El Estado debería afianzar sus políticas forestales

El Estado debería afianzar sus políticas forestales

La falta de controles adecuados y el incumplimiento de la legislación vigente, sobre la deforestación, es una materia pendiente que debe ser ajustada, pero a la vez es necesario no sólo proteger lo poco que tenemos de bosques y montes nativos, sino también fomentar de manera cierta la forestación en el sentido amplio de su palabra.

Cuando ocurren fenómenos meteorológicos de magnitud, los especialistas, en general, apuntan a todas las actividades antrópicas que se realizan en la superficie terrestre, y que provocaron un calentamiento global que alteró las condiciones climáticas de muchas zonas y regiones del mundo.

En nuestro Tucumán, muchos de los problemas ocasionados por las inundaciones que se vienen dando, año tras año, principalmente en el sur provincial, son debido a la total falta de planificación en el manejo del suelo y a los desmontes en zonas del pedemonte, que no se debieron hacer como se los vinieron haciendo en las últimas décadas pasadas.

A pesar de iniciar así esta columna, de manera pesimista, es importante comentar que empresarios y diferentes factores del quehacer agropecuario regional están trabajando para mejorar esta situación a través de la forestación, temática que abordamos en la presente edición del Suplemento Rural de hoy hacemos con una extensa cobertura.

Antes que nada, debemos decir que la captura de carbono que está presente en el aire como dióxido de carbono (CO2) atmosférico, que es el causante del Calentamiento Global cuando alcanza ciertos valores, ocurre únicamente durante el desarrollo de los árboles, y se detiene cuando los árboles llegan a su madurez total.

Haciendo números

Aproximadamente, entre un 42% y un 50% de la biomasa de un árbol (materia seca) es carbono. Hay una captura de carbono neta, únicamente mientras el árbol se desarrolla para alcanzar madurez.

El dióxido de carbono atmosférico (C02) es absorbido por los árboles mediante la fotosíntesis, y es almacenado en forma de materia orgánica (biomasa-madera). El C02 regresa a la atmósfera mediante la respiración de los árboles y las plantas, y por descomposición de la materia orgánica muerta en los suelos (oxidación).

Una tonelada de carbono en la madera de un árbol ó de un bosque, equivale a 3,5 toneladas aproximadamente de C02 atmosférico. Una tonelada de madera, con 45% de carbono, contiene 450 kg de carbono, y 1.575 kg de C02. Árboles maduros, plantados a distancia de 5 metros, forman un bosque de 400 árboles por hectárea. Si cada árbol contiene 300 kg de carbono, y un 42% de la madera del árbol es carbono, esto significaría que cada árbol pesa 714 kg. En este caso, la captura de carbono sería de 120 ton/hectárea (400 x 714 x 42%).

El por qué ponemos estos números, que espero no confundan, nos dan certeza de la importancia de tener más árboles implantados, y tratar de conservar los bosques nativos que todavía tenemos para lograr el objetivo de capturar CO2, generar más oxígeno en el ambiente producido en la fotosíntesis y, a la vez, que la masa boscosa sirva como regulador de la temperatura ambiente y como retención del agua que llega con las lluvias torrenciales.

Los desastres

Hay que tener en cuenta que estos desastres se dieron, ahora, en una zona del territorio provincial, y que todo lo que se haga a futuro para prevenir los nefastos efectos de las inundaciones deben ser considerados para todo el territorio provincial.

Nuestro sur tucumano, en algún momento, debería dejar de ser un dolor de cabeza para las autoridades gobernantes por los daños que se producen cuando llueve, si es que se logra hacer lo necesario para revertir este proceso antrópico nefasto.

Uno de los factores que más se está considerando como determinante de ser la causa de los daños provocados por las inundaciones, es la deforestación y la falta de cobertura vegetal adecuada en toda el área donde se dan precipitaciones, muchas veces fuertes y frecuentes.

La falta de controles adecuados y el incumplimiento de la legislación vigente sobre la deforestación es una materia pendiente que debe ser ajustada por todos los involucrados, pero a la vez es necesario no solo proteger lo poco que tenemos de bosques y montes nativos, sino también fomentar de manera cierta la forestación en el sentido amplio de su palabra, y en esto hay que felicitar a los que emprenden acciones como la que detallamos en la edición de hoy.

Escasa forestación

Es realmente muy poco lo que se foresta cada año en la provincia, salvo las pocas excepciones de algunos productores que ven en la forestación un negocio a largo plazo sustentable e indispensable para el cuidado del medio ambiente.

La abundante disponibilidad de tierras aptas en la provincia, así como las condiciones climáticas y del suelo, permiten obtener excelentes rendimientos y, por ende, turnos de corte reducidos en tiempo con respecto a otras zonas del mundo.

El crecimiento promedio que se puede lograr en Tucumán es de 50 m3 a 60 m3, por hectárea, cada año. El crecimiento promedio, en igual período, en Estados Unidos es de 20 m3, y en Escandinavia de 5 m3. Además, la forestación permitirá fijar la tierra en los faldeos de la montaña, y en los costados de ríos y arroyos, no solo montañosos, sino también en la llanura, lo cual podrá reducir considerablemente la erosión hídrica, hoy un problema grave en varias zonas de los cerros del oeste tucumano.

Los beneficios

La plantación de árboles beneficia enormemente el medio ambiente, pero no resuelve el problema de calentamiento global que es causa de la deforestación. Se requiere modificar nuestros patrones de vida y de consumo relacionados con la energía y las emisiones de CO2, para estar en posibilidad de mitigar los efectos del calentamiento global.

No hay dudas de que la actividad forestal genera cierto optimismo a la hora de la toma de decisiones, en cuanto a los aspectos netamente productivos y biológicos, pero el largo plazo de esta actividad y la falta de claridad de la política forestal echa por tierra muchas iniciativas.

Es importante pensar en esto y buscar las herramientas necesarias y tomar las decisiones empresariales y políticas adecuadas, para que la forestación sea una realidad en la provincia y no tirar por la borda iniciativas y el esfuerzo como las que hoy describimos en este Suplemento.

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