Cartas de lectores

La corte y las estadísticas

Respecto de la nota “A la deriva y sin mapa de la inseguridad”, publicada en LA GACETA del sábado 4 de agosto de 2018, por el periodista Roberto Delgado, deseo formular las siguientes manifestaciones. En tal artículo de opinión se relacionó la trágica muerte de Priscila Paz con la falta de estudios sobre la criminalidad en la Provincia de Tucumán, sugiriendo que la Corte Suprema de Justicia sería responsable por no publicitar los resultados del monitoreo de la conflictividad violenta que llevaba adelante un equipo a su cargo. En ese marco, se introdujeron ciertas imprecisiones que, al seguir un afán difamatorio hacia mi persona, terminan desinformando a la comunidad, mereciendo una debida aclaración. La Corte Suprema de Justicia, mediante Acordada N° 209, del 20 de marzo de 2014, dispuso la adhesión del Poder Judicial de Tucumán al Convenio Marco de Cooperación y Colaboración y al Acuerdo Complementario “Plan Integral de Monitoreo Preventivo de Conflictividad Violenta”. A partir de allí, conformó un equipo que examinó las causas penales a su cargo, dando inmediata publicidad al producto de su investigación. Posteriormente, en virtud de Resolución de Presidencia N° 21, del 20 de marzo de 2017, se decidió que la Oficina de Gestión Judicial se encargue de la coordinación del Programa Monitoreo de la Conflictividad Violenta. Sin embargo, la escisión del Ministerio Público trajo consigo inconvenientes para el acceso a los expedientes, obstaculizando la producción de los informes correspondientes. En esa orientación, la Corte Suprema de Justicia no sólo informó públicamente los resultados de 2013, 2014 y 2015, sino que, además, puso a disposición de los medios, los organismos interesados y toda la sociedad los datos y la metodología de trabajo cumplimentada. Por otro lado, en relación al supuesto “secretismo” que habría instaurado arbitrariamente cuando ejercía la Presidencia de la Corte Suprema de Justicia, cabe hacer notar que el Tribunal cumplió con la exigencia de confidencialidad prevista en la cláusula segunda del Convenio Marco de Cooperación y Colaboración. Semejante requerimiento responde a la sensibilidad de los datos que entran en juego cuando se relevan causas penales. En ese orden, no puede soslayarse que siempre se dieron a conocer todos los elementos objetivos que se tenían a disposición, resguardando únicamente los que trascendían sobre el ámbito personalísimo (nombre, apellido y dirección). De acuerdo con ello, la confidencialidad se imponía en respeto a una manda específica y por razones valederas, llevando a descartar que existiese una voluntad de mantener determinado ocultismo. Sobre esa plataforma, resulta infundado atribuirle responsabilidad a la Corte Suprema de Justicia en el crimen de Priscila Paz. Por tal razón, es preciso convocar al señor Roberto Delgado a que, en homenaje a la libertad de expresión, ajuste responsablemente sus palabras a la verdad de los hechos.

Antonio Gandur

Pasaje Vélez Sársfield 450 Vocal de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán

N. de la R.: El autor de la columna mencionada no ha pretendido dar a entender que la Corte Suprema de Justicia tenga responsabilidad alguna en el crimen de Priscila Paz. Tampoco ha tenido un “afán difamatorio” contra el vocal de la Corte Antonio Gandur ni contra persona alguna. Con todo el respeto por el reclamo del lector, opinar acerca de la necesidad de la publicidad de información pública -como lo son los estudios estadísticos de la Corte sobre homicidios- no representa una lesión hacia el buen nombre y honor de ningún funcionario público.

Felices 106 años LA GACETA

El día 4 de agosto de 1912, LA GACETA hace su aparición como periódico dominical. El diario es un referente de información, análisis y opinión, en especial para aquellos lectores interesados en la seriedad en el tratamiento de las noticias. En este nuevo aniversario (se cumplió el sábado pasado), deseo destacar el compromiso del diario, porque siempre ha demostrado mantener vivo el debate de ideas, en un marco de respeto por la libertad de expresión y la diversidad de pensamiento. Desde los seis años de edad, hace 70 años, leo LA GACETA. Mi deleite fue leer la “Nota del Día” por Andrés Villá; sus dibujos se publicaron en este diario hasta 1966, y hasta hoy los añoramos. En 1967 apareció una nueva compilación titulada “200 ‘Notas del Día’ publicadas en LA GACETA 1933-1966”. Tenía 112 páginas con dedicatoria de su esposa y prólogo de don Enrique García Hamilton, recordado director del matutino tucumano. Por ello, deseo felicitar por los 106 años de vida a un diario de prestigio, siempre interesados en la rigurosidad cuando las pasiones tienden a dividir. Siempre es necesario un medio que, manteniendo sus convicciones, acepte la opinión distinta y la ponga en debate con sus lectores.

