Leales y un canto a la tierra

Leales y un canto a la tierra

De las costumbres y a la idiosincrasia de los pagos.

PINTA TU ALDEA. El autor dibuja con palabras la idiosincrasia de sus pagos. PINTA TU ALDEA. El autor dibuja con palabras la idiosincrasia de sus pagos.
30 Septiembre 2018

NOVELA

LEALES EN COPLAS. CANTO TOTAL A LA TIERRA DE UNO

SALVADOR CHAILA

(UNT - Tucumán)

La copla, esa golondrina sin documento, como la definía Atahualpa Yupanqui, se aquerenció en el corazón del pueblo. “¡Ay pena que me despenas!, penando la pena honda, siempre peno por la vida, penita que me enamora”, dice Salvador Chaila que un viaje interior de cinco décadas (1965-2015) salvó 6.700 coplas, incluidas en estos dos tomos de Leales en coplas. Canto total a la tierra de uno. Ambos libros parten de un esclarecedor prólogo del artista riojano Pancho Cabral. Como para situar al lector, el coplero, nacido en Santa Rosa de Leales, nos introduce en una historia breve del departamento de Leales. De los 182 pueblos de ese distrito, 105 están nombrados en las coplas; su corazón evoca a la gente que vive en su memoria.

Los oficios de su pueblo habitan sus versos; hay coplas de carnaval, patrióticas, religiosas, picarescas, para el cuatrero, sobre animales y plantas, la ausencia, la soledad, letanías de seres míticos. Un amor insondable por el terruño visten por dentro y por fuera estas creaciones. El autor pasa de las costumbres y oficios a pintar la idiosincrasia de sus pagos, y nos habla a través del humor, la adustez, la meditación, la picardía, la simpleza, sobre la libertad, el tiempo, la desigualdad, la esperanza, el amor, la infidelidad, la maledicencia, la existencia, la vida y la muerte. El poeta, que ha cosechado numerosos premios literarios, pinta una buena parte de la historia de Leales cantándole a su gente, sus paisajes, su flora y fauna, las creencias populares, mostrando tal vez sin habérselo propuesto que hay otra historia, diferente de la oficial, que tiene que ver justamente con la cotidianeidad de la gente, con los pequeños hechos intrascendentes, pero que construyen el presente de los pobladores que no tienen la pretensión de quedar en el tiempo por algún acto heroico.

Sería positivo si el Ministerio de Educación implementara la lectura de Leales en coplas en las escuelas de ese departamento, para que los changuitos conocieran su pasado, para no perder la identidad y querer la tierra donde nacieron y están creciendo. La historia de Leales viaja en las alas de estos versos. Leer estas coplas depara un gran placer y nos introduce en un mundo mágico, lejos de las urgencias financieras y tecnológicas, donde late un pedazo del Tucumán que se fue y de otro que aún resiste a los embates del mentado progreso. El autor nos enciende el deseo de conocer Leales, de oler ese paisaje, de tocar los ecos de ese pasado, que revive en estas creaciones.

© LA GACETA

ROBERTO ESPINOSA

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