En la misa de Nochebuena, Francisco propuso "no devorar y acaparar, sino compartir y dar"

En la misa de Nochebuena, Francisco propuso "no devorar y acaparar, sino compartir y dar"

El Papa argentino se refirió en su homilía al consumismo y la codicia.

En la misa de Nochebuena, Francisco propuso no devorar y acaparar, sino compartir y dar FOTO/DPA
24 Diciembre 2018

El papa Francisco encabezó en el Vaticano la Misa de Gallo, con la que los católicos llegan a la Nochebuena y celebran el nacimiento de Jesús.

Durante la homilía, habló de lo que llamó "la paradoja de nuestros días", cuando "unos pocos celebran banquetes espléndidamente y muchos no tienen pan para vivir".

Explicó también que "Belén significa 'casa del pan', y en esta casa el Señor convoca hoy a la humanidad, pues Él sabe que necesitamos alimentarnos para vivir. Pero sabe también que los alimentos del mundo no sacian el corazón".

En la misa de Nochebuena, Francisco propuso no devorar y acaparar, sino compartir y dar

El Sumo Pontífice criticó que, sin embargo, "el hombre se convierte en ávido y voraz. Parece que el tener, el acumular cosas es para muchos el sentido de la vida". "Una insaciable codicia atraviesa la historia humana", lamentó el Papa.

"Las paradojas de hoy, cuando unos pocos celebran banquetes espléndidamente y muchos no tienen pan para vivir", sentenció.

Para Francisco, "Belén es el punto de inflexión para cambiar el curso de la historia". "El cuerpecito del Niño de Belén propone un modelo de vida nuevo: no devorar y acaparar, sino compartir y dar. Dios se hace pequeño para ser nuestro alimento. Nutriéndonos de él, Pan de Vida, podemos renacer en el amor y romper la espiral de la avidez y la codicia", explicó.

En la misa de Nochebuena, Francisco propuso no devorar y acaparar, sino compartir y dar

"Comprendemos que lo que alimenta la vida no son los bienes, sino el amor; no es la voracidad, sino la caridad; no es la abundancia ostentosa, sino la sencillez que se ha de preservar", agregó Francisco.

"En Belén descubrimos que la vida de Dios corre por las venas de la humanidad. Si la acogemos, la historia cambia a partir de cada uno de nosotros", señaló.

Para Francisco "Jesús cambia el corazón" para dejar de ser "hambriento y egoísta". "¿Necesito verdaderamente tantas cosas, tantas recetas complicadas para vivir? ¿Soy capaz de prescindir de tantos complementos superfluos, para elegir una vida más sencilla?", preguntó el Papa.

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