Mercado dijo que “le tenía miedo” a Soto

Mercado dijo que “le tenía miedo” a Soto

La salteña declaró ayer que la víctima se “sentía” obligada a tener relaciones sexuales con la ex pareja para “no exponerse al conflicto”.

EN LA AUDIENCIA. Mercado, la última persona que había visto a con vida a Paulina, se presentó nuevamente en el juicio oral y describió a Soto como una persona violenta. EN LA AUDIENCIA. Mercado, la última persona que había visto a con vida a Paulina, se presentó nuevamente en el juicio oral y describió a Soto como una persona violenta.

Virginia Mercado carga la responsabilidad de haber sido la última persona que vio con vida a Paulina Lebbos aquel 26 de febrero de 2006. Ayer la docente (es maestra de escuela) se presentó ante el Tribunal del juicio oral para ampliar su declaración como testigo, tras la citación requerida por Gustavo Morales, el defensor de Eduardo Di Lella, imputado por encubrimiento.

La ex estudiante de Comunicación Social afirmó en esta oportunidad que sentía temor de César Soto, la ex pareja de la víctima, debido a la “relación violenta” que él mantenía con Paulina. “Le tenía miedo no porque me había hecho algo, sino por las situaciones que me contaba Paulina. Sentía que era una persona violenta, pero no porque me haya hecho algo”, les expresó a los vocales de la Sala III en lo Penal.

PAULINA. Tuvo una relación difícil con su novio, según la testigo. la gaceta / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO PAULINA. Tuvo una relación difícil con su novio, según la testigo. la gaceta / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO

“¿Paulina nunca le dijo que quería dejarlo, romper la relación o alejarse?”, le preguntaron. “No, lo que yo percibía es que ella soportaba, trataba de mantener el vínculo por su hija”, respondió.

Mercado, a diferencia de su testimonio de febrero, en el inicio del proceso oral, relató algunos pormenores sobre la relación de la pareja. Hizo hincapié en que Soto “era muy celoso”. “A veces, como sin desearlo, Paulina tenía que complacerlo (sexualmente), para no pelear y esas cosas… pero no (fue) abusada. Yo lo sentí así, (estaba) obligada; ella se sentía obligación para no exponerse al conflicto”, añadió la declarante.

La joven ratificó en la jornada de ayer un incidente entre los dos jóvenes. Volvió a contar que Paulina le había contado “que Soto era celoso y de la situación de ahorcamiento”.

-¿Paulina llegó a su casa asustada, después del ahorcamiento? -consultaron las partes-.

-Sí, se puso a llorar -respondió la testigo-.

-¿Tuvo miedo por su vida?

-Sí. Y después de que nos contara, siguió llorando.

-¿En algún momento le expresó si Soto la amenazaba de que la iba a matar?

-Sí.

El reconocimiento

La mujer, quien reside en Aguaray, Salta, participó en los primeros días de marzo en una rueda de reconocimiento de sospechosos. La intención, entonces, era poder identificar entre varias personas al remisero que había llevado a las dos chicas en un auto Duna rojo, el 26 de febrero, pasadas las 6. Entre ellas, estaba Diego Nieva, quien había sido vinculado al caso. Según consta en el expediente, los policías de Raco habrían fraguado una declaración suya después del hallazgo del cuerpo de Paulina.

“La última vez que vine (a declarar) se hizo una medida, pero no me dijeron quiénes eran. Nunca me nombraron a Diego Nieva”, expresó la testigo.

“¿Qué pasó en el reconocimiento?”, le consultaron en la audiencia. “Había dos personas que tenían similares características al remisero, pero no podía asegurar si era el remisero debido al transcurso del tiempo”, recordó.

Luego, le interrogaron sobre un episodio en particular. Había circulado la versión de que, tras el reconocimiento en tribunales, Mercado le habría dicho a una policía que había distinguido a una de las personas ubicadas. Sin embargo, la salteña contestó ayer: “después me quedé ahí con una mujer policía; charlamos en la galería (…) Pero no me acuerdo qué charlamos. Justo daba la casualidad de que era vecina de don Alberto (Lebbos). Ahí surgió la conversación”, expresó.

Ante la insistencia en las preguntas de las partes, Mercado dijo: “no recuerdo haberle dicho a ella que había una persona entre las puestas a identificar. (Dije) que había dos, que iba descartando, pero que no podía asegurar que era el mismo”, agregó.

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