16 Agosto 2018
IMPARABLE. Messi domina el balón rodeado por jugadores de Boca. prensa cabj
BARCELONA.- Otro mundo. Eso es lo que parece ser Europa para los sudamericanos en general y los argentinos en particular. Las diferencias desde los futbolísticos son cada vez más grande. Así quedó reflejado en el encuentro que Barcelona le ganó a Boca, 3 a 0, por la tradicional Copa Joan Gamper. El local, por momentos, reguló su juego y marcó claras diferencias contra el bicampeón argentino que puso todo en la cancha, pero no le alcanzó para equilibrar la balanza.
El poder económico también es notable. El plantel del conjunto catalán tiene una cotización por encima de los U$S 1.000 millones y sólo Lionel Messi (U$S 203 millones) cotiza más que todos los futbolistas del conjunto argentino, cuya principal figura es Cristian Pavón, con una cláusula de rescisión de U$S 50 millones.
Peso propio
Esos valores, cuando la pelota comienza a rodar, tienen peso. Así sucedió durante el Mundial, donde los cuatro semifinalistas fueron europeos. Y se repitió ayer. Barcelona siempre se mostró superior a Boca, sin importar los futbolistas que estaban en el campo de juego -cambió todo el equipo en el segundo tiempo-. El conjunto argentino cometió un par de errores individuales y los pagó caro. Con la ventaja, el local manejó el juego a voluntad y contundencia. Malcom, Messi y Rafinha marcaron los goles. Allá lejos quedaron los tiempos donde los equipo sudamericano discutían de igual a igual la supremacía futbolística con los europeos.
Lo que no cambia es la pasión de los hinchas. Unos 10.000 “xeneizes” no pararon de alentar para el asombro de los locales.
En ese contexto de dominio abrumador, Messi es el rey. Se mueve con una comodidad absoluta, con o sin la pelota. Antes del partido les habló por primera vez a los hinchas como capitán. “Tuvimos un buen año pero nos quedamos con la espinita de la Champions. Les digo que vamos a hacer todo lo posible para que esa Copa tan linda y tan deseada vuelva a estar en el Camp Nou. ¡Visca el Barça y visca Cataluña!”, les dijo a los hinchas, micrófono en mano, en alusión a la “Orejuda”.
La paz que envuelve a Messi en la ciudad española no la encuentra en Argentina. “Él necesita, igual que todos los jugadores, encontrarse bien y saber que el equipo le acompaña. La diferencia es que a su alrededor siempre hay mucho ruido en Argentina y eso no es bueno”, destacó el técnico Ernesto Valverde, de Barcelona.
Guillermo Barros Schelotto coincidió con su colega español. “Necesita paz y libertad para decidir lo mejor para él”, señaló después de que el rosarino comunicara su deseo de no ser convocado para jugar en la Selección en los próximos meses.
Ayer Messi regresó a su casa, el Camp Nou, y volvió a ser el crack que deslumbra en todo el mundo. Se sintió cómodo y protegido. Les prometió a los catalanes nuevos éxitos. Jugó; hizo un golazo; manejó al equipo; lo eligieron mejor jugador del partido y levantó la Copa Joao Gamper, como ya se hizo costumbre. Un nuevo trofeo para su colección. Todo eso que con Argentina parece imposible lograr.
Otro mundo. Eso es Barcelona para Messi. Y está muy lejos de Argentina. Lamentablemente. (DPA y especial)
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