El incremento de muertes viales en Tucumán

El incremento de muertes viales en Tucumán

Son sinónimo de dolor no solo cuando alguien muere, sino también cuando queda con secuelas discapacitantes o cuando se causa daño a terceros, que tal vez ninguna responsabilidad tuvieron en la tragedia. Son generalmente un reflejo de la imprudencia, de los excesos y también del desapego a la vida. Los accidentes de tránsito se han incrementado en 2018. Según el reciente informe de la Asociación Civil “Luchemos por la vida”, basado en datos policiales y municipales, se registraron en el país 7.274 casos.

En Tucumán, hubo 409 muertes el año pasado (1,12 decesos por día) y un aumento interanual de un 3,4%, comparado con los 395 fallecidos en 2017. En el ámbito nacional, se observó un promedio de 20 fallecimientos por día y 600 por mes. Esto llevó a que se contabilizaran 7.274 muertes, frente a las 7.213 de 2017. Buenos Aires fue la provincia con el nivel más alto de casos, con 2.158 personas (también es la jurisdicción con más habitantes). La siguió Santa Fe, con 626, y Córdoba, con 439 y en cuarto lugar se ubicó Tucumán. Se registró un promedio diario de 20 víctimas y mensual de 606; en comparación con 2017, hubo un incremento de víctimas de un 1%.

El titular de Luchemos por la Vida afirmó que el 1% de aumento es muy grave si considera que la Argentina se comprometió frente a la Organización Mundial de la Salud en 2011, en el decenio de la seguridad vial, a reducir la cantidad de muertos a la mitad. “El decenio se está por acabar y en nuestro país no ha disminuido significativamente”, le dijo al diario Popular.

Destacó que hace 25 años que en Argentina no cede la mortalidad por siniestros viales. En el período de 1992 a 2018, se mantienen arriba de 7.000, con un piso mínimo de 6.006 en 2002, y un pico máximo de 8.709 en 1994. “Debería haber una reducción notable en los muertos, y esto pone de manifiesto la falta de una política seria de seguridad vial”, sostuvo Alberto Silveira.

Una buena parte de los tucumanos son especialistas en transgredir la ley. Por ejemplo, si hay un control de alcoholemia en un determinado punto, no tardan en circular los WhatsApps para advertir que se debe tomar otro camino para evitarlos. Basta pararse en cualquier esquina del centro durante unos minutos para constatar que de 10 conductores solo tres o cuatro llevan puesto el cinturón de seguridad. Ni qué hablar de la gran cantidad de motociclistas que circula sin casco o de motos que transportan tres o más personas o con niños.

España es un ejemplo de que se puede revertir esta tendencia. En 1990, tenía 9.032 muertos en siniestros de tránsito y en 2014, 1.680, es decir un 81% menos. Ese descenso fue posible a través del control y sanción: licencias de conducir con sistemas de puntos que varían según la conducta vial, mejor señalización en las rutas, más controles de seguridad y fuertes campañas educativas con testimonios reales de quienes fueron responsables o víctimas de accidentes de tránsito.

El 90% de los accidentes se produce por fallas humanas. Estos números “mortales” que siguen en ascenso en el país y en Tucumán, deberían llevar a las autoridades a plantearse qué es lo que están haciendo mal o si lo que se hace no resulta suficiente para cambiar esta “cuestión cultural”. La vida es el don más preciado, pero muchos transgresores viales parecieran no haberse dado cuenta.

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