Julio Argentino Gómez

Debate sobre el aborto (I)

El debate por la despenalización del aborto expuso duras acusaciones contra la fe católica, donde muchos católicos fueron los más contundentes, sacerdotes y laicos. Hablan de una Iglesia Católica corporativa, mientras ellos sirven a intereses de corporaciones que promueven el aborto con fines comerciales, nacionales y extranjeras y también a las políticas. Promueven un Estado sin fe, es decir, que tienen un Dios para sus vidas pero lo rechazan para el Estado que regula con leyes sus vidas. Reniegan como católicos del santo papa Francisco y que se exprese como institución histórica y fundacional de nuestra patria. Nuestro Presidente de la Nación ha errado en todas sus políticas, al igual que el gobierno anterior, lo que es público. Pero han tenido la virtud de provocar profundas y violentas divisiones entre nosotros, hermanos argentinos, incluidos los católicos, y si para ello es necesario quitarles la vida a los niños, no hay problema. Volver a ser hermanos es el mayor desafío para renacer como Nación. Nuestros niños y los que vendrán, por más que les duela, merecen una Patria mejor. Pero esto no será posible con un Estado plagado de incompetentes y una Iglesia Católica lenta, confundida y dividida.

Pedro Isaac Pabón

Debate sobre el aborto (II)

Seguramente este miércoles 8 de agosto (por hoy) será recordable. Esperemos que, como una jornada calma, el Congreso sesione sin presiones y acorde a la decisión personal de cada senador ajena a “aprietes”, retribuciones de favores o compromisos políticos. Si esto pasara sería una jornada cívica digna de ser recordada. Pero en vista de carteles, panfletos, llamados y convocatorias un tanto aguerridas, que se leen en las redes sociales, destinadas a defender el derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo (y el del otro) y en vistas de algunos “apoyos” extranjeros, puede ocurrir que para evitar desmanes o furia verde (a favor de despenalizar el aborto) se obligue a senadores a cambiar su voto. Ojalá esto no ocurra y guste o no la decisión de la Cámara Alta, la que presuponemos es producto de meditación y conocimiento del tema, sea respetada. Este miércoles 8 de agosto no sólo está en juego la sanción de una ley, sino nuestra propia valoración y definición de “democracia”. Algo me dice que todavía nos queda enorme.

Karina Zerillo Cazzaro

Debate sobre el aborto (III)

En el debate sobre la legalización del aborto, los partidarios de esta idea nos ofrecen el ejemplo de los países desarrollados y no advierten que no todo lo de allí es imitable. En el mundo digital se está cayendo lo que para Francisco llama “la cultura del descarte”, que ha consagrado el slogan “úselo y tírelo”. Esto puede estar bien tratándose de envases, servilletas y pañales, pero resulta perverso si se trata de las personas. Una ciudad alemana de unos 100.000 habitantes se desmantelaba, día a día, por falta de niños, se cerraban guarderías, escuelas, clínicas. Según un experto en población, la nación alemana disminuía en miles de personas anualmente. Y concluía: “los alemanes recién se van a dar cuenta del problema cuando estén sentados en una silla de ruedas y no tengan quién los empuje”. Es desolador un mundo sin niños, como un jardín sin flores. No dejemos que nos roben la vida, no dejemos que nos roben ni los niños ni las madres, porque “la vida maravillosa es esa oportunidad de amar”. Erich Fromm decía: “el amor es la preocupación activa por la vida y el crecimiento de los que amamos”. Frente a la anticultura de la muerte, optemos por la cultura de la vida y del amor. Amemos la vida, defendamos la vida en todas sus etapas, apostemos a la vida.

Luis Alberto Aguirre
Avenida Alem 552 San Miguel de Tucumán

Inseguridad

Estamos acorralados y aterrorizados esperando a quién le toca que lo asalten, roben, patoteen o maten. Motos, carteras y celulares. Es imposible que algún día pase sin que se hayan sustraído, y en muchos casos recuperados con la modalidad de la “no denuncia” y pago de rescate, claro indicio de que los delincuentes son nuestros. Si no es el nieto, la hija o el hermano, es el “transa” fulano de tal o Huguito, Luisito o Carlitos. Pero, ¡ojo con delatar!. Esta es la realidad de todos los barrios periféricos, nuestros límites geográficos; dicen que sobrevivimos a tan sólo 15 cuadras de Plaza Independencia. El maldito Canal de San Cayetano y las avenidas Pedro M. Aráoz y Wenceslao Posse, forman nuestro “triángulo de la muerte”. Calles oscuras y desiertas; nuestros niños tiemblan cuando escuchan los escapes de las motos, por las pruebas de acrobacia de los motochorros y las prácticas de tiro a toda hora. No podemos decir que es tierra de nadie. Es de ellos o de quienes viven en las zonas circundantes de las calles Diego de Villarroel, Tiro Federal y pasaje Díaz Vélez, Toledo y La Bombilla. No toco de oído. En los últimos días, a mi hijo, al frenar en uno de los tantos “lomos de burro” de la calle French, le apuntaron a la cabeza con una pistola para intentar quitarle la moto. No sé si son los mismos que, a una sobrina discapacitada, la manosearon y le quitaron el celular, ¡amenazándola con que iban a matar a toda su familia! Señores, basta de conversaciones y de “verso”. No hay otra: hay que actuar con firmeza y de una buena vez.

Francisco Amable Díaz
Pedro G. Sal 1.180 - Barrio 20 de Junio San Miguel de Tucumán

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios