Delegación decisional transferida a “agentes inteligentes” *

Delegación decisional transferida a “agentes inteligentes” *

05 Agosto 2018

Por Eric Sadin

Nuestro presente otorga a las computadoras el singular poder de secundarnos en un amplio abanico de circunstancias, individual y colectivamente, gracias a su aptitud para procesar con mínimos recursos y caso por caso cantidades astronómicas de datos. Estos gigantescos procedimientos agregativos con vocación deductiva generados mediante algoritmos ad hoc están concebidos para “reducir” las contingencias u “optimizarlas”, fruto de un conocimiento profundo y extenso de las situaciones presentes o en germen. Esta clarividencia evaluativa se ve exaltada por la “duplicación digital” tendencialmente integral de toda partícula mundana que es emblemática en el fenómeno preponderante de los Big Data. Es la equivalencia en vías de consecución operada entre lo real y su “reflejo cifrado”; está destinada a penetrar y manipular con una facilidad casi “sobrenatural” cada uno de sus componentes según una duplicación ahora consustancial a nuestra vida cotidiana, que había sido tempranamente anunciada por Jacques Ellul en sus primeras iniciativas teóricas durante los años 70: “El universo cifrado de la computadora se convierte progresivamente en el universo que tenemos por la realidad y en el cual nos insertamos”.

Desde hace medio siglo, se viene produciendo una mutación, a la vez discreta y decisiva, del estatuto concedido a la técnica: mientras que su vocación ancestral consistía en colmar las insuficiencias del cuerpo de acuerdo con una dimensión prioritariamente protésica, de modo progresivo, fue asumiendo la carga inédita de gobernar de forma más masiva, rápida y “racional” a los seres y las cosas. La preeminencia adquirida por la mecánica se desvaneció gradualmente en beneficio de operaciones computacionales desplegadas a gran escala y que instauraron una gestión electrónica de muchos campos de la sociedad, lo que permitió el apogeo del moderno “sector terciario”. Esta fue una etapa determinante para la informatización progresiva y continua de las sociedades, y más tarde se vio relevada por la superposición entre la universalización de la interconexión y la “madurez algorítmica”, que construyó un conocimiento artificial dinámico capaz de recoger, filtrar y distribuir para entidades o individuos el conjunto de flujos considerados “pertinentes”. Estos ajustes espacio-temporales ininterrumpidos estaban destinados a guiar las secuencias cada vez más numerosas y variadas de nuestras existencias.

* Fragmento de

La humanidad aumentada.

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