“‘El método Grönholm’ nos interpela como cuerpo social”

“‘El método Grönholm’ nos interpela como cuerpo social”

Pablo Parolo dirige y protagoniza la obra del español Jordi Galcerán sobre cuatro personas que pujan por un empleo en una empresa

LOS LÍMITES DE LA HUMILLACIÓN. Parolo, Díaz, Villarrubia Norri y Valenzuela se expondrán a distintas situaciones en la búsqueda de un trabajo. Prensa LOS LÍMITES DE LA HUMILLACIÓN. Parolo, Díaz, Villarrubia Norri y Valenzuela se expondrán a distintas situaciones en la búsqueda de un trabajo. Prensa
03 Agosto 2018

AVANT PREMIERE

• A las 22 en el teatro municipal Rosita Ávila (Las Piedras al 1.500).

“No se trata sólo de ganar el juego, sino de hacer también que los otros pierdan; si los cuatro acertamos, ¿de qué sirve la prueba? Todo el mundo gana, y entonces... ¿qué?”

El párrafo lo dice uno de los personajes de “El método Grönholm”, la exitosa obra del español Jordi Galcerán que se estrenará esta noche en el teatro municipal Rosita Ávila, en el ex Mercado de Abasto, con las actuaciones de Soledad Valenzuela, Manuel Villarrubia Norri, Kikín Díaz y Pablo Parolo, quien también dirige la obra sobre cuatro aspirantes a un empleo en una importante multinacional.

“Los candidatos fueron citados para un particular sistema de selección de personal que implementa la empresa para elegir a su director de marketing. Saben que sólo habrá un ganador. No hay lugar para todos, y es necesaria una mayoría de excluidos”, sintetiza Parolo el centro de la trama que termina enfrentando a todos contra todos, mientras que afuera de la habitación hay una fuerte agitación social.

La obra fue estrenada en España hace 15 años y representada en numerosos países; incluso tuvo una versión cinematográfica. Galcerán reconoció que la idea partió de una anécdota real, cuando se encontraron en una papelera de Barcelona una serie de documentos en los que el responsable de personal de una cadena de supermercados había anotado sus impresiones despectivas sobre las candidatas a un puesto de cajera, con comentarios machistas, xenófobos y crueles.

El actor y director reivindica en diálogo con LA GACETA la vigencia del texto. “Cuando esa lógica empresarial se aplica en la conducción de un país, ‘El método Grönholm’ adquiere una potente actualidad, nos interpela como cuerpo social y cumple una de las funciones primordiales del teatro: nos ayuda a pensar lo que pasa con una mirada crítica, que es el primer paso para poder transformarla”, sostiene.

- ¿Qué te decidió hacer esta obra?

- Justamente la abrumadora realidad que vivimos, y las ganas de hacer una obra que tenga algo que decir al respecto. Con mucha inteligencia, humor y un amplio dominio de los recursos narrativos, Galcerán expresa que las personas pueden llegar a ser descartables, que es grave aceptar con naturalidad ante funcionarios corruptos ocupando puestos de poder, pero es peor cuando todo el sistema es perverso. Además, propone un amplio despliegue de teatralidad que cautivan al espectador desde el inicio. Fue muy valioso el aporte de Salvador Ingrao a cargo de la escenografía, quien creó un dispositivo escénico no convencional que potencia el trabajo actoral y también la puesta.

- ¿Qué hace que esta historia trascienda fronteras?

- Lo que plantea el autor no es un fenómeno local, porque el poder real reproduce sus políticas en todo el mundo. Es el texto más representado de Galcerán, se resignifica en cada contexto particular y logra conmover al espectador. Y cuando el hecho teatral se produce genuinamente, derriba fronteras.

- ¿“El método...” es la contracara del clásico argentino “La fiaca”?

- Es una lectura posible: en “La fiaca” el protagonista se rebela contra el sistema y busca la complicidad y el acompañamiento del otro; en “El método...” los personajes quieren incorporarse al sistema ocupando lugares de poder y ven al otro como un rival a vencer.

- ¿El poder te cambia o te muestra tal cual sos?

- Las dos cosas. Es imposible que Lionel Messi siga siendo un pibe de barrio. Si se hubiera quedado en Rosario y no hubiera jugado al fútbol, seguramente hoy no sería la misma persona; las circunstancias, el entorno inevitablemente nos modifican. Pero también sucede que el poder nos expone, hace visible lo que en situaciones de impotencia permanece oculto.

- ¿Cuál es el nivel máximo de la humillación?

- Hay derechos básicos y fundamentales que nos contemplan a todos y cuando se vulneran ofenden la dignidad humana. Si además, como sucede en “El método…”, se propician situaciones humillantes diseñadas especialmente de acuerdo al perfil de la víctima, es intolerable. Nunca viví una situación extrema como la que se plantea, pero todos hemos participado alguna vez de castings donde debimos competir con otros para conseguir un personaje.

- ¿Cuán complicado fue conseguir los derechos de autor?

- Montar un texto de un autor extranjero contemporáneo es muy difícil. Los derechos se pagan en euros y hay que contar con su aprobación previa. En este caso, Galcerán tuvo la mejor predisposición para con nuestra Compañía Filodramática, sin la cual hubiera sido imposible concretar este proyecto. Él quedó muy conforme con la versión de “Cancún”, también de su autoría, que hicimos en 2013.

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