Adultos mayores que se vuelven emprendedores

Adultos mayores que se vuelven emprendedores

25 Septiembre 2018

Una enfermedad invalidante, quedarse sin empleo, el hartazgo de hacer diariamente lo que nos desagrada, el deseo de no tener jefes, de enfrentar nuevos desafíos, situaciones límite, nos obligan a girar bruscamente el timón de la vida para encontrarle un nuevo rumbo o sentido. El “Do It Yourself” (hazlo tú mismo) que se puso de moda hace ya varios años, pasó a denominarse luego emprendedurismo y se desparramó en una buena parte del mundo.

En nuestra edición dominical, presentamos tres historias. En 2007, una docente de Concepción, de 40 años, sufrió un grave accidente. Hasta ese entonces enseñaba en dos escuelas, una en la ciudad donde vive y otra en Las Talitas. Perdió la memoria, se olvidó las operaciones matemáticas, temía salir a la calle. La médica le aconsejó que debía tener alguna actividad para superar su problema. Le pidió a su madre que le enseñara a tejer; desde entonces no abandonó el telar. Comenzó a vender sus ponchos, chales y ruanas, hasta el punto de transformar esa terapia en un modo de ganarse la vida.

Un matrimonio de docentes decidió que su paso a retiro debía ser activo. Conscientes de que no hay muchos lugares donde alojarse en Simoca, a pocos metros de la plaza principal abrieron un hospedaje, que al poco tiempo comenzó a crecer; tienen además un vivero; ella hace pan casero y su marido, que tiene una discapacidad visual, se ocupa de armarles el itinerario a los turistas que quieran conocer Simoca y todo el sur provincial. De ese modo, están cumpliendo con el deseo de ser sus propios jefes.

Según un directivo de la Unsta y uno de los impulsores del ecosistema regional de emprendedurismo, no hay edades para iniciar una actividad independiente: se necesita tener una idea, madurarla, apasionarse y pasar a la acción. “Si no logro poner en acción una idea no podré concretar nada. Y ahí lo importante de capacitarse para conocer las estrategias a seguir y entrar en alguna red de ayuda, de contactos, para que el proyecto crezca. Para concretar algo hay que ser muy persistente. El mundo del emprendedurismo requiere de varias pruebas y errores. No hay que desanimarse. Hay que confiar en nosotros mismos y ser observadores, siempre mirar a nuestro alrededor. Eso nos permite ver las problemáticas y necesidades, esos huecos en los que se puede beneficiar un emprendimiento”, dijo. Agregó que El experto detalló que más de 2.580 personas pasaron este año por los talleres que se dictan en esa casa de estudios y que la idea es elaborar el primer registro de emprendedores tucumanos.

En épocas en que asistencialismo estatal con los sectores más desfavorecidos ha tomado gran relevancia por la crisis social y económica, los emprendimientos individuales o colectivos constituyen una salida importante para enfrentar la vida, apostando a las propias fuerzas. Justamente, el Estado debería desempeñar un rol más activo promoviendo esta actividad, así como el cooperativismo, especialmente en los sectores marginales de nuestra comunidad, azotados por la desocupación, la droga y la delincuencia.

Estos emprendedores mayores son también un ejemplo de que se pueden concretar los sueños postergados, aprovechando el tiempo libre que brinda la jubilación, dedicándose a concretarlos y a seguir aprendiendo. A no hacer cosas por obligación, sino por voluntad propia. Nunca es tarde para emprender una nueva actividad.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios