caliente. Y cuando se toman un descanso, o aceptan una llamada en el celular,  hay segundos en los que pueden llegar a perder de vista a sus hijos. Son pequeños momentos en los que todo puede pasar. Por ello, la Sociedad Argentina de Pediatría resalta la importancia de la prevención en el hogar: no hay que dejar a los niños solos, ni cocinar con ellos cerca, tampoco se debe dejar líquidos calientes en mesadas ni objetos pequeños a su alcance y las cercas seguras alrededor de las piletas son fundamentales. Es que en nuestro país hay una elevada tasa de mortalidad por lesiones por causas externas (LCE): es de 11,6 casos cada 100 mil niños, lo que resulta superior a la de países desarrollados e inclusive más alta que las de Uruguay y Chile. Esas situaciones pueden y deben prevenirse.

Caídas de la cama u otros sitios altos; quemaduras con líquidos, fuego u objetos calientes; intoxicaciones con medicamentos; heridas con objetos cortantes; aplastamiento de los dedos con cochecitos, puertas o automóviles; atragantamiento; contactos con electricidad y hasta ahogamiento, son algunos de los principales tipos de LCE que en nuestro país representan la primera causa de muerte en niños de entre 1 a 15 años.

Es decir, fallecen tres infantes por día por ese tipo de lesiones, según cifras de la Dirección de Estadísticas e Información en Salud (DEIS), que detallaron que en el período entre 2013 y 2015 murieron en promedio 1.186 niños por año por este motivo. Además, revelaron que existe una mayor mortalidad en niños más pequeños, en los varones y en algunas provincias vinculadas con mayores índices de pobreza. Entre las causas más frecuentes, figuran los accidentes de tránsito (25,1%), asfixia (14,4%), ahogamiento (11,4%) y eventos con intención no determinada (11,9%), que incluye aquellos en los que no se sabe fehacientemente si fueron intencionales o si ocurrieron sin intención de producir lesión.

“Es importante tener presente que las cifras que habitualmente se señalan como ‘mortalidad infantil’ son datos del primer año de vida. En este período las principales causas de muerte están vinculadas a eventos relacionados con el período de gestación, el nacimiento, malformaciones congénitas y problemas  respiratorios. Sin embargo, ante una muerte por causa indeterminada en este grupo etario es pertinente  sospechar la posibilidad de maltrato o negligencia”, expresó Andrea Perinetti, epidemióloga pediatra, miembro del Comité de Prevención de Lesiones de la Sociedad Argentina de Pediatra.

La seguridad de los niños depende del ambiente en el que se  desarrolla su cotidianidad. Es decir que los adultos son los responsables, son sus cuidadores primarios: padre, madre o tutor. Sin embargo, cualquier otra persona a quien se le delegue su protección, aunque sea transitoriamente, debe ser capaz de proporcionar las medidas  adecuadas para prevenir lesiones.  “Esto se debe a que los niños habitualmente están en contacto con situaciones y elementos riesgosos mucho tiempo antes de tener la comprensión de que eso es un peligro”, sostuvo Rubén Zabala, médico pediatra, prosecretario del Comité de Prevención de Lesiones de la Sociedad Argentina de Pediatría.

Empeora en el verano

Zabala agregó que hay que tener en cuenta que en el verano aumenta la incidencia de este tipo de lesiones debido a modificaciones en el tipo de actividades que  realizan los niños, muchas de ellas al aire libre, o por traslados a otras casas no tan conocidas ni por el niño ni por el adulto, y una mayor exposición de los menores a situaciones menos cotidianas.

El ideario colectivo -señalaron de la SAP- suele vincular la ocurrencia de lo que comúnmente denominamos “accidente” con hechos fortuitos, que no pueden ser evitados. Pero la realidad indica que casi todas las lesiones que sufren los niños sí pueden ser evitadas.

“Por eso es muy importante que en los consultorios o centros de atención de la salud se disponga de estrategias de comunicación que permitan reforzar la necesidad de una mirada anticipatoria respecto de este importante problema para la salud integral de nuestros niños, niñas y adolescentes”, destacó Viviana Soligo, también miembro del Comité de Prevención de Lesiones de la Sociedad Argentina de Pediatría.


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