Por Luis Duarte
29 Septiembre 2018
DOLOR. En la escuela no hubo actividad ayer por la muerte del empleado.
“Cerrado por duelo”, informaba el cartel que estuvo adherido al portón principal todo el día. En la escuela Manuel Lizondo Borda suspendieron ayer las actividades para hacer honor y llorar la muerte de Benjamín Sotomayor, el sereno del establecimiento ubicado en la calle Pueyrredón al 900, en la capital. El cuidador murió el miércoles, tras ser atacado por, al menos, dos desconocidos a unos 40 metros del edificio escolar.
La víctima había salido del lugar de trabajo, pasadas las 5, para tomar el colectivo y regresar a su hogar. En la esquina de avenida Roca y Pueyrredón fue interceptado por los delincuentes, quienes lo habrían agredido con fierros, según trascendió.
De acuerdo a las versiones de los vecinos, uno de los rondines observó el hecho y llamó a los servicios de emergencia, la Policía y una ambulancia, para que el hombre, de unos 70 años, fuera asistido. Sotomayor fue trasladado después hasta el hospital Padilla, donde falleció. Los supuestos agresores huyeron tras atacar al sereno.
De acuerdo fuentes judiciales, la División Homicidios de la Policía comenzó a actuar sobre el caso el jueves, ya que el ingreso de Soto Mayor habría sido registrado el miércoles como consecuencia de un accidente de tránsito.
A partir de ese momento, comenzó la búsqueda de los autores del ataque que solo se habrían llevado la tarjeta ciudadana de la víctima, puesto que no tenía ningún otro elemento de valor ni dinero en efectivo.
El miércoles 5 de este mes, una mujer fue baleada a metros del lugar donde atacaron a Sotomayor. Ese día, un hombre se acercó a la víctima y a su hijo, de 14 años, y la amenazó con un arma para que entregara el celular. Instantes después, le disparó.
Ocurrió en la vereda de la escuela Manuel Lizondo Borda. “Bajé corriendo y cuando llegué al lugar, personal de la escuela y vecinos la habían asistido. Ahí me di cuenta de que estaba bien. Pero la desesperación, la bronca y el miedo no me los quita nadie”, había dicho la pareja de la mujer que observó todo desde el balcón de su casa.
“Zona peligrosa”
“Todos los días hay arrebatos. No hay un horario fijo, atacan todo el tiempo. El vecindario se ha convertido en una zona muy peligrosa”, expresó Patricia, quien pidió reserva de su apellido para evitar ser identificada.
Los vecinos especificaron que la esquina de calle Pueyrredón y pasaje López -paralela a avenida Roca- “es una cueva de lobo”. También hicieron referencia al barrio “El Triángulo” como un punto inseguro. Entre otras metodología, contaron que padecieron el ingreso de personas a las viviendas.
“Decidí salir sin cartera. No se puede vivir así (por la inseguridad). Además, estoy por construir un portón ciego, porque varias veces intentaron abrir el que tengo ahora (tipo rejas). Le ponemos candados, pero lo mismo se dan mañas para acceder”, señaló Silvia, quien también pidió reserva de su apellido para no ser reconocida.
Silvia, a su vez, relató que el sábado, en Adolfo de la Vega y Roca, habían asaltado a su hijo. “Le robaron un celular, la mochila y un parlante. Venía con un amigo. Me dijo: ‘me salvé de un puntazo, mamá’”, agregó.
Como este hecho, los vecinos relataron un sinnúmero de situaciones delictivas, registradas en ese sector de la ciudad. La Policía tiene varias pistas para tratar de identificar a los autores del hecho.
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