Del sabor amargo también se aprende

Del sabor amargo también se aprende

05 Agosto 2018

“La última carrera me la quiero olvidar”, reconoció Lorenzo. Y es lógico porque no la pasó bien. En la última fecha que se corrió en Buenos Aires con la modalidad de invitados, Lorenzo tuvo un fin de semana en el que la dupla que formó con el salteño Francisco Paredes no estuvo óptima en las mangas, pero en la final mejoró notablemente. Antes, ya había sufrido un episodio que lo llevó hasta las lágrimas cuando, después de la vuelta previa, su karting sufrió un desperfecto y se detuvo. Su mecánico ingresó para asistirlo y desde el puesto 16 hizo una estupenda remontada hasta el sexto, pero luego fue excluido por los comisarios deportivos que consideraron que había violado el reglamento al ser asistido. Pero Lorenzo puede refugiarse y aprender de su capacidad para resolver situaciones. Tras un episodio de tensión antes de empezar, mantuvo el temple y retomó la concentración para pasar a sus rivales. Más allá del error reglamentario -el equipo del piloto consideró que la sanción no era justa, ya que, a su entender, el reglamento se interpretó por sugerencias externas- Daz cumplió su objetivo. “Me calenté, más que nada”, reconoció. “Si me va mal, me va mal, pero que me descalifiquen... ahí sí me enojo. No tendrían que haberlo hecho, evaluó.

El mismo entusiasmo, con estilos distintos

Tanta tranquilidad transmiten los hermanos Daz, que generan la confianza suficiente como para pensar: “se les puede dar el mando de un karting que alcanza más de 90 kilómetros por hora”. “Yo soy más tranquilo”, dice Lorenzo. ¿Vos dirías que sos loco, Bautista? “Más o menos”, respondió con timidez el más chico de la dupla.

Lorenzo y Bautista son rivales, están en la misma categoría de la Rotax Bonaerense y, por presente, el menor persigue al mayor. Lorenzo está segundo en el torneo (ya ganó la fecha dos, cumple el requisito de al menos una victoria para ser campeón) y a muy pocos puntos del líder. “Yo quiero pasarlo a mi hermano. En los entrenamientos llego a pasarlo, en las carreras no. No sé por qué no me sale”, comentó Bautista. “Pasa que en la carrera tenés que estar pendiente del de adelante, que no te frene para no chocar. Y también del de atrás, que no te pase. En la carrera tenés que hacer varias cosas diferentes a los entrenamientos”, da un diagnóstico Lorenzo sobre la situación que no puede dominar su hermano.

El mayor habla con un poco más de experiencia que Bautista. Hay algunos años más frente al volante y una personalidad que, según su papá y sus instructores (ver puntos de vista) asoma diferente. “Lorenzo cuida el karting que no se rompa, no arriesga más de lo necesario. En cambio, Bautista va siempre al palo”, definió Mario.

Gozan en la panchería, tanto como en la pista

Los hermanos Daz cuentan sonrientes que ellos trabajan en la panchería de la familia. Hasta lamentan que, desde que empezaron las clases, los días en “Pava-Chata” son menos con respecto a los que podían ir en el verano. Ambos son buenos alumnos, aunque... “No nos gusta estudiar, pero si queremos correr, tenemos que hacerlo”, aclaró Lorenzo, que se lleva mejor con la parte administrativa del negocio. “Soy más de sacar los precios. Me gustan las matemáticas”, afirmó el alumno del colegio Santa Rosa Campus. Curiosamente, pese a su timidez, Bautista prefiere el contacto con la gente. “Llevo la comida, los platos y las servilletas”, comentó.

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