Una final sin medias tintas

Una final sin medias tintas

EL CEREBRO. El juego de Croacia nace en los pies de Luka Modric. reuters EL CEREBRO. El juego de Croacia nace en los pies de Luka Modric. reuters
15 Julio 2018

Ignacio Encabo, DPA.-

¿Aguantarán los músculos de los croatas? ¿Tendrá algún peso la historia francesa? ¿Quién ganará la batalla por el medio? Una final inédita para un Mundial atípico. Francia y Croacia definirán el título en un partido que no ofrece medias tintas: segunda estrella en 20 años para “Les Bleus” o coronación del cuento de hadas de los balcánicos.

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Millones de personas en todo el planeta y 78.011 espectadores en el estadio Luzhnik, que custodia la estatua de Lenin seguirán durante 90 o 120 minutos el partido que definirá a la sucesora de Alemania en el trono. El campeón será un equipo europeo por cuarto Mundial consecutivo, aunque frente a frente habrá dos rivales de características diferentes. De un lado, Francia, un equipo tan lleno de talento como poco vistoso. Del otro, la hambrienta Croacia, que buscará sobreponerse al cansancio de tres prórrogas consecutivas para alcanzar la gloria en su primera final.

El otro rival de Croacia.- La selección liderada con Luka Modric llega a la final con 99 minutos y 116 kilómetros más en las piernas, producto de tres prórrogas, en octavos, cuartos y semifinales. Francia no necesitó ningún tiempo extra y se plantó en el partido decisivo con más frescura. En el entrenamiento de Croacia del viernes hubo cinco bajas y el técnico Zlatko Dalic podría agitar el banquillo en busca de nuevos pulmones. “Tenemos grandes jugadores en banco que están deseosos de jugar”, señaló el DT.

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Orden vs. resistencia.- Llegar a la final superando tres prórrogas desgasta los músculos, pero posiblemente no haya mejor vitamina para la moral. Nunca den por muerto a Croacia, que venció en octavos a Dinamarca en los penales después de que Modric fallara un remate desde los 11 metros en la prórroga; en cuartos le empataron en los instantes finales de tiempo extra y acabó imponiéndose a la anfitriona Rusia; y en semifinales remontó un 1-0 ante Inglaterra. “Es muy duro y es mucho esfuerzo, pero parece que cuanto más duras son las circunstancias, mejor jugamos”, sintetizó Dalic. Del otro lado, Francia no ha tenido que superar ninguna situación límite en el torneo. Sólo estuvo diez minutos por detrás en el marcador frente a Argentina.

Francia, el favorito.- Francia jugará su quinta final en los últimos 20 años. Su camiseta tiene un enorme peso. Campeón mundial en 1998, ganó la Eurocopa dos años después. En 2006 perdió la final en los penales y también se le escurrió de las manos el título de la Eurocopa 2016, disputada en Francia, al caer 1-0 con Portugal en la prórroga. Croacia nunca se ha visto en esta situación.

Músculo contra cabeza.- La clave táctica de la final está en el medio. Concretamente en si se impondrá el músculo francés o la cabeza croata. Mientras los balcánicos cuentan con Modric y Rakitic, “Les Bleus” tienen tres “perros de presa”: N’Golo Kanté, Paul Pogba y Blaise Matuidi. Su objetivo será apagar y desgastar a Modric, el cerebro de Croacia, el hombre que mueve los hilos. Cada balón robado será una ocasión de gol para Antoine Griezmann y Kylian Mbappé.

Tres nombres; un premio.- Aunque todos dicen que no les importa, es innegable que la sombra del Balón de Oro planeará sobre el estadio Luzhniki. Está claro que el Balón de Oro del Mundial saldrá de la final y que sus tres máximos candidatos son Modric, Griezmann y Mbappé. Tal vez el premio “The Best” que entrega la FIFA en septiembre y el Balón de Oro que da “France Football” coincidan con el nombre que se corone en Moscú.

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