Articular el secundario con la universidad es esencial

Articular el secundario con la universidad es esencial

27 Febrero 2019

En 1995, la Universidad Nacional de Tucumán encaró su autoevaluación institucional. En ese proceso introspectivo, uno de los elementos que se surgió con contundencia fue la escasa articulación entre la educación universitaria y la del nivel medio. Dos décadas y media después, la brecha que separa el nivel de formación promedio que reciben los estudiantes en el secundario y el nivel de exigencia que demanda la educación de grado sigue siendo notable. Por eso la noticia de los proyectos que han encarado dos facultades de la UNT para reducir esa brecha, publicada en nuestra edición del martes, representa un hecho auspicioso.

Por un lado, la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología encara este año un programa capacitación laboral para los alumnos de los dos últimos años del nivel medio, para que estén preparados para llegar al mundo del trabajo apenas completen sus estudios. Se los capacita en “Logística y Gestión de la Cadena de Abastecimiento” y en “Gestión de Proyectos”, formación con salida laboral inmediata en empresas de salud, infraestructura, construcción e industria. La iniciativa incluye habilitar el año que viene las especialidades en “Gestión tecnológica de robótica” y en “Domótica y Gestión de la Innovación empresarial”.

Por otro lado, la Facultad de Ciencias Económicas mantiene desde hace cinco años un programa de vinculación con el nivel medio que incluye cursos de articulación del secundario con la universidad, muestras de microemprendimientos y olimpíadas académicas. El resultado ha redundado en un incremento de las inscripciones del orden del 15%.

Las facilidades para acceder a la educación universitaria, mediante la creación de universidades públicas y gratuitas, acompañan la historia de la modernidad en la Argentina. El acceso libre a las casas de altos estudios no sólo le ha dado un perfil único nuestro país en el contexto de todo el continente (hasta el punto de mantenerlo siempre en los primeros puestos de los rankings de los países mejor posicionados para educar a los hijos), sino que ha moldeado a la sociedad misma. El surgimiento de una clase media amplísima y consolidada, que hoy forma parte del paisaje sociohistórico del siglo XX nacional, es en realidad un fenómeno que inclusive hoy no se replica en todas las naciones de la región.

Ahora, sin embargo, según un informe publicado en 2017 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), apenas el 19% de los argentinos de entre 25 y 34 años tiene un título universitario. Ya están por encima de nuestro país, en esa franja etaria, México, con el 21%; Colombia, con 27%; Costa Rica, con el 28%; y Chile, con el 30%.

En la UNT, según los datos oficiales, se gradúa menos del 30% de los estudiantes. Y solamente el 5% elige el área de la producción. El mayor porcentaje de los nuevos profesionales (unos 200 por año) se reparte entre las carreras humanísticas y las relacionadas con la docencia.

Frente a esta estadística, los esfuerzos de vinculación de la universidad con el secundario, y sobre todo desde las facultades de “ciencias duras”, merecen ser valorados y sostenidos. Redundará en beneficios para la industria y para la producción de la provincia, siempre necesitada de mano de obra especializada. Y será un aporte invalorable par el ascenso social de miles de tucumanos, y para el progreso conjunto de nuestra sociedad.

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