Vuelve a discutirse si los museos deben ser arancelados

Vuelve a discutirse si los museos deben ser arancelados

WILLIAM TURNER. La muestra del artista inglés, precursor del impresionismo, reabrió la polémica. la gaceta / Foto de José Nuno (archivo) WILLIAM TURNER. La muestra del artista inglés, precursor del impresionismo, reabrió la polémica. la gaceta / Foto de José Nuno (archivo)

Si el ingreso a los museos públicos debe ser gratuito o arancelado y de qué manera se ha instalado en el debate de las artes visuales y de las políticas culturales del gobierno nacional por estos días.

La resolución 1.082/2018 publicada el viernes en el Boletín Oficial establece que quien desee ver en determinados días la muestra de William Turner en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) debe pagar $ 100. Hay excepciones y confusas aclaraciones, además de diversas desprolijidades (por ejemplo, se publica con la firma del ex ministro Pablo Avelluto, que ya era secretario, y se establecen limitaciones no muy claras).

La decisión, por supuesto, alentó distintas interpretaciones, críticas, defensas y consideraciones varias. Inmediatamente, los columnistas de los medios nacionales y opinólogos de las redes sociales establecieron una relación entre esta resolución con lo que pasa en los grandes museos internacionales. Que en tal institución se cobra y en otra no, o que antes no se pagaba.

Y es cierto: se sabe que en el Louvre (París) hay que pagar para su ingreso pero en la Tate (Londres) no. Y que en la Tate Britain (a orillas del Támesis norte) el ingreso es gratuito, pero en alguna que otra exposición especial hay que pagar (no así en la Tate Modern, a metros del Támesis sur, aunque consumir un café allí no cuesta menos de $ 300).

Vale decir que en la clásica Tate Britain existen centenares de pinturas de Turner (no precisamente acuarelas como las que se expondrán en el MNBA), dibujos y óleos ante los que, por algo llamado arte, todavía hoy un espectador puede permanecer minutos por cada obra y no apenas ocho o nueve segundos.

1.- A aquellos columnistas de arte que no conocen el interior del país se les debe contar que hasta no hace mucho el Museo Casa Histórica de la Independencia (museo nacional) cobraba el ingreso de miles de visitantes al año, fondos que se destinaban a la conservación y mantenimiento, supuestamente. Se pagó hasta fines de 2016, cuando se detectaron irregularidades de la Asociación de Amigos (en 2015 los ingresos habían significado alrededor de $ 3 millones, según se publicó en LA GACETA el 31 de diciembre de 2016). En otras palabras: los museos no eran gratuitos (en el Timoteo Navarro -provincial- se cobró durante mucho tiempo, pero el Ente Cultural debió volver atrás ante la observación del Tribunal de Cuentas). Cualquier tucumano o turista sabe que tuvo que pagar para poder ingresar.

2.- Reclamar que los museos sean gratuitos sería como demandar que la educación pública lo sea. ¿Por qué la educación debe ser gratuita y los museos no, si son parte de la misma necesidad de enseñanza y comprensión de la realidad? ¿Acaso la cultura no forma parte de la misma educación? ¿O será que cuando se habla de cultura, educación y arte se está haciendo mera demagogia? Las instituciones públicas deben ser gratuitas. Pero no sólo eso: deben ser inclusivas tanto en su ingreso como en su exhibición. Todo un tema a nivel nacional y local cuyo debate aún se adeuda.

3.- La resolución sobre el MNBA y cómo se la interprete no deja lugar a dudas. Es un avance en el proceso de arancelar (tercerizar algunas exposiciones). Incluso de discriminar: cualquiera que entre a ese museo podrá ver gratis su patrimonio, pero no a Turner, en este caso. A Turner y sus acuarelas, no sus pinturas. Hay que aclararlo, porque la muestra está integrada por 85 acuarelas, y estará abierta desde el 25 de este mes hasta mediados de febrero.

El tema no es nuevo: su director, Andrés Duprat había contado en enero que se estaba instrumentando un bono contribución voluntario para aquel que pueda y quiera pagarlo (la información salió en Clarín del 10 de enero).

Algunos analistas opinan que el cobro del ingreso no se debe a un motivo económico. “Lo que van a recaudar con el cobro es insignificante; pero significa poner una barrera para que no entren pobres. Es ideológico”, sostuvo Daniel Molina.

CASA HISTÓRICA. El ingreso se cobró hasta diciembre de 2016. LA GACETA / FOTO DE JOSÉ NUNO (ARCHIVO). CASA HISTÓRICA. El ingreso se cobró hasta diciembre de 2016. LA GACETA / FOTO DE JOSÉ NUNO (ARCHIVO).

Presupuesto

Es visible, como en otras áreas de cultura, la necesidad de ajustar las cuentas; la falta de presupuesto es un grave problema de las autoridades nacionales, provinciales y universitarias en esta provincia.

Ni siquiera hay fondos para cubrir un mantenimiento adecuado de los menesteres cotidiano. No se entiende cómo puede invertirse mucho dinero en festivales y en el propio Septiembre Musical, pero el Museo Timoteo Navarro sigue estando protegido con estructuras por temor a derrumbes o caídas de revoques (una inmensa grieta marca una de sus paredes interiores).

La Casa Histórica tampoco puede ostentar una construcción sin fisuras. Su directora, Gabriela Gorriti, comentó que ninguna autoridad le sugirió todavía que se vuelva a pagar. Todavía, como bien precisó la funcionaria.

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