Preocupa el aumento de la violencia contra la mujer

Preocupa el aumento de la violencia contra la mujer

Es una de las características de los mamíferos y el ser humano como tal, la posee. “La violencia no es fuerza sino debilidad, nunca podrá crear cosa alguna, solamente la destruirá”, sostenía el humanista italiano Benedetto Croce. La acción de utilizar la fuerza y la intimidación para conseguir algo está presente en todos los ámbitos y es ejercitada por aquellos que circunstancialmente tienen una porción de poder. Durante siglos el sometimiento brutal que ejerció el hombre sobre la mujer fue aceptado como algo natural, y pese a que los tiempos han comenzado a cambiar en muchos sentidos para bien, esta conducta persiste.

La Asamblea General de las Naciones Unidas dijo en 1993 que la violencia contra la mujer constituía una violación de los derechos humanos y de las libertades; que se necesitaba una clara y exhaustiva definición de la violencia contra la mujer, así como un compromiso de los Estados y de la comunidad internacional en general para erradicarla.

En Tucumán, las estadísticas no son muy promisorias en cuanto la erradicación de la violencia de género se refiere. En los ocho meses de 2018 se han registrado más casos que durante todo el año pasado. Según datos contabilizados por LA GACETA, hubo hasta el momento 11 femicidios en lo que va del año; el informe de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, para 2017, consigna siete casos. De acuerdo con el Informe del Registro de Femicidios de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Tucumán se halla entre las jurisdicciones cuyas tasas se ubican entre 0,87 y 0,26 femicidios cada 100.000 mujeres, junto a Capital Federal, Chubut, Entre Ríos, La Rioja, Mendoza, Misiones, San Juan y Santa Cruz. Las provincias con más casos, en proporción a su población, fueron Salta, Jujuy y Santiago del Estero, cuyas tasas oscilan entre 2,74 y 2,10 femicidios cada 100.000 mujeres. Se indica que el 80% de los femicidios fueron cometidos en espacios privados. El informe indica que en Tucumán, en los últimos cuatro años, hubo cuatro femicidios en 2014; dos en 2015; cuatro en 2016 y siete en 2017. A nivel nacional, se indica que el 93 % de los imputados incluidos en las causas eran varones con quienes las víctimas tenían un vínculo.

El incremento de la violencia está reflejando lo que sucede en la sociedad, cuyos valores esenciales están en crisis desde hace tiempo. Esta se está volviendo cada vez más individualista, consumista, deshumanizada. Pero también, cada vez más desigual, injusta, cercada por las adicciones, especialmente por la droga, que es sinónimo de delito y de violencia. En ese contexto la agresión contra la mujer se agrava. Nos parece que este grave problema social debería ser abordado desde varios ángulos. Por ejemplo, se debería trabajar con el victimario, que es el resultado de un pasado violento. La prevención es esencial para combatir este flagelo, pero mucho más lo es la educación, que es el punto de partida para construir las relaciones humanas. Si nos enseñan desde chicos a recrear los lazos afectivos, el diálogo como fuente de entendimiento, el amor y respeto por el otro, la solidaridad y desterramos las diversas formas de autoritarismo educativo que aún conservamos, es posible que avancemos hacia una sociedad menos violenta y más sana. La violencia nace de la incapacidad para entender al otro, de la necesidad de someterlo. “La educación es la vacuna contra la violencia”, afirma el cineasta Edward James Olmos.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios