Operaciones, silencios e incertidumbre

Operaciones, silencios e incertidumbre

La antesala de la cumbre entre Sampaoli y Tapia se cocina en un ambiente todavía caldeado por críticas y teorías conspirativas.

EXPECTATIVA. En el reencuentro con Tapia se definirá el futuro de Sampaoli. reuters EXPECTATIVA. En el reencuentro con Tapia se definirá el futuro de Sampaoli. reuters

El fútbol argentino aguarda la reunión Claudio Tapia-Jorge Sampaoli como si se tratara de una cumbre de Estado en la que se resolverán todos los problemas. Podrían haber charlado en Rusia, a fin de cuentas se mantuvieron en la sede del Mundial hasta ayer, pero es más atractivo dotar a ese potencial encuentro de un aura definitoria. Lo que está claro es que la batalla cultural está perdida de antemano, porque nadie -o casi nadie- se anima a hablar de las grietas estructurales de nuestro fútbol. En este momento todo se reduce a determinar si Sampaoli sigue o se queda. Y si se va, a elegir un reemplazante que, con el mismo simplismo en el análisis, llegará con una varita mágica para enderezar todo lo que está torcido.

Son días extraños, cruzados por las conjeturas y por las operaciones que no sólo involucran a la prensa. En un gesto simpático y esperable, Maradona se ofreció para dirigir gratis a la Selección. Lo que se sigue aguardando de Diego, y ya pasaron ocho años, es una explicación profunda, crítica y racional acerca del 4 a 0 con el que se despidió su equipo de Sudáfrica 2010. Pero se sabe que pedirle explicaciones a Maradona está políticamente mal visto, porque el concepto de que hay que perdonarle todo se basa en la idolatría popular. Con el buzo de DT, ¿no fue el suyo un fracaso tan notorio como el de Sampaoli?

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La lista de 60 jugadores que Sampaoli pretende seguir en los próximos años, como una de las bases del proyecto que elevó a la AFA rumbo a Qatar 2022, es motivo de discusión en las mesas de arena futboleras. Siempre habrá nombres para agregar o para quitar de esta clase de nóminas. Lo que sigue sin estar claro es a qué jugará ese potencial nuevo equipo, porque entre lo mucho que quedó para criticarle a Sampaoli de lo hecho en Rusia aparece la absoluta falta de una idea. Es curioso, si algo se daba por seguro es que Sampaoli le imprimiría a la Selección una identidad en la cancha, pero esa fue precisamente una de sus falencias más groseras. Debería dar su opinión sobre eso, entre muchos otros temas.

Danza de millones

Los medios especulan con la cantidad de dinero que aceptará Sampaoli para dejar el puesto que ambicionó durante toda su carrera. Es una danza de millones de dólares. Pocos se animan a pronosticar algún gesto patriótico, un renunciamiento a la fortuna que Sampaoli debería cobrar si la AFA le envía el telegrama de despido. Lo difícil para Sampaoli sería quedarse en un lugar en el que no lo quieren, salvo que en futuros encuentros con la dirigencia se acuerden nuevas reglas de trabajo. Eso implicaría reclamarle a la conducción de la AFA un nivel de claridad en el pensamiento y en la acción que no ha evidenciado hasta el momento. Todo parece un gran embrollo.

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“Eternamente gracias a todos y por todos. Fui muy feliz”, escribió Javier Mascherano en sus redes sociales. Un emblema de la Selección se despidió derrotado, todo un símbolo de la frustración que persiguió durante años a las figuras que perdieron tres finales. Otro integrante de ese grupo, Gonzalo Higuaín, fue defendido por su padre. “Pipa” acusó a Sampaoli de no haber alineado en el partido decisivo ni a su hijo ni a Sergio Agüero. “Entre los dos tienen 600 goles y no los usó”, fue el mensaje.

Durante los próximos días, como un efecto cascada, seguirán surgiendo contrapuntos, comentarios, revelaciones y opiniones de los integrantes del plantel. Por ahora predomina el silencio, sobre todo del enigmático Lionel Messi. Es lo que queda de la Selección después del Mundial: algunas palabras, muchas polémicas, demasiada tristeza y la seguridad de que, más allá de los nombres, nada va a cambiar.

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