06 Febrero 2019
EN LA MIRA. Un hombre fuma el cuestionado cigarrillo electrónico. ARCHIVO
El cigarrillo electrónico se presentó en sociedad como una solución más para dejar de fumar, tan práctica y efectiva como los parches o los chicles de nicotina, con el añadido de que era muy seguro e inocuo. Sin embargo, parece que ni es seguro ni inocuo: las probabilidades de sufrir un derrame cerebral, un ataque cardíaco y/o una enfermedad coronaria, según una investigación (la más grande realizada hasta la fecha para examinar esta problemática) que se presentará en la Conferencia Internacional de Accidentes Cerebrovasculares de la American Stroke Association, evento mundial para investigadores que se celebrará desde hoy al 8 de febrero en Hawaii (EE.UU.).
En 2016, el 3,2 % de los adultos en los EE.UU. y el 11,3 % de los estudiantes secundarios (entre los que su uso aumentó en un 900 % entre 2011 y 2015) admitieron haber usado cigarrillos electrónicos en los 30 días anteriores a una encuesta nacional. Los investigadores trabajaron con datos de 400.000 personas que respondieron la encuesta del sistema de vigilancia de factores de riesgo del comportamiento (BRFSS) de 2016, que recopiló información sobre conductas de riesgo relacionadas con la salud de residentes en los 50 Estados.
Resultados y advertencias
“En comparación con los no usuarios, los usuarios de cigarrillos electrónicos eran más jóvenes, tenían un índice de masa corporal más bajo y una tasa de diabetes más baja”, explicó Paul M. Ndunda, profesor en la Escuela de Medicina de la Universidad de Kansas. En contraste con el grupo de control (343.856 encuestados que informaron nunca haber usado cigarrillos electrónicos), 66.795 encuestados informaron haberlo usado regularmente. Los investigadores encontraron que los usuarios corrían un 71 % más de riesgo de ACV; un 59 % más de ataque cardíaco o angina de pecho; un 40 % más de enfermedad coronaria, ademas del doble de la tasa de tabaquismo.
La American Heart Association advierte que lo que contienen son productos de tabaco que deben estar sujetos a las leyes que se aplican a estos productos. También solicita nuevas regulaciones para evitar su acceso y venta a los jóvenes, y una mayor investigación sobre el impacto en la salud del producto.
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