Historia ardua de leer

Historia ardua de leer

Conceptos de Ricardo Jaimes Freyre en 1916.

RICARDO JAIMES FREYRE. El distinguido literato que vivió, enseñó y escribió veinte años en Tucumán, en un retrato al óleo de Honorio Mossi. RICARDO JAIMES FREYRE. El distinguido literato que vivió, enseñó y escribió veinte años en Tucumán, en un retrato al óleo de Honorio Mossi.

El gran poeta e historiador boliviano Ricardo Jaimes Freyre (1868-1933), quien residió de 1901 a 1921 en Tucumán, haría una melancólica apreciación sobre la historiografía de su tiempo, al prologar la “Historia del descubrimiento de Tucumán” (1916). Decía que iban desapareciendo los historiadores que “se limitan a narrar”, ocultando “la labor previa, ardua y paciente” que realizaron.

Decía que “la historia, en esas condiciones, ha dejado de ser la lectura fácil, amena y atrayente que compartió con la poesía el encanto de tantos espíritus”. Ahora, “lenta, fatigosa y sabia, se incorpora al grupo de las ciencias que exigen noviciado, iniciación, amor y consagración especiales”. Y que “se ha restringido así, prodigiosamente, el círculo de su influencia”.

Convenía en que “ya no era posible ni deseable, volver al viejo sistema de los historiadores cuyas obras, desprovistas de pruebas documentales, se confunden fácilmente con las novelas”. Pero se preguntaba: “¿Será entonces necesario escoger entre dos públicos: el pequeño, de los profesionales y los eruditos, el de los que soportan todas las fatigas con tal de adquirir la seguridad de haber conquistado la verdad nueva; o el otro, el grande, el que no quiere saber de métodos ni de procedimientos de epigrafía ni de diplomática, de códices polvorosos ni de enredadas verificaciones; que sólo pide al historiador el resultado final de su labor penosa y larga, y no tolera la discusión de los puntos de divergencia, las comprobaciones escrupulosas, los análisis de textos y la multiplicación de las referencias y las citas?”

Consideraba que estamos, decía, “en la época de la investigación y de la búsqueda”. Pero “eso no nos autoriza para poner nuestras obras fuera del alcance de la generalidad, para hacerlas poco menos que ilegibles para el gran público”.

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