La lluvia saturó los suelos de Tucumán

La lluvia saturó los suelos de Tucumán

La gran cantidad de agua caída puso a San Miguel de Tucumán en una situación crítica, porque no hay margen de escurrimiento. Hubo evacuados en Lules.

LA GACETA/FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO LA GACETA/FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO
22 Diciembre 2018

Una nueva madrugada tormentosa y con vientos intensos azotó el día de ayer a algunas localidades  de Tucumán, dejando como saldo la evacuación de familias enteras, árboles arrancados de raíz, cortes de luz y calles anegadas.

“Hubo evacuados en Bella Vista, Lules, Famaillá y autoevacuados de Finca Mayo a Los Ralos. La cantidad de agua registrada fue importante, en algunas zonas de La Ramada se llegó a los 150 milímetros”, informó Ramón Imbert, subdirector de Defensa Civil de la Provincia.

El sur y el este de Tucumán fueron las zonas más afectadas, informó el Laboratorio Climatológico Sudamericano. En el este la lluvia caída superó los 75 milímetros.

La pregunta del millón es ¿seguirán las lluvias? El director del laboratorio, Juan Minetti, anticipan que a fin de mes habrá un pico de tormentas severas y advirtió que, actualmente, las condiciones del suelo podrían acarrear futuras complicaciones. “Los 245 milímetros que llovieron hacen que San Miguel de Tucumán esté en condiciones de saturación. La tasa de evaporación mensual para diciembre es de 150 milímetros. -explicó-. Eso deja 100 milímetros de agua en exceso”.

Qué hacer

Estas predicciones meteorológicas vuelven a poner sobre el tablero la búsqueda de medidas preventivas para subsanar los efectos de las inundaciones.

LO QUE QUEDÓ. Algo de calzado que la familia Ovejero logró salvar. LO QUE QUEDÓ. Algo de calzado que la familia Ovejero logró salvar.

Roberto Lazarte Sfer, ingeniero civil especializado en proyectos hidráulicos, afirma que hay dos elementos claves en la problemática: “Nunca hemos logrado controlar las inundaciones a través de un plan de manejo del territorio; esa es nuestra mayor falencia. Cuando ya se ocupó el territorio y hay personas asentadas asentadas no queda otra que resolver los problemas con obras como los canales”, destacó.

Como si fuera el mar

Precisamente, este problema de los asentamientos es lo que ocurrió en Lules. “Esto era un mar”, describió Aurora Ovejero, mientras extendía sus brazos señalando todos espacios que el agua inundó. Hace cuatro años que vive en el asentamiento Ahuala ubicado sobre calle Lola Mora, en la ciudad de Lules y hace cuatro años que pasa por la misma situación. “¿Evacuarme?... ¿para qué?”, se preguntó en voz alta y admitió que no se fue porque que no quería perder las pocas cosas que obtuvo con su trabajo y las changas de su marido. “Veía cómo el agua me llevaba las zapatillas de los chicos y yo no podía hacer nada”, agregó con lágrimas de tristeza y bronca.

“Mi vecina, que siempre me ayuda, se llevó a los chicos. Mi marido, mis dos hijos mayores y yo no dormimos sacando el agua de adentro y del patio”, relató Aurora, que hace unos años hizo a la entrada de su casa un pequeño muro de 30 cm de altura para que no entre agua. Pero en esta ocasión, le sirvió de poco.

Por la misma situación pasó Hilda Nicler, que vive hace 10 años en Ahuala. En su casa, el agua les llegaba hasta la rodilla. “Perdimos lo poco que teníamos, se nos mojaron las camas, la ropa y el calzado”, enumeró la mujer que vive con sus ocho hijos y 19 nietos sobre las vías del tren.

Evacuados

Algunas familias aceptaron ser evacuadas. De madrugada fueron llevadas al albergue Club Almirante Brown, a metros de la ruta 301. Mauricio Gramajo, supervisor de agentes sanitarios del Siprosa, informó que se trató de 13 niños de entre dos y 10 años y tres adultos (madres); y que estaban en perfecto estado de salud.

A SECAR. A la espera del sol las madres tendieron la ropa mojada. A SECAR. A la espera del sol las madres tendieron la ropa mojada.

“Empezó a llover como a las 22 y el agua nos llegaba hasta la rodilla. Por eso nos vinimos para aquí como a las seis de la mañana”, contó Lucrecia Aragón. “Me vine para el albergue por mis hijos. Pero en la casa quedó mi mamá con  mis hermanos cuidando nuestras cosas”.

El secretario de gobierno de la Municipalidad de Lules, Germán Graneros, dijo que estas eran las únicas familias evacuadas de todo el departamento y para ayer por la tarde se esperaba que ya regresaran a su casa. “Evacuamos por prevención. No hubo daños graves”, agregó.

Los afectados coincidieron en que las inundaciones son producto del desborde de un canal que se encuentra al costado de una finca.  

“Cuando llueve mucho, el canal desborda y como no tiene salida desemboca en nuestras casas, que además están a una altura inferior”, explicó Ovejero. “Fui a la Municipalidad a pedir tierra para levantar mi terreno, pero no obtuve respuesta. Me mandaban a sacar un montón de fotocopias. Y uno a veces, tiene que elegir si comer o sacar copias”, añadió.

Nicler también hizo su descargo: “pedimos chapas porque tenemos techo de nylon y nunca nos ayudaron. Es lamentable que tengamos que vivir así. Pero es mucho más doloroso que nadie nos escuche”.

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