Una cancha dividió a ediles de Yerba Buena

Una cancha dividió a ediles de Yerba Buena

Los bloques afines a la Intendencia avalaron el emprendimiento. Los concejales opositores a Campero rechazaron la iniciativa. Según vecinos de un country, el sector es para destino residencial.

EN SESIÓN. El Concejo Deliberante de Yerba Buena sigue siendo escenario de votaciones divididas.  EN SESIÓN. El Concejo Deliberante de Yerba Buena sigue siendo escenario de votaciones divididas.
18 Agosto 2018

Siete de los 10 concejales de Yerba Buena decidieron ayer, en una sesión especial realizada al mediodía, otorgar una factibilidad urbanística a favor de un emprendimiento deportivo sobre la avenida Perón. Se trata de una serie de canchas de fútbol que planean instalar al norte de esa arteria, a la altura de la calle Las Rosas.

El expediente había sido presentado por Patricio Chavanne, el representante del proyecto. En cambio, un grupo de vecinos del country “Praderas”, principalmente, había solicitado que no se autorizara esa construcción. Actualmente, en el sector en discusión se colocaron unos contenedores y se realizaron movimientos de tierra y tareas de riego.

Las canchas fueron avaladas por los dos peronistas del cuerpo (Héctor Aguirre y Walter Aráoz), por los afines al oficialismo local (José Macome, Rodolfo Aranda, Javier Jantus y Marcelo Rojas) y por Lucas Cerúsico, opositor. Los restantes (Maximiliano García, Benjamín Zelaya y Pedro Albornoz Piossek) votaron en contra.

El debate sobre las canchas se coló en el recinto debido a que una ordenanza municipal establece que las urbanizaciones especiales (más de 2.500 metros cuadrados) sean sometidas a la opinión del Concejo Deliberante.

A favor y en contra

Entre los argumentos a favor, los ediles entendieron que se trata de una oportunidad para favorecer las actividades deportivas en esa ciudad (en voz de Jantus) y para que los niños de las escuelas públicas cuenten con esos espacios, pues los propietarios los pusieron a su disposición de modo gratuito, de lunes a jueves por las mañanas (contó Aguirre).

Desde la vereda contraria, la principal razón esgrimida por los habitantes del country es que el proyecto se encuentra por fuera de lo que establece el Código de Ordenamiento Urbano, puesto que según ellos los clubes deportivos no son un uso permitido para ese sector, residencial.

Además, remarcan que la construcción ha comenzado, pese a que los propietarios del proyecto no cuentan con la habilitación municipal. Tampoco han presentado un estudio de impacto ambiental. “Además, hemos tomado conocimiento de que existe un pozo de agua que sería sólo para riego; no para consumo humano”, cuenta Enrique Ahumada, residente de Praderas.

Otro aspecto que destacan vecinos en una serie de notas enviadas a la Municipalidad y al Concejo es el impacto que provocarán las canchas: ruidos molestos, incremento del tráfico y excesiva luminosidad, entre otras cuestiones.

En los próximos días, Ahumada planea presentar una denuncia en la Justicia, en contra del intendente, Mariano Campero, y de los concejales que avalaron la iniciativa, anticipó a este diario.

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