Retumban los mensajes entre líneas

Los radares de los dirigentes de los distintos espacios políticos trabajan al máximo de su alcance en los años electorales. Quieren captar lo que hacen y dicen los rivales, los aliados y adelantarse en la estrategia en la batalla por los votos. Para que todo ese ruido no opaque algunas voces, hay quienes optan por enviar mensajes encriptados. Son entendidos por quienes están atentos, pero también por los que manejan esos códigos.

Uno de los que debió aparecer por el radar de la Casa de Gobierno debió haber sido el diputado nacional Marcelo Santillán. El kirchnerista advirtió que sin prueba de amor, no habría respaldo de la ex presidenta a la dupla Manzur-Jaldo. “Lo primero que deberían hacer (en el oficialismo) es no adelantar las elecciones (provinciales)”, dijo Santillán en LA GACETA Play. Añadió que acercar las PASO a las provinciales sería mostrar que al gobernador no le interesa sólo su reelección sino también el proyecto nacional que -candidata o no- encarna Cristina Fernández. La advertencia fue clara, como la aclaración de que la alianza de Unidad Ciudadana con el PJ no es igual a que la ex jefa de Estado apoya a la dupla gobernante.

Hay algunos indicios respecto de que en el Gobierno provincial ya habrían tomado nota del pedido kirchnerista. De ahí que se habría perdido el interés inicial en adelantar los comicios o al menos la premura en obtener el okey de la Justicia para poder decidirlo con libertad. El propio apoderado del Partido Justicialista, Marcelo Caponio, se pronunció a favor de que se mantenga la fecha original y afirmó que no veía necesidad alguna de que se apresure la fecha de votación. Claramente, la figura de Cristina posee un peso político más que importante para el oficialismo. ¿O la de José Alperovich?

La liga de intendentes se impone

En la vereda de enfrente, la “liga de intendentes” de Cambiemos también les apunta con sus mensajes a los cuatro autoproclamados precandidatos a gobernador por ese espacio (José Cano, Silvia Elías de Pérez, Alfonso Prat Gay y Domingo Amaya). Mariano Campero les dijo, con sutileza, que era tiempo de mostrar unidad y que el espacio era capaz de ofrecer una alternativa de gobierno a los tucumanos. Añadió que para él la fórmula tenía que estar integrada por Elías de Pérez y Cano, y que el resto de los dirigentes, de todos los partidos que integran el acuerdo, debían entender que había que proponer “a los que puedan ganar”. Decodificado, lo que quiso decir el intendente de Yerba Buena fue: dejemos de pelear por cargos y mostremos la mejor propuesta.

Germán Alfaro les tiró a sus socios un mensaje que al que no dejó resonando las orejas es porque no quiso escucharlo (o no entiende nada de política). En un club Central Córdoba colmado de seguidores de “su” Partido por la Justicia Social (PJS) -y sin la presencia de ninguno de los dirigentes de fuste del “resto” de Cambiemos- se lanzó por la reelección en San Miguel de Tucumán y propulsaron su postulación para la Gobernación en 2023. A la postre, cuando se le preguntó al intendente a cuál de los cuatro precandidatos de Cambiemos elegiría para que pugne por el sillón de Lucas Córdoba, contestó: “a los cuatro”.

Eso fue lo que dijo y lo que se vio. Lo que avisó fue mucho más. Alfaro le marcó la cancha a Cambiemos lanzando su candidatura bajo PJS y no con el sello de la coalición nacional. También dejó en claro que no jugará para ninguno de los cuatro que hoy quieren ser candidatos a gobernador. Como frutilla de la torta, dejó un lío abierto al futuro: pase lo que pase este año, él buscará ser gobernador en la siguiente contienda.

Se sacan los ojos

Mientras tanto, los socios mayoritarios de Cambiemos -los radicales- continúan tratando de conciliar posturas. Sin éxito. Ni los propios supuestos aliados Elías de Pérez y Cano logran cerrar filas. Mucho menos con los que se oponen a ellos, como el sector que encabeza Fernando Valdez, quien reiteró que las postulaciones no deberían darse a dedo, sino a través de comicios internos. Prima el desorden en el partido de las centenarias internas.