Chispeante, luminosa y cercana

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EL AMOR MENOS PENSADO | COMEDIA ROMÁNTICA - PM13 - 136

MUY BUENA

Origen: Argentina, 2018. Dirección: Juan Vera. Con: Ricardo Darín, Mercedes Morán, Claudia Fontán, Luis Rubio, Jean Pierre Noher, Andrea Pietra, Juan Minujín, Claudia Lapacó. Guión: Daniel Cúparo y Juan Vera. Fotografía: Rodrigo Pulpeiro. Música: Iván Wyszogrod.

La química fluye entre Ricardo Darín y Mercedes Morán. Se percibe en cada cruce de miradas. El ritmo y los diálogos encajan con naturalidad. Hay muchos personajes secundarios de los buenos, capaces de aparecer en los momentos y en las dosis justas. La historia circular mantiene su coherencia y su crescendo dramático. Las reglas de la comedia romántica están sobreaprobadas y “El amor menos pensado”, un acierto de punta a punta, se disfruta más allá de cierta previsibilidad en el desenlace. A fin de cuentas, al cabo de tanta solvencia en su devenir, la película no podía desairar ninguna convención del género que transita con tanto placer.

Si en la Argentina existiera una industria audiovisual consolidada, “El amor menos pensado” luciría como un ejemplo de buen cine de estudio. Juan Vera escribió la historia -a cuatro manos, junto a Daniel Cúparo- y la eligió para su debut tras las cámaras. Lo mucho que Vera aprendió a lo largo de su extenso recorrido en la producción se nota en detalles, como el plano secuencia que acompaña una caminata, o el preciosismo que procura al encuadrar cada ambiente. Es una película impecable desde lo formal y desde lo narrativo, a caballo de una historia chispeante, muy bien contada, cercana en el abordaje de ese universo que constituye la intimidad de toda pareja. Vera regala guiños que funcionan como un espejo en el que puede descubrirse cualquier espectador.

Marcos (Darín) y Ana (Morán) le ponen fin a 25 años de matrimonio -sin saber muy bien por qué, confiesan una y otra vez- y a partir de allí se embarcan en tours de force sentimentales y sexuales que van más allá de una crisis de la mediana edad. En esos pasajes “El amor menos pensado” encuentra sus mejores momentos. Irrumpe una variopinta galería de personajes, algunos magníficos (Juan Minujín haciendo de un irresistible vendedor de perfumes), otros entrañables (Claudia Lapacó, Norman Briski). Pero la película es de Marcos y de Ana, y si brilla es en gran medida gracias a todo lo que son capaces de elaborar y de transmitir Darín y Morán, estrellas que todo lo mejoran y todo lo potencian.

Es, además, una película inteligente, para nada pretenciosa, más bien segura de sí misma. Habla de encuentros y de desencuentros con desenfado y alegría, lejos del costumbrismo. Invita a reír, a mirar y a mirarse. No es poco.

LOS HAMBRIENTOS | Terror/suspenso - PM16 - 104’

La otra cara de “The walking dead”


BUENA
Origen:
Canadá, 2018. Dirección: Robin Aubert. Con: Marc-André Grondin, Monia Chokri, Micheline Lanctôt, Marie-Ginette Guay, Didier Lucien, Robert Brouillette. Guión: Robin Aubert. Fotografía: Steeve Desrosiers. Música: Pierre-Philippe Côté. 


Los zombis de “Los hambrientos” no encajan en el estereotipo. No parecen seres idiotizados, más bien lucen ladinos, crueles y -al parecer- movidos por alguna clase de conciencia colectiva. Y al contrario de sus congéneres del cine, son velocísimos; flechas disparadas en pos del supremo fin de comer carne humana. No pregunten cómo empezó este apocalipsis, a la película no le interesa abordar los porqués. Va a los bifes o, mejor dicho, al hueso.

“Los hambrientos” es una carrera a través de un bosque tan peligroso y traicionero como los seres que lo habitan. No hay esperanza en un mañana distinto, los sobrevivientes se saben habitantes de una pesadilla bien real y, por lo tanto, condenados.

La vuelta de tuerca para afrontar semejante distopía, sombría hasta lo horrible, es el humor. Robin Aubert -inspirado director y guionista- lo inyecta en dosis precisas, inesperadas y necesarias. En algún punto, el drama encuentra un escape desopilante. Y funciona.

Premiada y elogiada, esta producción canadiense se anima a abordar el holocausto zombi con una mirada propia que no le escatima a la sangre ni a las tripas regadas por la pantalla. “Los hambrientos” respeta el género desde lo visual, pero eso no le impide marcar su propio terreno. No esperen “The walking dead”, esto es más tangible, y por lo tanto, inquietante.

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