Por Alicia Liliana Fernández
28 Diciembre 2018
RECUERDOS QUE SE BAILAN. A la mística propia de la danza ciudadana los artistas le agregan una historia y una mirada completamente renovada. foto paola evelina
ÚNICA FUNCIÓN
• A las 22, en el teatro municipal Rosita Ávila (Las Piedras 1.547).
Hace años Agustina Vignau y Hugo Mastrolorenzo se encontraron en el escenario, y en el tango. Hace rato que eligieron usar el dos por cuatro más allá del movimiento, y han decidido enlazar el lenguaje del tango con la danza, el teatro y las artes visuales. Hoy, en el teatro municipal Rosita Ávila, exponen el resultado en su espectáculo “Volá”. El nombre es el leit motiv de la temática de la obra y refiere a la “Balada para un loco”.
En la pantalla, una película muestra un personaje que cuenta sus recuerdos. Ese es el hilo del relato que estructura el show. “Nosotros actuamos y bailamos en escena esos recuerdos”, describe Vignau vía telefónica.
Campeones mundiales
Ambos bailarines cargan con un gran crédito en la danza ciudadana: en 2016 fueron campeones mundiales de Tango Escenario, tras haber participado desde 2011 en el Festival y Mundial de Tango de Buenos Aires. Cada año miles de bailarines de todo el mundo compiten en las categorías Tango Pista y Escenario.
Por otro lado, Vignau y Mastrolorenzo no sólo bailan; también tienen formación teatral. De ahí que “Volá” se emparenta con la danza teatro, y utiliza el tango como medio discursivo, pero no como un espectáculo tradicional de cena show ni de tango for export.
Mastrolorenzo es el creador, coreógrafo y director del espectáculo, y además encarna el personaje que protagoniza el audiovisual.
“A algunas coreografías las fuimos presentando en los Mundiales de Tango, pero en realidad son extractos de esta obra. Todas tienen introducciones que van mucho más por lo teatral, y para bailar siempre utilizamos elementos simbólicos. Bailamos con sogas y con jaulas, entre otros elementos, porque el discurso apunta más a la metáfora que a lo literal”, explica Vignau.
En el ámbito tanguero porteño ya identifican su propuesta, pero en los comienzos, al presentar el concepto en el contexto de los Mundiales, hubo cierta resistencia porque el ambiente tanguero es bastante conservador.
Desde lo musical “Volá” también plantea una mirada distinta. Dice Vignau: “hicimos adaptaciones de temas clásicos con una edición musical. Por ejemplo, uno de los números, ‘Amarrados’, que bailamos con una soga, contiene diversos temas de Roberto Polaco Goyeneche que destacan su fraseo, su respiración, a modo de homenaje. Particularmente nos gusta mucho bailar las voces del tango”.
A lo largo del show suenan, entre otros, composiciones de Pedro Laurenz a Ástor Piazzolla con la Orquesta Típica Porteña; de Rubén Juárez a tangos tradicionales, pasando por Diego El Cigala, y hasta apuestan a un rock bailado como tango.
Más en escena
Mastrolorenzo es oriundo de Polvorines (provincia de Buenos Aires); proviene del folclore y del trabajo dancístico desde lo argumental.
Cuando se encontraron en la danza con Vignau, ambos sintieron, hace más de 15 años, que había algo en lo que el tango se quedaba corto en lo escénico.
“Nos interesa atraer a la gente que no se acerca al tango por ciertos prejuicios, por los esterotipos pasados de moda -apunta la bailarina-. Nuestra propuesta es una invitación a saber que el tango se puede usar como el texto y que se cuenta lo que se quiera contar. Nos interesa poder llegar también a un público no tanguero y ver qué le pasa; poder descubrir el tango desde otro lugar”.
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