Cumplir años, según Murakami

Cumplir años, según Murakami

la protagonista reflexiona sobre el impacto de un encuentro fortuito

12 Agosto 2018

RELATO

LA CHICA DEL CUMPLEAÑOS

HARUKI MURAKAMI

(Tusquets - Buenos Aires)

El día de su vigésimo cumpleaños no le auguraba nada especial. Lo pasaría sirviendo gnocchi de calabaza y fritto misto di mare en el restaurant italiano donde trabajaba, en algún lugar de Tokio. Pero un contratiempo cambiaría su destino, provocando el encuentro con un anciano y su vida se transformaría para siempre.

Así es como, entre personajes sin nombre atravesados por el velo de la noche, Haruki Murakami narra La Chica del cumpleaños, cuento que forma parte del libro Sauce ciego, mujer dormida (1996), pero que recientemente fue publicado por la editorial Tusquets.

Con un halo de misterio, él le confiesa que solo puede regalarle una cosa: el cumplimiento de un deseo. Ella acepta y lo formula, mientras la lluvia cae como una gruesa cortina tras la ventana.

(…) ¿Seguro que no deseas nada distinto? Como, por ejemplo, ser más hermosa, o más inteligente, o rica. ¿No te importa pedir una cosa de esas? ¿Uno de esos deseos que pediría cualquier chica de tu edad?.

Con narraciones que transcurren en el pasado y el presente, la protagonista de la historia reflexiona sobre el impacto que tuvo en su vida aquel fortuito encuentro y cómo ha ido transformando su historia.

Mención aparte merece el libro, el que desde sus gruesas páginas permite sumergirse en la oscuridad de la noche. Las ilustraciones de la artista alemana, Kat Menschik, en tonalidades rojizas y blancas, agudizan los sentidos del lector quien podrá olfatear los aromas del restaurant, saborear con los personajes una copa de vino y experimentar la delgada línea entre fantasía y realidad.

La historia culmina con un texto donde el propio autor cuenta lo que significa para él cumplir años y cómo lo celebra, en conjunto con otro grande de la literatura, quien murió al otro lado del mundo entre letras y alcohol.

Como nos tiene acostumbrados, el escritor nipón logra hacer de un suceso mundano algo extraordinario. Es que, lejos de interpretaciones lineales, este es un texto donde cada cual tendrá que producir su propio sentido, y nada menos que en el día de su cumpleaños.

LUCIANA RODRÍGUEZ

© LA GACETA

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