Cartas de lectores

El Manantial

El Manantial de Marlopa (los Lodazales de El Manantial) tiene su origen en épocas remotas. El primer documento que detalla su territorio data del 23 de noviembre de 1592, donde se entrega en posesión al capitán Melián de Leguisamo. Pasaron los jesuitas y luego se fue desmembrando. Por estas tierras se dieron la batalla de Tucumán, la batalla de El Rincón y otras que llevaron a la organización de la incipiente Nación Argentina. Además, aquel hermoso Arroyo Manantial (que retrata Germán Burmeister en 1859) era el proveedor del agua potable para San Miguel de Tucumán. En su geografía se originan Yerba Buena, Ohuanta, San Pablo y parte de San Miguel de Tucumán, recortando su territorio original. Nuestros límites son: al norte, el camino de Sirga; al este, el arroyo Manantial; al sur el arroyo Polonio y al este las laderas del cerro San Javier. Pero una vez más sufrimos en nuestro orgullo de pobladores al confundir los nombres propios de las poblaciones. Somos hijos, nietos y bisnietos de aquellos que, a partir de 1940, constituyeron los barrios de esta hermosa población donde todos somos una familia, nos conocemos desde siempre y mantenemos la fraternidad vecinal. Por todo lo expuesto, solicitamos que al nombrar El Manantial se realice con claridad, sin evidenciar desconocimiento y evitar la confusión con nuevos barrios periféricos (nacidos al amparo de desplazamientos de otras barriadas) que se nombraron usando el nombre de El Manantial.

Enrique F. González, Gustavo Olivera y otras firmas

Lola Mora 231 - El Manantial

Banco de pelucas

Me atrajo el movimiento de gente en una carpa blanca instalada en nuestra plaza Independencia. Pensé en una olla popular para una de las tantas manifestaciones de gente ya enfurecida por la terrible e incontrolable crisis económica. Antes de llegar, me interceptó Diego, un joven bien educado, elegantemente vestido que me dio un folleto y me preguntó si iba a donar cabello para la fabricación de pelucas para personas enfermas de cáncer. Estupefacto y lleno de felicidad, y orgulloso de que en mi Tucumán querido alguien de buen corazón haya tenido la gran idea de crear el primer banco de pelucas público del país para enfermos oncológicos. ¡Muy bien 10, Ministerio de Salud! Estos son buenos emprendimientos dignos de alabar e invitar. El slogan del evento dice: “Tu cabello por una sonrisa, tu pelo vuelve a crecer, sus sonrisas también”. ¡Cuánta verdad, por Dios! No se tiene idea de cómo ayudarán a ese enfermo que tiene que soportar el dolor y el trauma psíquico que por el efecto de la quimioterapia se genera cuando ven caer sus cabellos y su autoestima con esta cruel enfermedad. El Tucumán solidario apoyó esa iniciativa. Así se pudo ver haciendo cola a madres con sus hijas y hasta a hombres. Se podrá seguir donando en calle Italia 1.919, oficina del Siprosa. Sugiero que se puedan donar pelucas usadas y que estén bien conservadas; alguien más se beneficiará, y agradecerá.

Francisco Amable Díaz

Pedro G. Sal 1.180, Barrio 20 de Junio

San Miguel de Tucumán


Teatro San Martín

La noche del 29/6, al concluir el acto de colación de grado del Instituto Lora Mora, evento al que asistí por recibirse mi esposa como docente de francés, cuando subí al escenario sufrí una caída de unos tres metros de altura, a la fosa donde se ubica la orquesta, debido a la ausencia de barandas en un tramo y sin red de protección para evitarlas. Entiendo esto como una grave negligencia de las autoridades, tanto del Ente Cultural como del Teatro y de Defensa Civil. Relevé datos entre conocidos, y encontré que, de varios años a esta parte, soy la tercera persona que sufre una caída similar. En 2016, el desprendimiento de mampostería golpeó en la cabeza de un médico asistente, produciéndole traumatismo de cráneo y pérdida de conocimiento. En mi caso, tuve que ser operado por rotura de vasos internos. Estuve en situación crítica durante tres días y 20 días más en sala, y fui operado también por fractura de tobillo izquierdo, fisura de pelvis derecha y de escápula izquierda. Todo eso con el desinterés humanitario de toda autoridad. Postura similar tuvo el seguro provincial, que debería asistirme y no lo hizo. Con el inicio del Septiembre Musical 2018, con el teatro San Martín como sede de varios eventos, ojalá que ningún espectador deba padecer algún percance, de cuyas consecuencias sufro junto a mi familia sin poder recuperar todavía mi salud, con las secuelas que me provocaron un Estado semiausente y funcionarios incompetentes.

Miguel Sánchez

Manzana “N”, Casa 33, San José III

Yerba Buena

Alberdi, el olvidado

Felicito a LA GACETA y al periodista Álvaro Aurane por la publicación de su imaginativo, irónico y meduloso artículo acerca de la figura de Juan Bautista Alberdi y las sabias enseñanzas que sus ideas, su pensamiento, y ejemplar conducta, nos ha legado como su más valiosa herencia. Debemos tener presente que su fundamental aporte jurídico, junto a la acción del entrerriano Justo José de Urquiza, convierten a ambos en los dos máximos protagonistas de la organización institucional de nuestra Patria, disociada hasta entonces por una prolongada anarquía, hecho poco valorado y casi desconocido por la mayoría de la ciudadanía. Sin embargo, con dolor debo reconocer que actualmente, Alberdi, verdadero héroe civil, es un casi olvidado e ignorado por gobernantes y pueblo del país, y más dolorosamente por los de su provincia natal. Cabe recordar que durante los más de 70 años de vigencia de la Constitución que él inspiró, Argentina, guiada por el contenido de sus mandatos, asombraba al mundo por su exponencial crecimiento y desarrollo, que la llevó a ocupar un lugar de privilegio entre los ocho países más avanzados del planeta. Etapa que concluyó cuando el Ejército, que debía ser su más celoso custodio y defensor, dio el primer golpe de Estado, con lo que dio comienzo al prolongado período de inestabilidad institucional que sufrimos, cuyo resultado es la larga etapa de decadencia que padecemos y que nos ha sumido a los argentinos en inexplicable pobreza y desesperanza. El referido artículo destaca enfáticamente lo ocurdo con los gobiernos y el pueblo de nuestra provincia, que ignora y olvida a uno de sus hijos más preclaros, cuyos escritos son actualmente motivo de estudio y enseñanzas en numerosas universidades del mundo. Considero que esta situación debiera ser motivo de preocupación y de profunda reflexión por parte de la dirigencia política y de las diversas instituciones y organizaciones de la comunidad. Por el bien de todos, debiéramos tratar de recuperar la vigencia de los grandes valores allí referidos.

Adolfo Poliche

Calle Oeste Nº 91 - Yerba Buena

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