El riesgo país tocó el máximo de los últimos cuatro años

El riesgo país superó ayer los 800 puntos básicos y tocó su máximo de los últimos cuatro años. El banco JP. Morgan, encargado de la medición, lo subió a 819 puntos básicos; el nivel tope desde octubre de 2014, había sido 823 unidades. Esta situación es preocupante para la gestión del presidente Mauricio Macri, que ve encarecido el crédito.

“El mejor termómetro para medir la desconfianza inversora continúa siendo el riesgo país”, señaló el economista Gustavo Ber, de la consultora Estudio Ber, quien añadió que esto “refleja claramente la actual imposibilidad de regresar a los mercados voluntarios de deuda, algo que deberá revertirse antes de agotarse los recursos aportados (a la Argentina) por el FMI”.

La mayor aversión al riesgo que se acentuó tras la última reunión de la Reserva Federal (cuando decidió elevar la tasa) profundizó también la baja en los bonos, en un contexto de incertidumbre electoral.

En lo que va del año, el indicador acumula un salto de casi 130%, desde los 351 puntos registrados a fines de 2017; mientras que en el mes trepó casi 14,2%.

Según opinó Camilo Tiscornia, economista y director de C&T Asesores Económicos, la difícil situación que atraviesa el país se debe a un conjunto de factores. Entre ellos, el fallo de la Corte Suprema a favor de los jubilados, que obligará al Estado nacional a abonar a los pasivos entre $ 70.000 y $ 90.000, y también el impuesto a la renta financiera.

¿Qué es y qué mide el riesgo país? Es un término sobre el que se hace referencia para graficar situaciones de volatilidad y falta de confianza en la economía local. En este caso, el indicador que elabora el JP Morgan, mide la diferencia que pagan los bonos del tesoro de Estados Unidos contra las del resto de los países, como la Argentina. Esto significa que se evalúa el riesgo que implica para los inversores extranjeros prestarnos dinero.

El presidente Macri asumió con un riesgo país de 500 puntos, que en diciembre del año pasado llegó a 300. El 13 de agosto de este año, en medio de la crisis cambiaria, el indicador llegó a un techo de 750 puntos básicos.

En estos últimos días del año, la medición superó los 800 puntos, en medio de un clima internacional que no es el mejor tras la suba de la tasa del FED en EEUU, por la guerra comercial de ese país con China, más los coletazos locales por la incertidumbre respecto de las proyecciones hacia las elecciones de 2019, y el malhumor por el impuesto a la renta financiera.

Otros economistas hacen referencia a que el país está muy lejos de llegar histórico de los 5.500 que se midieron en 2001, cuando la Argentina se declaró en default, es decir, imposibilitada de pagar sus deudas.