El cordobés Nicolás Cavigliasso se convirtió en el tercer argentino en ganar en Cuatriciclos

El cordobés Nicolás Cavigliasso se convirtió en el tercer argentino en ganar en Cuatriciclos

El rey del desierto.

IMPECABLE. Nicolás Cavigliasso condujo con maestría un Yamaha 700cc del equipo francés Drag’On Rally Team. twitter @dakar IMPECABLE. Nicolás Cavigliasso condujo con maestría un Yamaha 700cc del equipo francés Drag’On Rally Team. twitter @dakar
21 Enero 2019

“Llamame cuando quieras”. Así de sencilla y rápida fue la respuesta de Nicolás Cavigliasso a la requisitoria de Corsa. Sin vueltas y con los pies sobre la tierra a pesar de haber conseguido un hito: ser el tercer argentino en ganar el Dakar. El cordobés lo consiguió en Cuatriciclos, una categoría en la que siempre los albicelestes dan pelea y que tiene el antecedente de las cinco victorias de los hermanos Marcos (2010, 2013 y 2016) y Alejandro Patronelli (2011 y 2012).

En su segunda participación en la carrera más dura del mundo (fue segundo en 2018) el cordobés de 27 años aplastó, llevándose nueve de las diez etapas con su Yamaha del equipo francés Drag’On Rally Team. El oriundo de General Cabrera lideró un podio a pleno de compatriotas que completaron Jeremías González Ferioli y Gustavo Gallego, ambos también con Yamaha. Por si fuera poco, otros tres compatriotas se ubicaron entre los diez primeros: Manuel Andújar (Yamaha), finalizó 5°; Julio Estanguet (Can-Am), 8°; y Carlos Versa (Yamaha), 9°.

Luego de alcanzar la gloria en Lima, Cavigliasso se brindó a una entrevista exclusiva.

- ¿Por qué ganaste el Dakar?

- Me entrené mucho durante el año y sumé muchas horas arriba del “cuatri” con varias carreras. Hace diez años que estoy en la actividad. Mis inicios fueron en circuitos de cross. Pero en las últimas tres temporadas le empecé a tomar la mano a la navegación y dedicarme a mejorar ese punto también fue clave.

- ¿Cómo te preparaste para ganar?

- Hice un trabajo físico intenso basado en gimnasio, correr y andar en bicicleta. Luego le agregué muchas horas arriba del cuatriciclo practicando navegación. Por último en diciembre, todo ese trabajo lo intensifiqué aprovechando la alta temperatura para aclimatarme a lo que iba a ser la carrera. Además, disputé nueve carreras a lo largo de 2018: fueron seis en el Campeonato Argentino de Navegación y luego corrí y gané la Baja Atacama, el Desafío Ruta 40 y también competí en la Baja Inka, algo que me permitió conocer algunos caminos que se iban a usar en el Dakar. Esta última la hice con un “cuatri” prestado para cuidar el presupuesto.

- ¿Qué dejaste de lado para llegar a la cima?

- Los fines de semana, a veces era duro ver a todos mis amigos que se iban de joda, y yo los sábados me iba a dormir temprano porque los domingos aprovechaba para entrenarme. También los momentos que no le pude dedicar a mi familia.

- ¿Y por qué decidiste encarar esta aventura?

- Yo estaba bien en las carreras de cross, pero desde que el Dakar llegó a Sudamérica me fascinó y quise estar presente. Al principio mi familia no quería porque tenían miedo de que me pasara algo por los riesgos que tiene esta carrera. Pero cuando comencé a meterme en el mundo del rally raid pude demostrar que tenía con qué ser competitivo y ahí me acompañaron en mi decisión.

- ¿Te imaginabas ocupar el lugar que dejaron los hermanos Marcos y Alejandro Patronelli?

- No, la verdad que uno se ilusionaba, pero todo se dio muy rápido. Tanto Marcos como Alejandro siempre fueron mis referentes, hicieron historia y pude conocerlos. Ellos también empezaron en cross y corrimos juntos el Enduro del Verano de Villa Gesell del año pasado. Ahí hablamos bastante del Dakar. Me preguntaron mucho de cómo estaba la carrera en los últimos años y también me dieron consejos.

- Los Patronelli varias veces se ayudaron para ganar. Vos lo lograste solo, ¿eso le da un plus a tu victoria?

- No, para nada. No hay que desmerecer lo que ellos lograron. Ganaron en ocasiones cuando se corrían en dos o tres países. Repitieron sus triunfos. Es muy grande lo que consiguieron.

- ¿Qué se siente ganar el Dakar?

- Todavía no caigo. Va a pasar mucho tiempo hasta que tome consciencia de lo que conseguí… Me costará entender que lo gané.

- ¿Y hacerlo de visitante?

- Es un mérito mayor, aunque lamento que este año no se haya corrido en la Argentina. No me quiero imaginar si esta victoria se daba llegando a Córdoba, como fue el año pasado. Espero poder defender el título el año próximo en nuestro país.

- En la largada dijiste que buscabas mejorar el segundo puesto de 2018, ¿pensabas realmente que podías ganar?

- Me tenía fe, pero sin sobrar a nadie ni subestimar a la carrera. Me sentí seguro por la fuerte preparación que hice. También el cuatriciclo que anduvo como los dioses. No me equivoqué en el cambio de 450 a 700cc. En 2018 creo que fui el único que corrió con un 450 y empecé a darme cuenta de la diferencia que había con un 700, que me permitió tener un vehículo más ágil y con mejor tracción en las dunas que son lugares muy trabados. Luego de la Baja Inka me convencí de que si quería pelear por el triunfo, debía pegar un cambio en la cilindrada.

- Los cordobeses nombran con orgullo a Jorge Recalde, Héctor Gradassi y “Pechito” López, entre otros. ¿Te sumás a esa lista?

- No, es demasiado. Ellos lograron cosas muy importantes. Que seamos comprovincianos es un detalle. Sí es un honor haber conseguido algo tan importante para mi país y mi provincia.

- ¿Cómo imaginás el festejo en General Cabrera?

- Arriba del autobomba y con una fiesta interminable. Creo que ni yo puedo creer lo que hice.

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